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26 de julio de 2023

ELECCIONES 23J, EL PP Y VOX A PASTAR,...DE MOMENTO

Por Marat

La noche del 23J el balcón de Génova 13 mostraba el patetismo de los rostros de sonrisa forzada de unos vencedores derrotados. El intento de expresar unos gestos de victoria por parte de un candidato derrotado en su victoria contrastaba con la cara de mármol de quien ya sólo estaba allí en cuerpo presente. Su mente volaba hacia los días previos a las urnas. La ráfaga infinita de mentiras del primer debate le había golpeado como un boomerang por las televisiones y radios del país. Su incomparecencia en el segundo a tres le había dejado sonado.

Los insultos a lo largo de toda la legislatura por parte de los chicos de la gasolina del PP y VOX, el indigno slogan jo oficial de campaña, y vaya slogan, “que te vote Txapote”, las difamaciones a cargo de los esbirros mediáticos de la derechuza, las amenazas de cárcel contra enemigos políticos y de ilegalización de partidos, la inquina contra las mujeres y los homosexuales, las demandas empresariales de jubilación a los 70-72 años y de endurecimiento para recibir las prestaciones y subsidios de desempleo, despertaron la respuesta de los sectores democrático-formales de la sociedad española que resistieron a la vuelta a la caverna

Resultado, como en el título de la novela de Graham Greene, “el perdedor gana”. Lo hace porque tiene muchos candidatos a ser socios. El escollo de Junts será salvable sin demasiados rotos. Y el ganador pierde porque sólo cuenta con los energúmenos de Abascal y un requeté de UPN.

Como a Consuelo Ordóñez, una señora a la que nada me une en la política, me importa poco quiénes han derrotado a la reacción, que ella llama la indignidad. Lo tiene claro Otegi, que ya ha ofrecido su apoyo a un gobierno alternativo a los facciosos “sin líneas rojas”, un mensaje que ha trasladado a Junts.

Al contrario que los revolucionarios de salón que encontraban más motivos para salvar su virginidad política o que ese grupúsculo que pidió el voto nulo o su escisión que cosechó 16.000 votos en todo el territorio del Estado, no confundo cuál es en el momento presente el enemigo principal y cuál el secundario. El enemigo principal son la reacción y el fascismo. El secundario el socioliberalismo y los progres. Esto lo comprendieron muy bien las miles de personas que la noche del 23J gritaron la vieja consigna de resistencia “No pasarán”.

Digo todo esto a toro pasado porque, si vamos a unas segundas elecciones hay que tener las cosas mínimamente claras. Lo contrario es tan estéril como la del comportamiento del niño de tres años que dice “que se fastidie mi mamá que yo me cago en los pantalones”.

No estaría de más que se pregunten de qué modo ha contribuido su postura a reforzar una posición de clase y a frenar las posibilidades de llegada al gobierno de la reacción y el fascismo.

Al día siguiente de la presentación del programa del futuro gobierno de coalición PSOE/Sumar es el momento de continuar denunciando cada una de las políticas antisociales que haga, de exigir la derogación del Código Penal, de rechazar su reforma laboral y de pensiones, de desenmascarar su falsa política de igualdad,...Algunos llevamos muchos años ejerciendo nuestra crítica a socioliberales y progres y lo seguiremos haciendo, porque sabemos que siempre traicionan a la clase trabajadora. pero sabemos también lo que toca en cada momento.

No quiero olvidarme de los 46.000 votos que han ido a parar a los rojipardos de Frente Obrero. Sólo los tiempos confusos que vivimos, la ignorancia y la incultura política más completa, junto con la publicidad que se les ha hecho desde medios de ultraderecha, incluido Jiménez Losantos. Quien crea que el Frente Obrero es una organización de clase sustentada desde una organización comunista, el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), actúa con la misma lógica que quien cree que el NSDAP (los nazis) eran socialistas porque llevaban esta palabra en su nombre. Vayan a las fuentes, lean a Marx y Engels directamente, sin mediadores que los interpreten para tergiversarlos. Se dan de bofetadas el nacionalismo españolista, el racismo y la xenofobia, el rechazo a los derechos sexuales de este grupo y su führercito con el pensamiento de los padres del socialismo científico. La clave que explica esta involución está en el estalinismo más rancio como pasarela argumental hacia el rojipardismo.


Piensen por un momento en qué hubiera pasado si la pandemia y sus consecuencias económicas las hubieran afrontado un gobierno del PP y VOX ¿O es que ya no recuerdan que en la región de Madrid murieron unos 8.000 ancianos en sus camas ante la negativa de una Ayuso a atenderles, mientras culpaba de ese asesinato colectivo al entonces vicepresidente del Gobierno, cuando las competencias eran autonómicas? El mismo exvicepresidente que ahora hecha cuentas de los votos que les han faltado a sus socios, tan progres como ellos, respecto a 2019, cuando en las autonómicas y locales de Mayo Podemos se convirtió en un cadáver político, más por deméritos propios que por exclusiones de ajenos.

