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1 de agosto de 2019

EL VÉRTIGO POLÍTICO DE UNOS PACTOS QUE NO FUERON


Por Marat

"Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo al abismo, también éste mira dentro de ti" (Friedrich Nietzsche. “Más allá del bien y del mal”)

A estas alturas explicar cómo fueron los juegos florales que precedieron a las dos últimas sesiones fallidas de investidura del candidato Sánchez o cuáles fueron los pasos que condujeron al doble fiasco sería ocioso. Quienes hayan seguido el proceso ya tienen sus propias configuraciones de los hechos en sus cabezas.

Me parece mucho más interesante tratar de entender cuáles fueron las motivaciones -frenos en realidad- que llevaron a los dos protagonistas, Sánchez e Iglesias, principales del frustrado pacto de investidura a hacerlo fracasar.

El argumento aireado desde ciertos columnistas de la prensa de derechas de que Iglesias podría merendarse cuando quisiera a Sánchez en un gobierno de coalición, dada su supuesta mayor altura política, es pintorescamente falaz, dado que el Presidente del gobierno tiene siempre la potestad de nombrar y, sobre todo, de cesar ministros y hasta vicepresidentes del mismo. Recuérdese el caso de Alfonso Guerra y de su salida del gobierno González. Lo del menos sería la argumentación de los motivos, dado que en política, algo que debiera saberse, las decisiones preceden a las justificaciones.

En cualquier caso, las crisis de gobierno para cambiar a miembros o partes del ejecutivo son situaciones que los Presidentes de gobierno prefieren no verse en la necesidad de afrontar, mucho más en una situación como la que nos ocupa en la que la derecha y sus medios se han ocupado de anunciar como de administración débil, dado los apoyos que necesitaría para su constitución.

Tampoco parece que el argumento sostenido por Podemos y su entorno, “reconocido” por el propio Sánchez en noviembre de 2017 en el programa “Salvados”, espolón de proa televisivo de as progresía, de presiones por parte del IBEX (parece no haber otro capitalismo que el que representan estas empresas cotizadas para los progres) para que Podemos no entrase en el gobierno.

Es obvio que el capital tratará siempre de potenciar las posibilidades para formar gobierno a las opciones políticas que más le aseguren la continuidad en la realización de sus beneficios y de poner obstáculos a su logro por aquellos que puedan poner en peligro su acumulación de capital. Pero éste, el de Podemos, no es el caso.

No lo ha sido en el caso de la Comunidad de Castilla-La Mancha, no lo ha sido en los gobiernos municipales de Barcelona o de Madrid. En el de Madrid, la dedicación de la hasta hace muy poco socia de Podemos, señora Carmena, a reducir el gasto, también sus partidas sociales y a apoyar el pelotazo urbanístico del plan Chamartín no parecen medidas que amenacen demasiado los intereses del capital.

Por otro lado, la constante rebaja programática de Podemos desde su constitución en marzo de de 2014 indica una constante e incansable busca de la respetablidad burguesa dentro del supermercado de marcas electorales.

Si esto no fuera suficiente, el ejemplo del león griego (como le denominó Pablo Iglesias en el cierre de la campaña de Syriza en septiembre de 2015) Tsipras deja claro lo que cabe esperarse de la denominada “izquierda alternativa”.

Podemos es, como Iznogud, el califa en lugar del califa. Para entendernos la socialdemocracia que viene a llenar el hueco dejado por el social-liberalismo del PSOE, como la llamada izquierda radical europea hace con respecto a los partidos socialistas. Esto, y no otra cosa, es la izquierda de la izquierda. Y a estas alturas de la historia ya debiera quedar claro cuál ha sido el papel histórico de la socialdemocracia y su desfase actual respecto a un capitalismo que ya no necesita pacto social alguno, que da por superada la etapa del Estado del Bienestar y que en realidad es el que gobierna con títeres interpuestos, sean estos del color asumido que sean.

Al menos a Podemos, a pesar de la puesta en escena gritona e hiperventilada de sus huestes (radicales de salón), cabe admitirle una mayor dignidad que la de la Izquierda Unida de antes de Garzón y con Garzón, muchos de cuyos miembros se autodenominan comunistas, insultando a tan digna ideología, al igual que hacen los cabestros de la extrema derecha cuando tildan de comunista a Podemos. Una formación cuya autodenominación es la de “la izquierda” no es otra cosa que socialdemocracia mal disfrazada que intenta legitimarse desde el voto y su presencia en el circo parlamentario del Estado burgués. A la altura del siglo XXI los intentos de justificar su “parlamentaritis” (cretinismo parlamentario para Marx) con el recurso a la presencia de los bolcheviques en la Duma rusa prerevolucionaria indica que ni han aprendido las elecciones posteriores de la historia en cuanto a la “utilidad” que dan las lecciones a los comunistas y que ellos de tal no tienen nada.

Así pues, el argumento de las presiones de la CEOE que dio Sánchez para la no presencia de Podemos en un hipotético gobierno PSOE hace algo más de año y medio suena a cuerno quemado y a anticipación de la fase de disculpas cambiantes de estos meses para no integrarle en el mismo.

En realidad, los ataques mediáticos a Podemos y a Iglesias desde los medios de la derecha y la extrema derecha no son tan diferentes a los que le hacen al PSOE y a Sánchez, a pesar de que este partido y la izquierda no son otra cosa que una de las patas de la legitimación del orden político y económico de la burguesía y Sánchez un cínico sin escrúpulos ni ideología pero con una autoconfianza digna de mejor causa. Y es que para que la ficción de un pluralismo real funcione es necesaria una apariencia de tensión sistémica donde todo es consenso respecto al sistema de dominación del capital, cuyo instrumento de legitimación es la democracia burguesa, que cada vez se niega más a sí misma.

El motivo por el que Sánchez y el PSOE han hecho todo lo posible para evitar un auténtico gobierno de coalición no es otro que el de cobrarse la pieza de Podemos y de su dirección, acabando con este partido, al arrastrarle a unas nuevas elecciones generales.

Unas elecciones generales que le pueden costar al PSOE y a su secretario general la presidencia del gobierno, al desmovilizar a parte de su electorado, harto del espectáculo de estos meses. Pero Sánchez, animado por esa especie de Rasputín palaciego que es Iván Redondo, ha visto la ocasión para que los votos perdidos primero por Zapatero, un patético correveidile de las izquierdas, y después por el fallecido Pérez Rubalcaba, y guarecidos en Podemos durante estos años, vuelvan ahora a lo que en el pasado llamaban “la casa común de la izquierda”, el PSOE. Podemos ya cumplió su papel de guardar los votos del PSOE y ahora Sánchez pasa a recogerlos....si le sale bien la operación.

Luego habrá factores coadyuvantes y añadidos a la decisión de frustrar el pacto de gobierno de coalición por la dirección “socialista”, tales como el carácter errático e inestable de Iglesias o la imagen que pueda contaminar a un gobierno el tener un socio en descomposición política. Pero todos ellos son de orden menor y no la razón principal de la teatralización del desencuentro desde el PSOE.

Asistimos a una lenta recuperación del bipartidismo, no por la confianza en los dos grandes partidos (PP y PSOE) sino por la creciente decepción que van generando los ya no tan nuevos partidos (C´s y Podemos). La dirección del PSOE añora los viejos tiempos sino de las grandes mayorías de González sí al menos la del último Zapatero y sabe que la estabilidad la logrará en buena medida, aunque no en exclusiva (vuelve a a amenazar una nueva fase de la ya eterna crisis capitalista en el horizonte, lo que acabará con cualquier veleidad de incremento del gasto público) mediante mayoría absoluta o suficiente para gobernar cómodamente. Es la hora de que los votos del PSOE, guardados durante estos últimos 5 años en Podemos vuelvan a casa. E Iglesias también lo sabe.