En cualquier caso, Feijóo está ya amortajado. Caerá tan rápido como Casado. Se lo dijeron sus hordas desde la calle cuando, al comparecer junto a miembros de la dirección nacional del PP y la mujer de rojo, gritaron “Ayuso, Ayuso”. Se lo ha dicho la marquesa consorte Aguirre y lo ha expresado el supuesto lapsus de García Margallo, al afirmar sólo dos días después de las elecciones que el candidato mejor actual del PP es Ayuso. Saben que ella es la líder natural tanto de su partido como de VOX.

18 de julio de 2023

EL 23J Y LOS SOCIÓPATAS QUE VOTARÁN A PSICÓPATAS

 

Por Marat

Descubrí a Francisco Ibáñez a principios de los años 70 del pasado siglo, casi cuando empezó a publicar a los únicos dos superhéroes que he querido en mi vida: el superagente mildisfraces cuatrojos Mortadelo y su sufrido jefe el dos pelos Filemón. Me traía mi padre cada una de sus aventuras al volver de sus viajes en camión. Dos encuentros que atesoro de cada ocasión como partes de mi niñez más querida.

Con los años fui disfrutando de su chifladura maravillosa, la de un niño grande que, mientras a mí se me iban gastando los créditos de la ilusión, él seguía acumulando, trastada tras tras trastada de mis mitos infantiles, el tesoro de un niño gamberro y sin maldad que soltaba en sus viñetas la crítica tierna a un mundo que no le gustaba. Hay lúcidas formas de locura que albergan toda la bondad posible del ser humano, a pesar de ser un “obrero” de la historieta, quizá por la sobreexplotación laboral a la que le sometió la Editorial Bruguera. Es el capitalismo, amigos.

Francisco Ibáñez murió el sábado 16 de julio de este año, el mismo año en el que ha muerto su mujer, una vida juntos.

Por desgracia, en el transcurrir de la breve vida de los seres humanos, hay muy pocas personas que nos puedan provocar tantos momentos de gozo y felicidad y tantos hijos de la gran puta que los destruyen.

Y ahora hablemos de política.

Los nombres de las cosas, como las de las categorías que designan a determinados individuos, no son arbitrarios. Tienen su porqué.

Los psicólogos refieren con denominaciones diferentes a los sociópatas y a los psicópatas. Son algunas de las formas con las que se refieren a seres aberrantes, a monstruos de lo peor de la condición humana.

El sociópata es básicamente un ser frustrado al que le ha ido mal en la vida. Alguien a quien hay que temer al acercarse, porque en su comportamiento se muestra, en ocasiones, impulsivo y se deja llevar por sus emociones. No siempre es así pero suele coincidir con la base sociológica de una reacción política fascista. Es lo que solemos conocer como el tonto potencialmente criminal de los cojones. Son los votantes de VOX y una parte importante de los del PP. Dedicación: borracho de barra de bar, dueño del mismo bar hijo de puta sobreexplotador.

El psicópata es más frío. No se deja llevar por sus emociones. Carece de empatía, sabe manipular su base sociólogica. Profesiones: político del PP/VOX, periodista de los medios de extrema derecha y del pluralismo maloliente, tertuliano, juez, dirigente sindical fascista de la policía, empresario de éxito, cutreinfluencer.

Que te vote Txapote”

Ésta es la quintaesencia, la síntesis intelectual, el vómito fascista, la incapacidad mental del hijo tarado de la antihistoria del, felizmente desaparecido, Ricardo de la Cierva, el festivo rebuzno de la chusma ignorante y malintencionada, la feliz idea de la reina del patrioterismo ultrafacha del terraceo madrileño, Ayuso, cuyas decisiones durante la pandemia asesinaron a más de 8.000 ancianos en sus residencias, el regüeldo de una derecha que con su basura quiere ocultar que va a aplicar lo que le demandan sus dueños del Círculo de Empresarios, la jubilación próxima a la muerte, a los 72 años, y el copago sanitario, que ahora desean sus socios de la sanidad privada según exige el mayor empresario de la misma, Juan Abarca, gran amigo del PP a través de sus negocios. Esto como entrada al menú de lo que está por venir 

En todos estos años de gobierno progre los trabajadores conscientes que rechazamos vuestros vómitos de odio fascista para ocultar vuestras próximas tropelías contra nuestra clase y los bálsamos progresistas que nos iban robando derechos, no hemos ignorado vuestra naturaleza fascista, la del PP y la de VOX.

Es un buen motivo para deciros a Feijóo, a Abascal que os voten vuestras putas madres, y que os acompañe en el viaje el saco de basura criminal del tarado de Desokupa, chulopiscinas y antiguo matón de discotecas poligoneras Daniel Esteve.

Los "freikorps" fueron la base del nazismo alemán tras la I G. M. Como entonces, la chusma de choque de VOX está compuesta por un lumpen desclasado y carente de futuro. O se les da respuesta desde una posición de clase o lo hará el fascismo de hoy como punta de lanza violenta de su proyecto.

Al fascismo no lo derrotaremos ni con carreras de tacones ni moviendo el culo en las carrozas, tampoco con pseudocomunismos dedicados a condenar a un imperialismo, mientras se blanquea al otro, tarea que sirve para justificar que se hace algún tipo de lucha, cuando en la empresa los compañeros de tan aguerridos militantes no les conocen precisamente por su combatividad en lo que afecta al mundo del trabajo. Es necesario tratar de recuperar a una clase trabajadora, de la que ya una parte se acuesta con su enemigo porque hemos dejado de ser parte de ella, abandonando la defensa cada día y en cada lugar concreto de sus necesidades inmediatas y más sentidas.

1 de marzo de 2022

AYUSO DARÁ LA PUNTILLA AL PP AL SERVICIO DEL “SORPASSO” DE VOX

 Por Marat

Isabel Díaz Ayuso es a la cohesión de y a la lealtad con un partido lo que el cáncer a la idea de salud.

Quien se ha encumbrado, no en base a méritos propios, sino a una oscura afinidad con Esperanza Aguirre y a su creciente capacidad de escalar peldaños en medio de la charca de ranas (corrupción que Esperanza Aguirre siempre “ignoró” y que era su sistema de privatización de lo público); charca que Ignacio González heredó y aprovechó lo que pudo y que pilló a Cifuentes con el pie cambiado en medio de la reyerta siciliana del PP en la que ella no era nadie dentro de las familias.

Díaz Ayuso, al empezar de Presidenta de la CAM iba de meritoria. Tenía que hacer olvidar muchos escándalos y eso no se consigue sin hacer ruido.

De las tontunas de los primeros meses como Presidenta, período en el que la izquierda practicó su habitual ridiculez, consistente en creerse graciosa e intelectualmente superior, pronto pasó a una seguridad en sí misma hiperventilada. Era el momento de ganarse a la mayoría de la sociedad madrileña y parte de la española.

Comunismo o libertad”, qué gran eslogan cuando libertad es reivindicar los bares y comunismo es aplicar medidas de contención del virus que hartan tras tanto tiempo de control.

Pero se fue acabando el COVID y apareció la normalidad de hablar de otras cosas y emergió la cuestión de los 283.000, que no eran los 55.000 de los que habla la Presidenta y que ésta impide investigar con el apoyo de sus camaradas de VOX.

Que Ayuso y “sus” diputados (PP y VOX) en la Asamblea de Madrid bloqueen el asunto del hermanísímo no podrá impedir investigaciones externas. Tampoco otras corrupciones que van apareciendo.

La demanda de expulsiones en el PP por parte de Ayuso tras la investigación interna por parte del defenestrado Casado es más un intento de reivindicarse ante lo que le espera que un ataque abierto o partido. Su apoyo actual a la futura dirección de Feijoo es tan creíble como el que proclamó hace tres meses a Casado

Cuando el destino le alcance y la basura le toque de lleno, Ayuso habrá dinamitado aún más la credibilidad del PP pero lo habrá hecho dando a VOX lo que durante este tiempo necesitaba.

La manipulación de la información no consiste sólo en la ocultación, la tergiversación, cuando no en la simple mentira, de los hechos.

También lo es su dosificación. Cuánto y cuándo se suministra del “material informativo” a repartir entre la audiencia receptora de tal “pienso”.

22 de noviembre de 2021

LAS CAMPANAS DEL 20-N DE LA MISA POR FRANCO SUENAN POR PABLO CASADO

Por Marat

Pablo Casado es un soplapollas. La RAE define esta palabra como la que corresponde a una “persona tonta o estúpida”.

A pesar de tener el viento a favor en un país en el que gran parte de la sociedad está encabronada por motivos que van desde la mala hostia tras las medidas de control del covid, pasando por la subida de la electricidad o los carburantes hasta la broma macabra del gobierno con unas medidas sociales frente al empobrecimiento de amplias capas de la población que han resultado una tomadura de pelo, el PP es un partido que vuelve siempre sobre sus fueros: una dirigencia cretina en momentos en los que la realidad nacional requiere inteligencia y unos líderes absolutamente impresentables.