Desde la actuación de Podemos la razón principal del fracaso de las negociaciones ha estado en la tensión entre la necesidad de ocupar “poder” para parar la hemorragia en sus filas y retener el máximo posible del voto que se le escapa como arena entre los dedos, por un lado, y por el otro, la intuición de Iglesias de que por mucho ministerio social que lograse, con contenido o sin él, la podadora de Bruselas iba a recortar el gasto al máximo -y sin él no el no hay política social ni reversión de anteriores recortes que valgan- y los pocos éxitos que el gobierno pudiese materializar los iba a capitalizar Sánchez y el PSOE y no el coletas ni Podemos, pues el primero sería el Presidente (él concentra la valoración de una administración) y el PSOE, por conformar la mayoría de los ministerios.

Como la Penélope de la Odisea, que deshacía por la noche lo que tejía por el día, el Podemos negociador, favorable al pacto y hasta contemporizador, mostrándose flexible y haciendo concesiones una detrás de otra (el sacrificio del Mesías redimiendo a los suyos) era saboteada por poner la entrada en el gobierno muy por delante del acuerdo programático, las exigencias en público de ministerios concretos, la demostración ante su auditorio de la desconfianza en el candidato a socio y la actitud de vigía receloso que exhibe sus exigencias como modo de control al gobierno, papel que le está encomendada a la oposición en una sistema de democracia formal.

Ingenuo papel este último pues no hay mayor vigilante sobre el gobierno, sea monocolor o compuesto, que el poder fáctico del capital, de sus medios de opinión, de las instancias judiciales del Estado y de los poderes en la sombra de los altos estamentos del funcionariado.

La realidad es que Iglesias temía que, al asumir Podemos sus parcelas de gobernabilidad adquiriese también la factura del coste social de carecer de autonomía de lo político para llevar a cabo políticas sociales con presupuesto real y suficiente en un país semiintervenido en lo económico desde las altas instancias de la UE y del capital.

Como el asno de Buridán que muere por inanición al no saber elegir entre un montón de avena y un cubo de agua (la versión dominante habla de dos montones de heno), Iglesias (el “negociador” Echenique fue solo su brazo tonto o chico de los recados, lo que ha sido siempre) entró en catatonía y finalmente implosionó en un fracaso de unas negociaciones (ahora sigue atrapado en el bucle del gobierno de coalición sin encontrar la puerta de salida) que el tahúr Sánchez jamás se planteó llevar a buen puerto, pues solo ganaba tiempo para agotar los plazos y convocar nuevas elecciones, que ya veremos si no son un fiasco, no solo para Podemos sino también para el PSOE y el propio Sánchez.

En realidad, ninguno de los dos actores, Sánchez e Iglesias, cada uno por distinto motivo, tenía intención real de un pacto de coalición de gobierno pero, como son malos actores y abusaron de la sobreexposición de su teatro de vodevil, se les notó demasiado, lo que ha acabado con la paciencia de un tipo de votante que oscila entre el cinismo y la penosa ingenuidad de creerse que hay diferencias reales entre los gobiernos de derecha y de izquierda, máxime en tiempos de crisis capitalista, en la que el gasto es absolutamente antagónico con el beneficio y la elevación de la tasa de ganancia.

Otras consideraciones de carácter más psicológico, como la mala sintonía entre los dos machos alfa, la desconfianza mutua, la torpeza de los negociadores y otros “relatos” queden para los Peñafieles de la opinión publicada y el chascarrillo fácil.

7 de noviembre de 2018

TRIBUNAL (T) SUPREMO (S), TEATRO (T) DE SABANDIJAS (S)


Por Marat

El Tribunal Supremo, una auténtica timba de sabandijas, ha dictaminado que será finalmente el cliente, como sucedía con anterioridad, quien pague el impuesto de hipotecas.

Dicen los mercenarios de la prensa y otros medios de intoxicación que la decisión ha sido reñida -15 a 13- y para ello han extendido sus deliberaciones durante 2 días tras el amago de un si pero luego no, pero después quizá. Toda una representación de una opera bufa.

Lo que parecía una gracia de las instancias judiciales del Estado capitalista no ha sido otra cosa que una impostura de “buena disposición” ante un gobierno de la progresía del hagocomo quequieroynopuedo, voyperonodemasiado, un interregno entre el PP y quién sabe qué después. Todo el lío de la tensión en el Supremo sobre dicho dictamen no ha sido más que una teatralización de una decisión previamente esperable.

Decían Marx y Engels, esos revolucionarios “añejos” para los progres posmodernos y odiosos fracasados para los turboliberales, que “hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa”. Y lo decían, refiriéndose al Estado burgués y sus aparatos de dominación de clase, nada menos que en 1848 en “El Manifiesto Comunista”. Para ser unos pensadores y revolucionarios tan desfasados parece que lo clavaron y que son mucho más modernos y actuales que los progres de izquierda y los liberales.

En realidad, como sugerí anteriormente, el debate sobre quién debía pagar los impuestos hipotecarios era artificial, alimentado de manera interesada. No nació de una reivindicación sostenida sobre la musculatura de organizaciones poderosas, ni de un potente movimiento social, ni de un debate colectivo que permease a la sociedad. Más bien diría que el hecho de que el Supremo plantease esta cuestión fue uno de esos globos sonda lanzados para hacer de termómetro del clima social y, de paso, convertirse con el aldabonazo anunciado en uno de los más importantes jalones de la frustración del aventurero “proyecto Sánchez”. Un breve período de desintoxicación de la basura gubernamental del PP pero sin calado realmente transformador ni posibilidad de serlo porque no se sustenta en una fuerza social movilizada que impulse dichos cambios, si es que hubiese habido interés en hacerlos, cosa que el reformismo nunca ha pretendido. El objetivo era la mera oxigenación del régimen de partidos, que no del 78, porque es todo el parlamentarismo el que está afectado en su credibilidad.

En cualquier caso, la posibilidad de reformar legalmente el impuesto hipotecario nació muerta. Es evidente que no existió voluntad de que fueran los bancos quienes lo pagasen en lugar de sus hipotecados desde el mismo momento en el que se señaló un límite temporal para la reclamación del montante económico a las entidades en 4 años ¿Cómo es posible argumentar que si el beneficiario de la hipoteca es el banco debe ser éste el encargado de pagar dicho impuesto y limitar temporalmente su aplicación? ¿Puede cesar en el tiempo la motivación del fallo judicial? ¿En base a qué? El derecho burgués de propiedad, porque de eso hablamos, el de la vivienda, no es conculcable en un momento dado. Tampoco las obligaciones que conlleva. Hacerlo significaría una arbitrariedad y tal cosa por parte del poder judicial significa nada menos que la prevaricación de cada uno de los jueces del Tribunal Supremo y del órgano en su conjunto. Sería el Estado, porque el Supremo es Estado, el responsable de una arbitrariedad que habría abierto las puertas del infierno bajo los píes de la banca.

¿Entienden ahora todo el ruido y la fanfarria mediáticos de estas semanas? El problema no hubiera sido de 5.000 millones que hubiera supuesto indemnizar a los hipotecados de los últimos 4 años, una cantidad asumible por las marcas de la usura, sino el hecho de retrotraer dichas devoluciones a todos los que pagaron un impuesto hipotecario ¿Imaginan?

La tentación para muchos puede ser la de decir: “el Supremo la ha cagado”. No. Esa pandilla de tahúres no da puntada sin hilo. En una sociedad inerme, desmovilizada, desorganizada, desinformada, una decisión como la de mantener el “statu quo” del régimen hipotecario es un clavo más que se introduce en el ataúd de su derrota y un pasivo terrible en la cuenta del gobierno Sánchez, por mucho que se diga que el poder judicial es independiente, que será solo el breve paréntesis entre el PP y lo que ha de venir. Aunque fuera reelegido Sánchez (ya no hay PSOE sino Pedro), lo haría con un gobierno, que no programa, porque nunca existió, mucho más “realista” y dócil con el capital, si es que no lo era ya bastante.