El PP siempre que ha ganado las elecciones lo ha hecho por el desinfle de un PSOE abrasado por la crisis capitalista y sus medidas antisociales para afrontarla o por su debacle en casos de corrupción, nunca por éxitos propios ni por la capacidad de generar entusiasmo con sus propuestas o por la brillantez de sus candidatos a presidente de gobierno.

Lo más brillante que ha tenido el PP se remonta a la época de AP. Manuel Fraga Iribarne era un tipo intelectualmente brillante, algo eclipsado por su tenebroso y criminal pasado franquista, su carácter volcánico y su capacidad de producir miedo a una sociedad que sólo quería vivir amnésicamente en paz, haciendo tabla rasa del pasado.

Todos los demás presidentes del PP han sido capullos impresentables.

De Hernández Mancha nadie se acuerda porque Piolín nunca ha sido un personaje de ficción demasiado atractivo y fue designado a dedo para asegurar la vuelta de Fraga a la presidencia del PP ante la evidente distancia entre un alfeñique y un cañón tipo Gran Berta. Lo de Fraga era un ni contigo ni sin ti pero convirtió al PP en el gran partido de la oposición tras el hundimiento de la UCD.

Aznar fue ungido por el patrón gallego para ser su sucesor, dada la evidencia de que por muchas convocatorias electorales que hubiera, y aunque el PSOE hubiera podido poner de candidato a Javier Gurruchaga, Fraga no hubiera ganado las elecciones.

Aznar era un acomplejado que necesitaba poner las botas encima de la mesa en el rancho del hijo retarder de George Bush senior para reafirmarse como líder mundial, imitaba acentos tejanos y acabó por ser tan resentido como Miguel Primo de Rivera tras su vergonzosa salida del gobierno. Al menos a este le sirvió para tener unos abdominales en la vejez a prueba de bomba y no le condujo, al contrario que al otro, a las peores consecuencias de su viejo alcoholismo, del que el diputado Balbontín ya hizo un acróstico.

Rajoy, mi predilecto, ha sido un hombre enormemente discreto en su gobierno -no se le notaba. Sólo las consecuencias de la reunión de su consejo de ministros -. Un hombre capaz de ocupar el gobierno sin dejar su impronta personal, alguien tan insustancial como un chupachús de Fontvella, un tipo que sería capaz de dormirse sobre una mesa de billar con todas las carambolas a la vez, justo lo que sucedió en su contra al final de su gobierno. Ese es mi campeón. Fue presidente del gobierno de España durante 7 años sin mover un dedo en medio del caos del país y de la más absoluta incompetencia de una oposición con la inteligencia de chimpancés borrachos.

Y, por fin, Pablo Casado, la gran promesa blanca del PP, aunque pugilísticamente sea una mierda pinchada en un palo.

Hagamos abstracción de su meteórica carrera de derecho, propia de quienes eligen el negocio antes que el intelecto. Al fin y al cabo, he sido demasiado generoso con la biografía de sus predecesores.

Casado, un hombre capaz de hilvanar dos frases seguidas bien construidas, en la que puede llegar a incluir un sustantivo o un atributo no demasiado soez, antes de cagarla en la tercera locución, es una especie de ciclador rápido, propio de la bipolaridad. En dos telediarios puede pasar de reivindicar el centro y su trayectoria en la historia de España, y su puñetera madre, a considerar ocupa al gobierno actual.

El PP era el partido de la derecha extrema que disimuló su condición en el pasado y aglutinó toda la derecha, del extremo centro a la fascista, hasta que se fragmentó y salió todo su viejo detritus fascista en forma de VOX.

Hoy VOX tiene su dirección dentro del PP mardrileño. La sociópata Ayuso es el elemento de descomposición no tanto de su partido, lo será como consecuencia de sus luchas internas, como del fin de un presidente sin estrategia política, que no sea su propia supervivencia, sin capacidad de liderazgo interno, porque ya está absolutamente cuestionado, sin posibilidad de ganar unas elecciones si no vienen de la posible, no segura, descomposición del bloque político progre, si es que Casado es capaz de llegar a Enero.

Pero la realidad es que la mentira progre de políticas de igualdad (feminismo de cambio de sexo), política social (ya hay 11 millones de pobres en la España en la que 3 de cada 4 candidatos al Ingreso Mínimo Vital han sido rechazados) y convivencia (poder de la propaganda política) está volviendo a funcionar. El mundo de la izquierda, los progres, no da tanto miedo ni a la mayoría de la sociedad ni a un capital que necesita crecimiento y, para ello, consumo, como una derecha que, sin decirlo abiertamente, sólo busca el sacrificio económico de las clases que siempre han sido sacrificadas.