Mientras la clase trabajadora no se organice autónomamente frente a todo intento de venderle siempre el mismo producto, con mejor o peor maquillaje, no se forme políticamente para no ser víctima de la mentira, y carezca de proyecto, nos las seguirán metiendo dobladas.


22 de mayo de 2017

GANÓ PEDRO SÁNCHEZ. HAY JUEGO

Por Marat

Como estaba cantado, incluso para los medios que afirman que lo hizo contra todo pronóstico, ganó las primarias del PSOE Pedro Sánchez.

El 50% de los votos que ha obtenido y un 10% sobre el “susaparato” le permiten, si quiere, la limpieza de la gestora, los desleales y los barones del felipismo no tanto por necesidad para afianzar su secretaría general -no le creo tan inteligente- sino por venganza política, esa pasión de la que tanto sabemos desde Shakespeare.

El terremoto más importante que ha sucedido desde que Rajoy ganó las elecciones ha sido el triunfo de Sánchez.

Todo el espacio mediático, político y económico se había conjurado contra Sánchez. Era de esperar. Y no lo ha hecho porque sea un peligroso izquierdista. No llega ni a opositor a aspirante de ayudante de primero de socialdemocracia. Pero es un tipo que puede crear inestabilidad política, algo tan nefasto para la reproducción del capital. Ya se sabe que el dinero es cobarde y necesita de la tranquilidad que da un gobierno y un parlamento convertidos en algo tan plácido como una mesa camilla con brasero incorporado. Y esa tendencia de Sánchez a la contradicción, el arrebato Braveheart, seguido luego discursos que apuntalen la paz social, a decir una cosa hoy, otra mañana, y todo lo contrario a las dos afirmaciones anteriores al día siguiente, es sobradamente conocida por los medios de comunicación, los aparatos de los partidos del sistema -todos los parlamentarios- y por el capital.

Sánchez no es un tipo fiable. Eso es lo que me gusta de él. Es un sujeto que pasó de admirar a Valls a declararse socialista, luego socialdemócrata, que ha cambiado su programa tantas veces como ha creído conveniente, que carece de otra ideología que no sea su oportunismo y que es un tipo muy a gusto con el estado actual del capitalismo.

No voy a entrar en que Susana Díaz estaba aún más de derecha, una individua folklórica que en el PP estaría como pez en el agua ni en el papel de patético susanista bajo cuerda hecho por López para restar avales y votos a Sánchez.

¿Por qué me alegro del triunfo de Sánchez?
La sociedad española, especialmente la clase trabajadora, ha perdido la esperanza. Vota por inercia y a la contra, más que por convencimiento en los elixires que le ofrecen los vendedores de peines para calvos. Sabe que gobierne quien gobierne, seguirá padeciendo recortes, limitaciones en su nivel de vida, pobreza en amplios sectores sociales, miedo al futuro de sus pensiones. Ya hubo una Syriza en Grecia y un Hollande en Francia. A los Moises de pegote Varoufakis y Melenchon, que vagan en un desierto hacia la nada, hay que darles de comer aparte.

Pero es necesario, desde una perspectiva revolucionaria, ver cómo afecta la vuelta de Sánchez al centro del juego político del supermercado de marcas electorales.

Podemos, como la purrela de Ciudadanos, es un elemento más del sistema político de la burguesía. Eso independientemente de lo que algunos hemos dicho desde hace mucho tiempo sobre dicho partido o respecto a cómo fue aupado Pablo Iglesias por sujetos como Julio Ariza, en su televisión, Intereconomía, durante todo un año.

La realidad es que vivimos bajo la dictadura “democrática” de la burguesía. Ningún partido cuestiona el sistema económico de dominación, ni la necesidad de acabar con la Unión Europea por irreformable, ni la broma de un sistema político que jamás legisló ni legislará contra el capital, porque defenderlo está en su Constitución y en el código genético de todos los partidos parlamentarios. Todos ellos forman parte del bloque de partidos de la burguesía.

Pero el momento político actual pone en cuestión no solo al gobierno del PP y su corrupción sino la credibilidad del conjunto de los partidos parlamentarios.

Pedro Sánchez dijo no a Rajoy y a lo que su partido significa. Él o el PSOE no son mejores pero su campaña para volver a la secretaría general de su partido se basó en el “no es no”. Pedro Sánchez es cautivo de su palabra. Si la traiciona hundirá al PSOE definitivamente. Si la mantiene y hace oposición parlamentaria real, la inestabilidad de este gobierno en minoría estará asegurada.

El problema para Sánchez es que la oposición parlamentaria como partido “serio y solvente” del sistema no le será suficiente. Enfrente tiene a una partida de cómicos dirigidos por un showman de la política que empieza a flaquear (6.000 asistentes a su happening en Sol el sábado 20 de Mayo no son demasiados, por muchos autobuses a Madrid que fletes) pero que no dudará en hacerle una guerra no declarada, poniéndole ante sus propias contradicciones de oposición limitada. Y las de Sánchez son muchas. No le bastará con proponer derogar las medidas antisociales del PP sino las de Zapatero, si quiere ser creíble en su supuestas medidas antiausteridad. Y además, aunque las traiciones y puñaladas de pretendidos aliados que decían quererle como Presidente de gobierno, imponiéndole su parte ministerial en una falsa propuesta de pacto, enseñan más que las victorias, lo cierto es que El Coleta no maneja mal del todo su capacidad de condicionarle y de situarle entre la espada y la pared.

Veremos que eso acabará afectando a los sindicatos del régimen, que se verán forzados a aparentar cierta voluntad de calle, como siempre la mínima que puedan y con sordina, pero que contribuirá a generar ruido en el contexto de un gobierno que puede acabar con sus máximas cabezas encausado penalmente. Y ello podría suceder en un momento en el que las luchas de colectivos de trabajadores al margen de los dos sindicatos verticales está cogiendo velocidad y fuerza. No es el mejor escenario de paz social y estabilidad política que necesita el capital para continuar ejerciendo su vuelta de tuerca contra la clase trabajadora y para recuperar su tasa de ganancia.

Pero además, como las direcciones de CCOO, UGT, PSOE (independiente de la que se conforme a partir de ahora), Podemos e IU están compuestas, desde la cúspide hasta los comités locales, por un atajo de oportunistas prosistema sin escrúpulos, por mucho que cacareen otra cosa, el hipotético adelanto de unas elecciones que perdiera el PP y que permitiera formar gobierno al PSOE y a sus “aliados” potenciales, solo traerá más deslegitimación de la farsa democrática y del sistema de dominación burgués. El hundimiento posterior a un gobierno de progres sería un mazazo sobre los partidos que lo conformasen, una vez que continuasen con las políticas de recortes sociales y de conquistas de la clase trabajadora. Esto permitiría cierta posibilidad de construir organización propia y autónoma desde la clase trabajadora con un proyecto claro de  clase contra clase.

Un añadido positivo a la competencia de los dos partidos progres por ocupar el espacio del PSOE del 77, y colarnos una segunda transición, es que el discurso neofalangista de un Podemos al que se le llena la boca de patria, pueblo y acusaciones de vendepatrias, sería frenado en seco. A poco que Sánchez se viera obligado a parecer lo que no es, un socialista, volveremos a escuchar otra retórica política distinta a la que hace un Podemos que está alfombrando el campo semántico de un fascismo que aún no ha aparecido como amenaza organizada y potente en España pero que pugna por asomar su cabeza a través de grupúsculos cada vez más extendidos y activos por todo el país.

Sí, la victoria de Sánchez puede abrir juego para la clase trabajadora, especialmente por la contradicción entre las palabras y los hechos.



11 de julio de 2016

LOS POLÍTICOS DEL RÉGIMEN SE BURLAN DE LA SOBERANÍA NACIONAL EN LA BASE USA DE ROTA

Por Marat

Ayer Mariano Rajoy tuvo su media hora de "gloria" en la TVE con su amado dueño, Barack Obama, en una escena del sofá presentada en directo para todos los españoles, y Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez fueron a rendir pleitesía a su Emperador en suelo americano, la base Militar de Rota.

Las bases norteamericanas en España son una cesión de soberanía nacional ante la que los patriotas de hojalata que afirman que Gibraltar es español no sienten el peso de la humillación. Tienen tan interiorizada su perenne genuflexión ante una OTAN agresora de pueblos y ante un Imperio, en decadencia pero aún fuerte, que debe parecerles de lo más normal ir a llevarle oro, incienso y mirra a uno de los mayores genocidas de la historia del imperialismo norteamericano.

En total, el Emperador dedicó 10 minutos al trío de la infamia -Iglesias, Rivera y Sánchez-, los candidatos a pajilleros eggggpañoles del próximo César.

Sé, por una cocinera española infiltrada en la base, que se venga patrióticamente del desdén USA, echándoles a los soldados en la paella [me ha contado que les gusta mucho] tropezones de cazcarrias que se extrae su marido de la nariz, y que ella acumula cuidadosamente dentro de cajas de Starlux, que la recepción debió de ser algo así:

-Bueeeeeenasssss (ante la puerta de la base, recibidos por un marine de aspecto gorilesco y cara de buen comedor de hamburguesas MacDonald´s), venimos a saludar a Barack Obama [la frase seguramente fue dicha por Pablito Iglesias, alias PIT, que no Brad, que es el que más desparpajo, ansia de protagonismo y menor sentido del ridículo tiene de los tres]
-Vayan pasando por el arco detector de metales con los brazos en alto, pollos, y dejen sus pertenencias en estas bandejas, diría el marine con cara de desprecio indisimulado.
-Pero es que yo le traigo como presente un libro dedicado por mí sobre la Brigada Lincoln en nuestra guerra -aduciría Pablito, iniciando un mohín de tímida y ahogada protesta-.
-Bueno, déjelo ahí -respondería el marine encogiéndose de hombros, señalando un contenedor de basura, mientras arrancaba la hoja de la dedicatoria para llevársela a su jefe-. Ramires -diría el marine, por el walkie talkie que descolgó de su cinturón-, te mando para allá tres pollitos mexicanos-, dejando claro que andaba un poco desorientado geográficamente respecto a la ubicación del conato frustrado de país que rodeaba la base-. Pásalos por la sala de desparasitación -añadió, mirando de reojo con cara de desconfianza al de la coleta que, para la ocasión se había puesto un bonito coletero morado- antes de llevarlos al jefe, ¿okay?

Del resto de la recepción no me ha pasado datos mi infiltrada en la base militar, ya que no tiene acceso a la sala noble de la misma, pero seguramente transcurriría en un ambiente de feladoras palabras al Emperador, competencias por ser elegido el más lameculos de la comitiva por parte del mismo y empalagosos tonos vocales destinados a llegar a su corazón.

El Presi, tras dedicarles 10 minutos entre los tres, concluiría, asqueado de tan bajo pelotilleo, con aquello de “Sea cuál sea el Gobierno [entrante], España seguirá siendo un aliado sólido”…y una provincia más de nuestro Imperio, habitada por gilipollas [la palabra la conocen bien los yankees; es La Macarena internacional del insulto] sin dignidad, que creen que estamos en él para protegerles de unas guerras que provocamos por nuestra cuenta y en nuestro beneficio y en la que ponen los muertos los atacados y la población civil de los pseudopaíses que nos acompañan en nuestra empresa.

No soy en absoluto nacionalista ni patriota, sino un español menos que tibio que se considera internacionalista. Por tanto, nadie busque en este exabrupto de urgencia otra cosa que el asco más infinito contra sus cuatro primeras espadas políticas y contra un pueblo con alma y cerebro de esclavo que, en lugar de manifestarse contra la OTAN, sus guerras y sus bases militares en territorio cedido por el dictador Francisco Franco a otro Emperador norteamericano para protegernos del “peligro comunista” de la Unión Soviética, ha preferido seguir mirando para otro lado y congratularse de que, posiblemente aumente la afluencia de turistas USA al país, para que haya más empleos de camareros, mientras los sucesivos “políticos” de los “gobiernos democráticos” herederos del franquismo hacen de croupiers en las mesas de la ruleta del deshonor y la indignidad.

Afortunadamente, ni los podemitas, que han nombrado al bombardero y amigo de los intereses de EE.UU., Julio Rodríguez, su responsable de asuntos militares, ni sus patéticos socios de IU aparecieron por Serrano mientras unos pocos nos manifestábamos en defensa de la dignidad antiimperialista. Sólo andaba por allí el imbécil de Jaime Pastor y cuatro pipiolos de la UJCE en su indigno papel de soplar y sorber a la vez. Si llega a aparecer alguno más conocido de ellos, como Garzón o Monedero, igual se habían llevado un par de hostias.


23 de enero de 2016

TRAS LA OFERTA DE GOBIERNO DE PODEMOS AL PSOE A USTEDES AÚN LES PARECE QUE SON DISTINTOS, ¿VERDAD?

Por Marat

1.-"Descastizando y desmierdizando" al PSOE que es gerundio
No es que el PSOE haya sido de un plumazo definitivamente “descastizado” por el acto de autoproponerse Pablo Iglesias como vicepresidente de un gobierno presidido por Pedro Sánchez; es que en ese mismo acto ha sido literalmente “desmierdizado”¿Recuerdan aquello de “PSOE y PP la misma mierda es”? ¡Ah que eso lo gritaba el 15M! Pero ¿no se reivindicaban tanto Podemos como IU, cuyo candidato Garzón ya ha respondido positivamente a la propuesta de Iglesias, del 15M? ¿Acaso los líderes de Podemos y Garzón no estuvieron en el 15M?

Y lo más divertido de todo es que el señor Pablo Iglesias presentó esta propuesta a Felipe VI de Borbón antes que al principal interesado, Pedro Sánchez, lo que debiera despejar toda duda acerca de que se trate de una “jugada maestra” para que el invitado a ser Presidente con sus votos se sienta tan presionado que lo rechace por forma e intenciones. No parece en absoluto que esa sea su intención ni por la forma (presentar la propuesta al rey y luego, al salir del encuentro, anunciarlo ante los medios de comunicación ni por los intereses que se dirimen en tal apuesta.

En primer lugar, el interpelado Sánchez ha demostrado sobradamente sus esfuerzos, contra buena parte de sus barones, por encabezar ese gobierno, arriesgando incluso su propia cabeza (que solo puede salvar siendo Presidente del Gobierno o ganando una próximas elecciones si las hubiera y llegase a ser candidato) y la unidad del partido, bastante quebrada.

En segundo lugar, si Iglesias tensase demasiado la cuerda del acuerdo, de modo que lo hiciese imposible, mientras Sánchez ha mostrado desde el primer día su intención de negociar, y ello provocase unas nuevas elecciones, puede que los resultados no le fueran tan favorables y que los beneficiados de ellas fuesen el PP, al demostrar la oposición su falta de capacidad para entenderse, y el PSOE, al transmitir la idea, muy bien trabajada por Sánchez, de que no fue por ellos por lo que fracasó tal intento.

En tercer lugar, las confluencias con sus socios actuales no han sido precisamente una balsa de aceite, especialmente en el caso de Compromís que no se ha integrado en la disciplina del grupo podemita del Congreso. Posiblemente, unas nuevas elecciones sólo pudieran acentuar esa tendencia “disidente”, aun cuando se volviesen a presentar unidos.