Esto es algo que un incompleto mental como Casado no entiende. Por mucha ira social que haya generado el gobierno progre, la derecha da más miedo. Dudar entre cortar la cabeza a una liberal-fascista como Ayuso o intentar recomponer el bloque que ella lidera desde dentro, lo peor del PP y VOX, es ya tiempo pasado. Casado está muerto y el que le llevó a traición a la misa del 20N sólo fue el brazo ejecutor, demostrando que era un soplapollas. Lo peor de este hombre no es que fuese a una misa tan escandalosamente fascista y tan explotable políticamente por lo mismo. Al fin y al cabo, Fraga estrechó la mano efusivamente a un maniquí en una campaña electoral. Lo malo de Casado es que se crea el sobrino de dios, sólo sea un puto monaguillo temporal y aún no se haya percatado de ello.

Hace 3 años escribí, por diferentes motivos, sobre el fin de Pablo Casado. Los relojes parados alguna vez podemos dar la hora, aunque por en medio del camino hayamos demostrado toda nuestra inoperancia y dejado huella de nuestras propias estupideces.

5 de mayo de 2021

EL PORQUÉ DEL HOSTIÓN DE LA IZQUIERDA EN LAS AUTONÓMICAS DE MADRID

Por Marat

Por adelantado pido disculpas por la extensión del texto que los más piadosos o interesados con/en él podrán soportar pero difícilmente el resto.

Voy a empezar, como el pelar las capas de la cebolla, de afuera adentro.

1.-FACTORES TÁCTICOS Y ESTRATÉGICOS DE LA CAMPAÑA

Al mercenario spin doctor Iván Redondo - que primero fue asesor asesor de campaña del racista y xenófobo dirigente del PP, Xavier García Albiol a las elecciones de Badalona, tras las que logró la alcaldía, que entre 2012 y 2015 ejerció de director del Gabinete de la Presidencia de la Junta de Extrema, asesorando a José Antonio Monago y que en Euskadi asesoró a Antonio Basagoiti, dirigente del PP- le ha roto el brazo el consejero aúlico Miguel Ángel Rodríguez (MAR), el dipsómano que probablemente asesoró, como hizo en los viejos tiempos, a su amigo, el saco de resentimiento del expresidente Aznar, cuando éste dijo aquello de y quien te ha dicho que conduzcas por mí, en respuesta a la campaña de la DGT No podemos conducir por ti, en la que se señalaba el riesgo de conducir con dosis de alcohol al volante, el mismo MAR que acusó de nazi, razón por la que fue condenado, al difunto doctor Montes, por sus sedaciones paliativas contra el dolor de los enfermos terminales.

No dejo de preguntarme por qué un político inteligente como Pedro Sánchez nombró a Iván Redondo jefe del Gabinete de la Presidencia de su Gobierno, el mismo cargo que recibió de manos de José Antonio Monago, del PP, cuando éste ostentó el cargo de Presidente de la Junta de Extremadura.

La respuesta me parece evidente: Sánchez es un político sin escrúpulos, aventurero y ambicioso. Personalmente considero a este tipo de líderes muy necesarios en tiempos convulsos. Cuando todo es caos y la ira domina a los seres humanos, lo peor que nos podemos encontrar es al político bienintencionado que no quiere pisar callos y que pretende ser la reina de la belleza moral frente a una realidad que necesita giros, aunque estos sean más estéticos que reales. Joden todo a su alrededor precisamente por su incompetencia, ejemplo evidente Gabilondo, que ni tiene categoría de político, aunque haya hecho el papelón más patético, solo superado por el candidato de Ciudadanos, ni ha salido de su debate con Anxágoras de Clazémonas, mientras los problemas se acumulaban a su alrededor durante estos los dos años en los que ha estado cobrando por representar a sus votantes.

Pero, a pesar de todo, no dejo de sospechar que tanto el fuego amigo (Redondo) como el enemigo (MAR) parecían alineados en sus objetivos, sobre todo si se ha tenledirigido a un pusilánime como Gabilondo desde Moncloa, ni siquiera Ferraz, sin atender a las percepciones de la realidad más cercanas a Madrid de la FSM.

Hay dos lemas de campaña que me interesan especialmente para explicar la derrota de la izquierda desde sí misma, sin recurrir a la inteligencia de la derecha extrema de Ayuso:

a) Que hable la mayoría. Lema de Unidas Podemos. Apelar a la mayoría, al cuando votamos ganamos significa desde la izquierda vincular la realidad de clase a la representación política de quienes se suponen que representan a la clase trabajadora y los sectores populares. Para ser politólogo Pablo Iglesias y, según dicen, de formación marxista, ignora lo principal: la diferencia entre clase en sí y clase para sí y, lo principal, que la clase puede llegar a identificarse, no necesaria ni miméticamente, con quienes viven su realidad.