En cuarto lugar, nada asegura que Podemos no haya alcanzado su techo. Les sugiero que no hagan demasiado caso a las encuestas que puedan afirmar que sí porque ya quedaron desacreditadas suficientemente en su momento. Quienes piensan que podría comerse todo el espacio de IU deben tener en cuenta lo siguiente:

  • Para ello, IU debiera en primer lugar no presentarse a las elecciones. Y no es seguro que tomase tal decisión porque sería negativo para las intenciones de casi toda su dirección federal y de la del PCE de encontrar un sitio calentito y seguro en la dirección de Podemos dentro de unos meses. Si uno quiere venderse por un buen precio ha de demostrar que lo vale y eso pasa por darse a valer, lo que unas elecciones que volviesen a darles representantes, por pocos que estos fuesen, reforzaría tal intnción.
  • De no presentarse a las elecciones no es seguro, ni mucho menos, que los votantes de IU en las pasadas elecciones dieran su voto a Podemos. Demostraron entonces que no se reconocían en tal formación, ello a pesar de la voluntad de su candidato, de la dirección de la organización y de los organizadores de su campaña de vestirse de podemitas en sus formas y en la elección de un ropaje (Unidad Popular) absolutamente desideologizado. Los raptos de “izquierdismo” de Garzón en la pasada campaña eran sólo modos de buscar el voto entre los sectores que pudieran votarles: los más ideologizados dentro de unas bases sociales muy desideologizadas en general. En una nueva convocatoria electoral gran parte de los votos que tuvo IU podrían irse a la abstención y ella beneficia sobre todo a los partidos más votados. Recordemos que los asaltacielos sólo asaltaron el tercer puesto en la carrera por la Moncloa.

Pero volvamos a la cuestión de si el PSOE y Podemos son, de verdad, dos opciones ideológicas distintas.

En julio de 2014 escribí un artículo titulado "Guárdame los votos, Pablo, que en unos meses pasaré a recogerlos. Pedro Sánchez". En dicho texto venía a sostener la tesis de que Podemos era un granero para guardar los votos del PSOE, no para quitárselos, y que posteriormente dichos votos volverían al PSOE. Lo cierto es que no ha ocurrido de un modo directo, si bien Podemos no supero al PSOE sino que quedó en tercer lugar. Pero lo cierto es que la propuesta de investir Presidente a Pedro Sánchez mediante los votos parlamentarios de Podemos viene a parecerse mucho a esa tesis, aunque para ello hubiese de pactarse algunas condiciones de Podemos y muchos cargos, que de eso se trata antes que de cualquier otra cuestión.

Desde Julio de 2014 a hoy mucho agua ha corrido bajo los puentes de Podemos y del PSOE.

En primer lugar, las veleidades de sorpasso quedaron atrás en el mundo podemita.

En segundo quien compare al Podemos reformista de entonces, y no digamos nada si lo hace con el de las elecciones europeas, con el de ahora y su programa creerá estar ante dos partidos distintos. Pero son el mismo. Las diferencias ideológicas entre un reformismo del sistema vía Podemos y las de un Podemos absolutamente entregado a los mercados, el IBEX35, la OTAN, la UE y la monarquía son las mismas, lo que garantiza sus proximidades al PSOE, que no sé porqué es PPSOE para los podemitas, cuyos votos vienen sobre todo de allí, y no es PSOE2 su partido.

Al fin y al cabo, en el paso de las posiciones contrarias a la OTAN, favorables a la República y al derecho de autodeterminación de Cataluña y de Euskadi, el PSOE hubo de invertir varios años y para cambiar alguna de esas posiciones hubo de llegar al gobierno. Podemos, por su parte, ha renunciado a todas ellas (sí, ya no hay líneas rojas, ni siquiera la del referéndum) en cosa de unos meses (en la cuestión el referéndum en un mes) y por supuesto sin llegar al gobierno, ni siquiera acercarse por méritos propios que no fuesen una coalición postelectoral con el PSOE.

Conviene ver algunas de las personas propuestas por Pablo Iglesias para formar parte del gobierno de coalición PSOE+Podemos+IU, que Garzón ya ha dicho que sí, mediante el procedimiento que toca: twitter. Los órganos de dirección de IU ya tal. Lo importante son los del candidato.


  • Julio Rodríguez; Mr. OTAN, señor JUJEM y bombardero sobre Libia. Fue máximo jefe del ejército español con Chacón, durante el gobierno de Zapatero. Imaginen para qué Ministerio le propondrá Iglesias.
  • Carolina Bescansa: próxima al PSOE en el pasado, a través de su pertenencia al grupo demoscópico dirigido por Julián Santamaría, máximo sociólogo de este partido.
  • Íñigo Errejón: máximo exponente de las tesis partidarias de pacto con el PSOE dentro de Podemos e hijo de José Errejón, hombre que ocupó altos cargos con el PSOE, que también con la UCD.
  • Victoria Rosell: Miembro de Jueces para la Democracia, entidad próxima al PSOE. Pareja del ex jefe de prensa del PSOE en Canarias, Carlos Sosa Báez
  • Pablo Iglesias Turrión: Partidario cuando era asesor, cobrando, de IU de acuerdos postelectorales PSOE+IU. Hijo de un ex reconocido miembro del FRAP, que tras su detención fue defendido por José Bono, alto jerarca del PSOE en los gobiernos González y Zapatero y propiciador de la famosa cena entre Iglesias y Zapatero.

2.-¿Qué significado tiene esta propuesta de acuerdo?
El PP y Mariano Rajoy son dos opciones quemadas para el capital. Su gestión la crisis capitalista ha sido enormemente útil a su opción de clase pero no está acreditado ni legitimado socialmente para continuar con una vuelta de tuerca que hoy piden tanto Bruselas como el FMI.

Su gestión de las tensiones territoriales ha sido nefasta. Su papel de partido nacionalista español y su negativa a actuar en algún sentido, fuere el que fuere, ante el órdago secesionista en Cataluña, es una auténtica fábrica de independentistas en distintos territorios del Estado.

El momento económico español aún mantiene inercias de crecimiento que son antagónicas con la tendencia mundial hacia una gran segunda depresión dentro de la crisis capitalista mundial. La insistencia de los medios de desinformación del capital (todos los medios no alternativos) de culpar a la demora de los políticos en formar gobierno en cualquier posible efecto negativo de la política en la economía tiene un doble objetivo:
  • Negar que las políticas económicas procíclicas tengan algo que ver en el próximo impacto de la crisis capitalista, en un Estado con una deuda cercana al 100%.
  • Favorecer la imagen, más que real, de desgobierno por parte de un PP incapaz de encontrar socios que favorezcan la investidura de Rajoy, que ya ha desistido.

El capital necesita una opción de gobierno que le permita continuar en su intento de recuperar su tasa de beneficio, más que afectada en sentido global, a pesar de los beneficios de ciertas grandes compañías y sectores.

Para ello necesita lograr varios objetivos:
  • Un gobierno estable, capaz de garantizar la paz social, ante la inminencia del recrudecimiento de la crisis. Que ésta es inminente lo podemos ver en 3 ejemplos concretos: el despido de Tragsa (gigante en el mercado medioambiental) de 555 de sus trabajadores mediante ERE, el hundimiento de Abengoa, gigante del sector energético, afectado por la suspensión de proyectos internacionales en un mercado contractivo, la suspensión de actividades por tiempo indefinido de la planta de producción de acero de Arcelor Mittal de ACB (Acería Compacta de Bizkaia) -335 trabajadores- debido a la contracción mundial de la demanda de productos semifacturados, crisis agravada por la fuerte competencia China y la guinda del pastel: próxima reestructuración del sector bancario español que prevé reducir su plantilla en 35.000 empleos.
  • Asegurar la desmovilización social y política, hasta hoy asegurado por el sindicalismo sistémico de CCOO y UGT, y que, la inclusión de Podemos en el gobierno potenciaría en grado extremo, dado el “sentido de Estado” manifestado en varias ocasiones por su líder Pablo Iglesias.
  • La continuidad de la unidad del mercado español, lo que significa dar una solución “relativamente” satisfactoria a los sectores soberanistas, en primer lugar en Cataluña, lo que reconduciría significativamente al situación, especialmente reorientando los restos de Convergencia Democrática de Cataluña hacia soluciones “más realistas”. En esta cuestión lo fundamental es ganar tiempo para la gran burguesía española y catalana (ésta última no secesionista en su gran mayoría). 30 o incluso 20 años más de pax catalana serían una bicoca. Reforma federal como sugería el fallecido Rubio Llorente y que Podemos estaría en condiciones de favorecer, tras su pastoreo de buena parte del independentismo catalán, vasco y gallego.
  • Desprestigiar la idea de izquierda, ya bastante dañada por la practica reformista y prosistema de los partidos mayoritarios que se reclaman tal -objetivo real para el que ha nacido Podemos- y, de cualquier expresión políticamente organizada de la lucha de clases. Si la prensa de la caverna fascista acusa a los podemitas de comunistas -algo tan cercano a la realidad como la condición de socialista del PSOE- a ver quién es el guapo que en el futuro se reinvindica comunista y denuncia la falsedad de aplicar este término a sujetos de la catadura del señor Iglesias y su troupe. Será una tarea de titanes, imprescindible y obligado, pero muy cuesta arriba hacer esto.
Y, más allá de las apariencias y la fanfarria de alarmismos empresariales mediáticamente sobreactuados, a este objetivo de un “gobierno de progreso” se sumará el capitalismo español porque le van muchos beneficios en ello. Quien crea que habrá reversibilidad de leyes laborales, de pensiones, derogación del artículo 135 de la Constitución española y de la LOEPSF que la desarrolla, así como del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria del que ambos emanan, blindaje de derechos sociales, negativa a acatar el TTIP, referéndum catalán, etc., es que pretende justificar su posición pusilánime y claudicante bajo el formato de “ilusión” y confianza en quienes son el referente español de Syriza (Podemos e IU)

Sin la derogación y denuncia de las 3 leyes de austeridad fiscal citadas no hay dinero que valga para blindar derechos social alguno ni para derogar leyes de pensiones y laborales, señores, porque cuesta dinerito y el grifo de él lo tiene el BCE, excepto que se intente vía impuestos a las familias y empresas con mayor capital pero eso no nos vamos a creer que PSOE+Podemos+IU lo hagan ¿o sí y nos creemos que los Reyes/Reinas Magos/Magas existen?

Lo que obtendrá la clase trabajadora española de tal gobierno es unos rejonazos como los que ha obtenido la clase trabajadora griega de parte del gobierno de Syriza. Y no vale la cantinela pablista de decir que España no es Grecia porque la economía también en España se va a poner muy mal y las medidas que tomen PP o un gobierno alternativo al mismo serán las mismas, las que dicte el capital que ya ha votado. ¿O se creen ustedes que si no lo hubiera hecho en un sentido concreto Mariano Rajoy no tendría ya hoy a estas alturas el voto de Ciudadanos? ¿No era Ciudadanos la opción del IBEX35?

Pues bien, visto lo visto y lo que hemos de ver, yo por mi parte afirmo que al igual que hasta ayer se decía “PSOE y PP la misma mierda es” hoy ya es posible, y dentro de unos meses mucho más, decir que “Con Podemos, IU y PSOE la misma mierda tenemos”.

25 de mayo de 2015

TRAS EL 24-M, VUELVE EL ZAPATERISMO SIN ZAPATERO

Por Marat

Zapatero se ha convertido en un referente progresista mundial” (Tesis doctoral de Pablo Iglesias Turrión)

Las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo 24 de Mayo muestran un vuelco muy mayoritario del mapa institucional español y anticipan una más que posible debacle del PP en las elecciones generales próximas.

El hartazgo social ante una corrupción sistémica, mucho más que ante las draconianas medidas de austeridad, recortes sociales, altísimos niveles de desempleo y gran extensión de la pobreza en el país, lo ha hecho posible.

Aunque Barcelona y Madrid capital son, a primera vista, las más llamativas expresiones del llamado cambio, frente al que en la gran mayoría de las plazas del territorio del Estado español no bastaría para impedirlo una alianza con Ciudadanos, lo cierto es que la sustitución de siglas es casi total.
Quisiera detenerme en primer lugar en el caso de Barcelona capital que, junto con los tres territorios históricos de Euskadi han experimentado el efecto del caballo de Troya “empoderado”, el cuál ha servido para debilitar la opción soberanista. En el caso de Bildu, les imagino arrepentidos de su coqueteo con Podemos. El españolismo patrio nunca ideó mejor invento.

Barcelona, con el éxito de la candidatura encabezada por Ada Colau, ha supuesto un mazazo formidable sobre la cabeza del convergente Trias, si bien no ha cambiado tanto el peso nacionalista, en sentido amplio, de otros municipios de Cataluña, donde el soberanismo incluso se refuerza. En cualquier caso, el hundimiento en las cuatro provincias del PSC, ya visible en otros comicios, y la atomización del voto barcelonés son dos cuestiones a tener en cuenta. Respecto a la segunda cuestión, la elección de la persona que encabezará la alcaldía de Barcelona pondrá a prueba la tensión entre el eje “izquierda”-derecha y el del nacionalismo catalán vs. nacionalismo español.

El caso de Madrid merece un tratamiento particular porque la previsible no investidura de la capital de una Esperanza Aguirre, que bien pudiera acabar su carrera política imputada por corrupción, derrotada por una más que posible coalición de la marca blanca podemita (Ahora Madrid) y el PSM, tiene que ver más con el fantasma de Tierno Galván reencarnado en Manuela Carmena, y con las “habilidades” de la Condesa consorte de Bornos para pisar callos, hacer el ridículo sin sentido del mismo, emplear un lenguaje matonesco y crearse enemigos tanto fuera de su partido como dentro de él, que con unas supuestas cualidades de arrastre de Podemos sobre unas marcas blancas que le darán muchos quebraderos de cabeza en los tiempos venideros. Ya se los han dado en muchas localidades primero a los electores que buscaban al partido del circulo morado y se hallaban con una sopa de nombres (Ahoras varios, algunos Ganemos, EnComunes diversos, Sísepuedes y mil nombres más).

La prueba de que el arrastre carismático de Manuela Carmena nada tiene que ver con el peso real de Podemos en estas elecciones es que por lo que respecta a los resultados de las municipales el desplazamiento del PP por el Gobierno no pasará por este partido y sus comparsas -con la excepción de Cádiz- sino por el PSOE de Pedro Sánchez, que ayer prácticamente alcanzó al PP en votos y porcentaje.

Lo mismo cabe decir de los resultados de las autonómicas, donde Podemos ha quedado no como primera fuerza en ninguna Comunidad Autónoma, ni como segunda, sino como tercera. Parece que La cara de Pablo Iglesias en su comparecencia en tv era un poema. 



Sabemos ya que Echenique, conato frustrado de Richelieu, no será presidente de Aragón, ni el sibilino Montiel, desplazado a colista (el quinto) de entre los cabezas de candidatura electos en la Generalitat Valenciana. Tampoco el mediocre José Manuel López, a 10 escaños de distancia del opaco Gabilondo, el cuál posiblemente no logre alzarse con la Comunidad de Madrid, dado que la suma de escaños de PP y Ciudadanos da la mayoría absoluta

La frase de Pablo Iglesias en dicha comparecencia de “nos hubiera gustado que el desgaste de los grandes partidos fuera más rápido” corrobora, fanfarronadas aparte sobre el carácter histórico del 24M y sobre ser “la palanca del cambio” -¿o será el palancanero?-, que sabe muy bien el papel que le toca a partir de ahora: el de escudero muletero del PSOE.