Y aún así ello no lo explicaría todo. La mayoría (clase trabajadora y sectores populares) ha hablado desde parámetros en los que el vínculo ya roto izquierda/clase- no existe porque vivimos en un contexto en el que la izquierda gestiona lo que le permite el capital y la clase se ha sentido engañada, en la gestión de la pandemia, en las ayudas sociales, en el papel de Unidas Podemos en el gobierno, principalmente.

Y la mayoría habló pero no se sintió representada por Podemos.

b) Hazlo por Madrid. Lema del PSOE. Aquí uno se pregunta si el creativo de la campaña es el mismo que hizo el de Ciudadanos, Madrileños por Edmundo, alguien directamente imbécil o se lo han encargado a Iván Redondo en plan sabotaje descarado.

¿En serio, hazlo por Madrid? ¿Justamente por el concepto del que se había apropiado Ayuso durante el largo año de la pandemia? ¿Qué había de las ya más que envejecidas consignas del gobierno de no dejar a nadie atrás y de ligar su campaña a esta idea fuerza?

Quizá estemos ante la evidencia de un PSOE- Gobierno que, tras un año de demostrar iniciativa, inteligencia y capacidad de vender la moto a una clase trabajadora que no había de pedirle demasiadas explicaciones a las políticas sociales de futuro, está perdiendo toda su irradiación.

El tercer lema, el de Más Madrid, por lo que de verdad importa es realmente bueno. Sitúa a la campaña y los consumidores de los supermercados electorales ante la realidad social y económica. En el contexto de la realidad de la pandemia y de sus consecuencias alude a cuestiones como la defensa de la sanidad pública y del trabajo y su protección.

De un modo extenso, también puede ampliarse a la idea de la defensa de la educación pública y de las pensiones.

Por cierto, Más Madrid va a convertirse en Más País de modo potente. Ya está en marcha ese proceso. Veremos cómo en los medios progres y en los no tan progres se producirá el efecto Podemos, ahora con ellos. Venderán con Más País el mismo bulo que presentaron hace años con Posemos. De nuevo el PSOE necesita dónde guardar los votos y ustedes los votantes son sus cómplices.

Pero, salvando los slogans, hay que referirse a algo que va más allá de las tácticas y de las estrategias de campaña.

Electoralmente el PSOE ha perdido un tercio de los parlamentarios que tenía en la anterior asamblea de Madrid.

Ninguna de las opciones electorales de la izquierda ha recogido suficientemente el voto perdido del PSOE. Más Madrid ha sumado algún diputado más, como Podemos. La realidad es que el PP está más cerca del PSOE y la base sociológica de la izquierda de la derecha de lo que podrían asumir. Ustedes con sus mentiras y con las preguntas que necesitan.

Esto no se ha debido solo a un candidato torpe y de derechas (desaparecido durante dos años, hipermoderado en sus escasas propuestas en este tiempo).

Tiene que ver con la incapacidad del PSOE y de Unidas Podemos de comprender la psicología humana, la sensación de cansancio de más de un año de pandemia, la frustración social que esto crea, la rabia social que genera, la forma en la que la derecha ha sabido usar unos huecos que no utilizó la izquierda, de dar vida a la existencia durante este periodo, las contradicciones en la información sobre la epidemia, que se han percibido y muy bien manipulado como mentiras, el miedo a una pobreza que Ayuso ha conjurado como libertad, de comercio, de convertir la angustia en desahogo, de levantar el yo por encima del nosotros y de vender que la economía se mueve con esta lideresa. Ya veremos cómo se queda otro porcentaje más de trabajadores legales, ilegales y pensionistas fuera. Pero eso es algo de lo que no nos vamos a acordar dentro de unas semanas, ¿verdad?

2.-FACTORES REALES, ¿POR QUÉ SE NOTA QUE LA IZQUIERDA SOLO VENDE BARATIJAS?

Empecemos por no caer en la trampa de hablar de las izquierdas. Todas, en conjunto, son lo mismo: una cosa blandengue que no sirve ni como matización del neoliberalismo (de capitalismo no hablamos porque tampoco es cosa de asustar a la base electoral a la que atienden, las mal llamadas clases medias, que naufragan sin perder la esperanza de volver a los años dorados del Estado del Bienestar) ni como discurso de ruptura política y de apelación a un antifascismo que se olvida de que éste crece cuando la clase trabajadora y los sectores populares, también los sectores tradicionales de las llamadas clases medias, sobre todo las formadas por pequeño comercio en general, tabernarios (Ayuso dixit), charcuteros y miniindustrias se empobrecen. Casi nadie ha explicado a estos últimos que no importa quien gobierne para que sus profesiones y clase vayan desapareciendo sino que su paulatina y acelerada mortandad tiene que ver con la concentración del capital, desde las grandes superficies hasta las plataformas de servicios de todo tipo (autónomos de servicios al hogar, grandes empresas de pseudotaxis, cadenas de restauración,…)

Los grandes cambios sociales que está experimentando el mundo aún los sigue y los seguirá haciendo por mucho tiempo el gran capital, desde la transformación del mundo del trabajo y la empresa, hasta las formas en las que se organiza y recibe la comunicación, incluyendo el modo en el que la información es casi ya solo opinión, pasando por el diseño del futuro y las esperanzas/ terrores de la humanidad.