Desde el mismo día 25 de Mayo sonarán los teléfonos para ir avanzando sobre lo tratado en las primeras conversaciones de las últimas horas del 24, habrá reservados en restaurantes en los que se escuchen risas y susurros, el chalaneo será moneda de cambio, se producirán ofertas y contraofertas, personajes que habían pasado a segundos y terceros planos cobrarán relevancia en el acercamiento de voluntades y como muñidores oscuros de pactos. Se dirá mucho, off the record, eso de “te rasco tu espalda si tú rascas la mía”. Intercambio de cromos y negociación de sillones, vaya. Cádiz capital por la Comunidad de Andalucía y Madrid capital por el resto de capitales y de CCAA donde la suma de la rosa y los círculos lo haga posible. En el caso de la Comunidad de Madrid Ciudadanos sopesará con qué posible aliado puede rascar más, si con el PSOE o con el PP. Claro que una carambola a tres bandas también con los podemitas, lo mismo le hace un roto al tapete de la mesa de billar de su base electoral.

A la plebe se lo venderán con un lazo muy bonito de “gobiernos de progreso”, regeneración, transparencia, cambio de rumbo en la política económica, servicios, protección a los más débiles, “reversión” de las privatizaciones realizadas en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Ah, no, lo de la reversión, cuando mejore la economía porque se necesitarían enormes partidas extrapresupuestarias para indemnizar a los sectores empresariales que hicieron su agosto con las privatizaciones de los servicios públicos.

¿En qué quedó aquello de PPSOE, de “PSOE y PP la misma mierda es” o de la expresión delicadamente enunciada por el ex afilado del PSOE, Monedero ,el PSOE y el PP no son la misma mierda pero cagan parecido”? El PSOE ha sido milagrosamente “des-castizado” pero aún nadie nos lo ha anunciado públicamente. ¿O es algo aceptado tácitamente por los votantes del PSOE y de Podemos partidarios del pacto por “el cambio”? La política es el arte predilecto de los cínicos.

Bueno pero, si va a cambiar su política, el PSOE “bien vale una misa”...o 100.000. Todo “por el cambio y la gobernabilidad”. ¿O será por pillar cacho, ya que cielo se va a tener que tomar no por asalto, ni por consenso sino por pacto? Ya que lo viejo tarda mucho en “doblar la servilleta” (morir), si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Quizá a más de uno se le nuble la vista y se le corte la sonrisa de ensueño pensando en su nuevo despacho cuando, al llegar a tomar posesión del mismo, se encuentre sobre la mesa una nota que diga “la caja está vacía” y al abrirla, para comprobar si es cierto, se encuentre en ella sólo una araña que cuelga de su tela emulando a Tarzán en su liana. De momento, el Gobierno en funciones de Fabra en la Generalitat Valenciana lo ha dejado hasta por escrito el mes pasado. Y el Ayuntamiento de Madrid tiene 5.000 millones de deuda. Presumo que la inmensa mayoría de Ayuntamientos y CCAA no goza precisamente de una economía muy boyante.

¿Qué dará entonces el “pacto de progreso” a los empoderados votantes, a esa “gente”, y a esas “personas” que no parecen pertenecer a clase alguna que no se reconozca en una media venida a menos?

De momento, como me decía el otro día por teléfono un amigo muy apreciado, cambio de caras, que reconforta -han ganado “los nuestros”-, un poquito de justicia, con cuentagotas, no vaya a sentar mal, mandando a unos cuantos enchufados al paro para poner a otros, y trans-parencia, mucha trans-parencia que, andando el tiempo se verá que es más a-parente que real. Durará lo que dura un bonito cuento narrado a infantiles mentes antes de despertarlas con alguna pesadilla.

Cuando se den cuenta, pasadas unas elecciones generales que volverá a ganar el PSOE, practicando un zapaterismo barato de ese que amaga por la izquierda y pega por la derecha, que aprueba medidas de bajo coste o gratuitas, que no cambia nada en lo esencial, que no lleva más que a un nuevo giro de la noria de la eterna transición hacia el mismo punto de partida, que de constituyente no tiene ya ni el nombre porque apenas se escucha ya, y que de recuperación de derechos sociales perdidos nada de nada, el despertar producirá la misma resaca que produjo el período que va de los primeros ayuntamientos democráticos hasta varios años después del triunfo del PSOE de Felipe González: una gran paz social, producto de una enorme desmovilización, por absorción institucional de los líderes sociales y por exceso de confianza en la sustitución de la calle por las urnas.

La segunda transición, así lo titulan los medios, ha comenzado, pero ésta es 2.0, con palmeros tuiteros, unos sospecho que profesionales y otros con muchas ganas de llegar a serlo. Mientras tanto, las calles han sido vaciadas. Esto funciona muy bien cuando el personal busca salvadores, antes que ser él mismo el que emprenda la lucha tomándola en sus manos.

Teseo continuará atrapado en su laberinto a expensas del Minotauro de pelaje alterno mientras siga sin aparecer en escena Ariadna con su hilo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese:
"Dile la verdad, no la engañes"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/05/dile-la-verdad-no-la-enganes.html
"Syriza y Podemos, por la misma senda de la renuncia permanente": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/06/syriza-y-podemos-por-la-misma-senda-de.html

21 de septiembre de 2014

PEDRO SÁNCHEZ vs. PABLO IGLESIAS: DE LOS DEBATES CON MARHUENDA A LA LLAMADA EN DIRECTO A “SÁLVAME”

Había una vez, un circo...
Por Marat

Cuando Pedro Sánchez llamó a “Sálvame” para comunicar humildad y cercanía al entrar en directo para pedir perdón por el papel del PSOE en Tordesillas en relación con el Toro de la Vega -el alcalde es de este partido- y afirmar que él y su partido están contra el maltrato a los animales, trasmitiendo la imagen de que era un hombre simpático, cercano, afable y “espontáneo” tuve la sensación de un dejà vu

Cuando horas más tarde repitió la jugada, rizando aún más el rizo de la “espontaneidad” para comunicar amabilidad, empatía, espontaneidad e “investidura” del poder que llevó a Pablo Motos a dejar que le ganara en la prueba que casi siempre gana él, supe que estaba ante una misma categoría de producto con dos marcas -Pedro Sánchez y Pablo iglesias Turrión (PIT, que no Brad) y las mismas estrategias de marketing que se dirigían a idéntico público: el que alimenta su intelecto y su formación/información por la televisión.

El formato de los combates de presing-cacht-tongo entre Marhuenda y PIT, que no Brad o entre la señora de éste y submarino de Podemos en IU, Tania Sánchez y Eduardo Inda, es tan espectáculo televisivo, tan poco racional, tan dado al entretenimiento, tan poco facilitador de la reflexión no ya como “el Hormiguero” sino como el programa de casquería gruesa que conduce Jorge Javier Vázquez. En ambos espacios televisivos las acusaciones cruzadas, la interrupción del que habla, las gesticulaciones y gritos, la dramatización teatral, la representación actoral de papeles previamente ensayados, el carácter de performance, la puesta en escena, la búsqueda de la frase de trazo grueso y el efectismo se oponen al debate argumentado, la profundidad y relevancia del contenido de lo que se debate y la posibilidad de que la audiencia se eleve por encima del bagaje cultural con el que previamente se había puesto delante del televisor.

Lo que importa es el circo, el entretenimiento, el arte ceremonial, el espectáculo, sea en relación con la operación de agrandamiento de mamas de alguna de las descollantes figuras intelectuales de “Sálvame” o con que Marhuenda sea un facha redomado o PIT, que no Brad, un terrible bolchevique que pretenda convencernos de que hay que “empoderar” a la cabra de la Legión al grado de comandanta de un Tabor de Regulares.    

Como en una de tantas ediciones de “Gran Hermano”, el espectador asiste al espectáculo político televisivo convertido en un mirón pasivo, casi siempre un cotilla al que la banalización de los contenidos que le alimentan como el soma de “Un Mundo Feliz” le ha ido convirtiendo en la mayoría silenciosa de la que nos habla Baudrillard y, en el mejor de los casos, en parte del público que desde los sofás de sus casas, asiente, murmura, emite un gruñido de desaprobación o complacencia y se identifica o no con el personaje de la obra de ficción que la TDT le esta emitiendo. 

Del bufón plebeyo de las cortes medievales al político mediático algo hemos avanzado en simulacro de democratización social. Hoy quien ejerce de aparente soberano es el ciudadano-espectador mientras es el noble-político quien realiza las gracias, evoluciones y piruetas para entretener a una sociedad con más tiempo libre del que quisiera porque el desempleo convierte en obligados ociosos a millones de seres humanos que tienen sumamente difícil aprovechar ese espacio socialmente improductivo en construcción que mejore sus vidas y sus personas.

Series de ficción con vampiros o zombies, talk-shows a cada cual más descerebrado, banal y embrutecedor, programas de “información”-debate-tertulianismo-cotilleo que rebajan al público a la condición de discapacitado mental. Ese es el logro de unos aparatos ideológicos del poder económico y político que condenan al individuo a una permanente etapa infantil carente de raciocinio.

En las actuales sociedades capitalistas la sofisticación no es precisamente el mecanismo de manipulación y dominación a quienes tienen menos capacidad para defenderse de la sodomización mental. Lo habitual es la emisión de mensajes destinados a un esfuerzo mental mínimo, donde los contenidos vienen ya formateados y preparados como los potitos de las comidas para bebés. 

El mercado político no es sino la prolongación del mercado de consumo de mercancías.La comunicación, que no información, queda reducida a eslóganes publicitarios en un estado de permanente campaña en la que la tensión, la agresividad y la violencia verbal representan a una fracción mínima (muestra) del universo total de la población. El debate político es el desplazamiento metonímico de la violencia social, como válvula de escape que permite que la presión no suba en exceso y se mantengan los mínimos necesarios para el consentimiento. 

Puesto que la representación política, las organizaciones, y la propia sociedad con ellas, carecen de alternativas reales para afrontar una crisis económica capitalista que es endémica, la tensión se desplaza hacia el escenario político, dejando que los poderes económicos queden en la sombra mientras las figuritas del guiñol fingen golpearse con rutinarios mamporros retransmitidos a los hogares en los que unas mayorías cada vez más fatigadas los contemplan. 

El pretendido espacio de disidencia social y política frente al orden imperante no supera un tercio de la sociedad y está compuesto fundamentalmente por aquellos que, habiendo perdido un estatus relativamente acomodado, pretenden recuperarlo y volver a los buenos tiempos de la estabilidad social y el consumo despreocupados.

Pero ese tercio y sus supuestas correlaciones políticas son plasmados por el foco mediático como la disidencia global oficializada a la que dar la palabra y la bendición institucional que haga las veces de reintegración en el orden sistémico de quienes en realidad nunca estuvieron fuera de él ni en su contra porque es su orden, en el que creen y el que desean.

La gran mayoría de las auténticas víctimas de la crisis asiste silenciosa a su sacrificio ya que carece de voz política que la exprese con voluntad de derribar el orden económico, político y social que sustenta al capitalismo.

“Si hay alguna esperanza está en los proles”, dijo Winston Smith en “1984” -yo también creo que está en ellos porque cada vez tienen menos que perder y un mundo por ganar- pero no ha renacido aún el derrotado partido que siempre les representó. Todos los que reclaman su patrimonio son aún demasiado sectarios, cerrados en sí mismos y miedosos para serlo. Habrá que ir poniendo la semilla destinada a un resurgir que expulse a las clases medias autoatribuidas y reales del escenario central de la protesta para situarlas a la cola y dependiendo de la lucha protagónica del viejo y, a la vez, moderno Prometeo de la Humanidad: esa clase que al liberarse de la opresión y la explotación, emancipa a todas las demás del yugo capitalista de la producción, el consumo fetichista y la falta de  futuro.

Mientras tanto, cuando veo a PIT, que no Brad o a Pedro Sánchez sé que se me está vendiendo el mismo producto caducado: ciudadanismo interclasista que incluye a los explotadores, discurso aceptable y bendecido por el sistema capitalista, apelación a “la gente” en lugar de a la clase, primarias como solución a cualquier tipo de mal, incluida la calvicie y la alitosis y telepredicación apelativa al hooligan descerebrado en lugar de al ser humano crítico y capaz de expresar un NO que se salga del guión y esté dispuesto a avanzar, como el bosque de Birnam, hasta derribar las murallas del castillo de Cawdor. Juventud, divino tesoro...de la trivialidad. 

Eso sí, al menos Pedro Sánchez da la impresión de ser un tipo más humilde, que se baña más a menudo y que tiene la dentadura más limpia que PIT, que no Brad. Algo es algo. Y si para las señoras está más bueno que el escuálido cargado de hombros y de soberbia, algo más se logra. Al menos gustará a las chicas. 

No hace mucho escribí un artículo que ustedes pueden encontrar en este blog titulado “Guárdame los votos Pablo, que en unos meses pasaré a recogerlos. Pedro Sánchez”. Ya está sucediendo. Es lógico: el 35% de los votantes de Podemos proviene del PSOE y son personas que creen que ser de izquierdas es no ser tan cutre y carca como el PP. Nada debe sorprender de estos “progresistas” del mundo PSOEDEMOS.

Quien sepa interpretar que lo haga. En “La Sexta Noche” del sábado 21 de Septiembre ha entrado PIT, que no Brad, después de meses de silencio meditativo, como respuesta a la crítica dentro de su “movimiento” a su hiperliderazgo bonapartista, para retar a Pedro Sánchez a un debate. Será divertido comprobar cómo nada pueden ofrecer ni uno ni otro a la clase trabajadora de este país, más allá de críticas mutuas, velados guiños y alguna palabra talismán que nada significa. 

Propongo que el debate se haga en "Sálvame de Luxe" y que, en lugar de conducirlo Jorge Javier Vázquez, sean Belén Esteban o bien Kiko Hernández los moderadores, aunque también veo capacitadas para lidiar el evento a Lydia Lozano y a María Patiño.  

El día anterior, el curilla efébico y andrógino Errejoncito jr. en el programa “La otra red” del canal Cuatro admitía que, según en qué condiciones y si el PSOE cambiaba, (¿creería en sus palabras este personajillo?) Podemos podría pactar con este partido. ¿Alguien creía otra cosa? Yo creo que ni los fans, que no militantes, de Podemos más fantalizados pensaban en lo contrario. Radiografía del viaje desde el reformismo más agotado de Zapatero hasta la nada de PIT, que no Brad, pasando por todas las contradicciones posibles. 

En Podemos hay dos almas, además de algún primo que se cree revolucionario y desconoce dónde está pinado: la derecha democrática, representada por el voto que viene del PSOE, y la extrema derecha del borracho de taberna exaltado y matón. De esta última escribiré en unos días.   

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:
"El lado fascista de Podemos del que no hablan La Sexta, Cuatro o Público": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/09/el-lado-fascista-de-podemos-del-que-no.html

"Esoterismo y negocios giran alrededor del planeta Podemos"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/esoterismo-y-negocios-giran-alrededor.html

"Juego de Tronos: la trampa de Pablo Iglesias"http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/juego-de-tronos-la-trampa-de-pablo.html