Exceptuando las dos Guerras Mundiales, cuyo efecto en la falsa memoria colectiva, que más allá de unos pocos años no ha existido más de que de modo inducido, y la injustamente llamada gripe española, desde hace siglos los seres humanos a nivel mundial no habían conocido pánico y consecuencias semejantes como las de la pandemia de la COVID19, que en lo social, incluso más que en lo económico, se verá en toda su dimensión en los próximos años.

Cualquier gobierno nacional que se enfrentase a tal desastre sería incapaz de salir victorioso del mismo. Lo estamos viendo. Unos y otros a nivel mundial irán cayendo como fichas de dominó puestas en fila, salvándose solo los más autoritarios o los menos afectados por tal crisis.

El capitalismo ha sido incapaz de actuar con rapidez y eficacia a la provisión de recursos sanitarios desde mascarillas hasta respiradores, pasando por disponibilidad de otros equipos sanitarios, UCIs y hospitales suficientes a los momentos más virulentos de la pandemia, sin hablar de su incapacidad de producir en el momento presente la cantidad de vacunas necesarias a nivel mundial sin necesidad de jugar con esa misma capacidad de producción para incrementar sus beneficios, especulando con las creadas, pero sale indemne porque los responsables ante la opinión pública, previamente publicada, de la gestión de desastre eran los gobiernos centrales y rara vez otras instancias inferiores de los aparatos de los Estados. Aquí y en cualquier otro lugar del mundo.

La ausencia de experiencias previas que sirviesen como modelos fiables y permanentes en un marco de evolución epidemiológica cambiante ha mermado de forma drástica la credibilidad de los gobiernos.

La pandemia ha tenido una consecuencia económica, que nace del estado previo de los efectos de los recortes sociales y de los servicios a nivel mundial y de la imposibilidad desde la aceptación de la izquierda, toda ella en su conjunto, de su marco de acción dentro del sistema capitalista (lo que le han dicho que puede hacer y no hacer, que acepta más allá de sus discursos para sus menguantes e incondicionales fans).

La realidad es que no había dinero público para afrontar las necesidades más urgentes del conjunto de las clases subalternas golpeadas por esta renacida, y diferente, crisis del capitalismo porque no era posible desde unas políticas de izquierda. La izquierda, desde 1789, no toma el poder del Estado sino que gestiona sus gobiernos (quien diga que es comunista y de izquierda seguro que es sincero en lo último pero que miente en lo primero), que son los que le permite el capital. Por eso todo discurso que afirme que afrontar las crisis financieras de los Estados, y de acabar con la pobreza de sus naciones, saldrá de la capacidad de provisión de recursos por parte de las grandes corporaciones y las grandes fortunas es falso. En los casos en los que parece ser cierto, los mecanismos para burlarlo son múltiples, desde los paraísos fiscales, hasta las exenciones fiscales mediante mecanismos como las donaciones públicas, las fundaciones o el mecenazgo, por citar ejemplos sencillos, sin tener que recurrir a las miles de modalidades que los grandes equipos de asesores fiscales encuentran entre los resquicios de unas leyes capciosas creadas para ser burladas.

Cuando las clases subalternas han visto que medidas como el Ingreso Mínimo Vital han sido bromas macabras, que han faltado toda serie de medidas extraordinarias hacia las familias desde el gobierno del Estado, que el dinero iba sobre todo a salvar a las empresas, y no a los más desesperados por esta nueva crisis, se han sentido desprotegidos.

Quienes difunden, tanto como quienes están dispuestos a comprar el modelo USA del neokeynesianismo del New Green Deal de Biden, ignoran, o pretenden que ignoremos, que aquél no es exportable porque solo es posible dentro de la que aún es la primera economía del mundo que, además, exporta su deuda mediante una moneda, el dólar, que es la gran convertible monetariamente a nivel mundial. Y ya veremos durante cuando tiempo funciona su nuevo milagro económico y los éxitos que cosechará. Solo China, por su extraordinario potencial económico puede intentar un crecimiento parecido, sobre todo habiéndose quitado ya de encima una pandemia y sus efectos económicos que en el resto del mundo aún han de continuar durante más tiempo del que pensamos.

A partir de ahí la ultraderecha ha defendido como libertad mantener los pequeños negocios abiertos, conectando esa idea de libertad a la del derecho ir al bar, logrando sujetar a su voto natural, el del pequeño autónomo que cree ser empresario, y a la de la recuperación económica, dentro de la que la promesa de bajar impuestos, sin que se piense mucho, en momentos de desesperación, a costa de qué nuevos recortes. No es lo principal la ausencia de oposición del PSOE con Gabilondo durante estos años de gobierno Ayuso, ni sus bandazos groseros sobre sus políticas de alianzas para desbancar a la derecha extrema del gobierno del la Comunidad de Madrid, o que las llamadas antifascistas de Iglesias sean estériles cuando no hay antifascismo como robarle al fascismo la base de la desesperación social de la que se nutre mediante políticas sociales de protección a las clases trabajadoras y populares. Eso sin restarle al Iglesias que ha tragado con unas políticas que acabarán con las pensiones públicas a medio plazo su cuota de razón cuando avisa de que viene el fascismo.

Tampoco es una explicación de la ruina de la izquierda en la Comunidad de Madrid, pronto en todo el Estado y en sus mejores cines, las ridiculeces ofensivas de ministras hablando en un neolenguaje de género neutro o defendiendo unas identidades sexuales a partir de lo que le salga a cade une de su particular porque yo lo valgo. Incluso esas payasadas serían asumibles por la parte más reaccionaria de los sectores populares a los que apela la izquierda si no vendiese la moto de una igualdad social para la que sabe que le falta el carburante porque siempre ha asumido quién es el que, de verdad, conduce el vehículo económico y político y apostase por una pelea sin amagos ni buenrollismo frente a unas derecha extrema y extrema derecha que no tienen complejo por ir a cara de perro. Cuando uno no cree en sí mismo no merece el respeto ajeno.

Para terminar, un pronóstico: Errejón, Mónica García, Más Madrid/ Más País serán los nuevos juguetes mediáticos a impulsar por el sistema, como antes lo fueron Iglesias/ Podemos y Rivera/ Ciudadanos.

23 de abril de 2021

AYUSO, VÍA VOX, GANÓ EL DEBATE (AL QUE NO FUE) DE LAS ELECCIONES MADRILEÑAS EN LA SER

Por Marat

La desestabilización política, comandada a la limón, entre la derecha extrema y los fascistas está dando sus frutos...con la connivencia, cuando no clara parcialidad, de jueces que no investigan atentados a sedes de partidos, disparos contra fotografías de miembros del gobierno español, o amenazas de militares en la reserva a las vidas de 26 millones de españoles. La ausencia de castigo ejemplar de la infame Margarita Robles, Ministra de Defensa augura los mismos riesgos a los que sometió a la II República el pusilánime liberal Azaña frente a los golpistas que acabaron por echarla abajo ¿Qué decir del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid que se ha negado a retirar el cartel xenófobo y mentiroso de VOX contra los Menores No Acompañados (MENAS), después de que se lo solicitase de urgencia la Fiscalía Provincial de Madrid?

El envío de sobres con amenazas de muerte en texto y balas a Marlaska, Iglesias y la Directora de la Guardia Civil, Gámez, fue el instrumento facilitador del triunfo de la ausente, Ayuso (PP), por vía interpuesta, la de su escudera Monasterio (VOX).

Ayuso ya había dejado claro que no participaría en el debate organizado por la cadena SER este viernes 23 de abril, especialmente después de que no le fuese excesivamente bien el organizado con anterioridad en Telemadrid. Otra cosa es la opinión militante de quienes ya han dado por descontado su voto aunque su candidata trastabille en cuando deja de tener un papel delante y alguien le apriete con los suficientes reflejos para hacerlo.

La democracia liberal-burguesa requiere de un importante grado de espectáculo. Al fin y al cabo se presenta como un combate de gladiadores dentro del circo romano que hoy representa la combinación de televisión y redes sociales.

Pero cualquiera que sepa un mínimo acerca de lo que es una performance – da igual que ésta sea sobre telebasura de casquería que sobre casquería política- tiene claro que el papel del clown no se improvisa sino que se prepara previamente.

Venían calentando motores. Ayuso lo ha hecho durante todo un año. Su última genialidad consistió en llamar mantenidos subvencionados a los sectores de la clase trabajadora que acabaron en las colas del hambre, a los que, por cierto, no alimentaban los compañeros Ministro de la Seguridad Social, Escrivá, ni el señor Iglesias, que tanto revindicó el Ingreso Mínimo Vital, en sustitución de unos derechos nacidos del trabajo por una especie de caridad pública (no lo hicieron porque no cubrieron con esa prestación ni a la sexta parte de quienes lo necesitaban) sino la solidaridad de asociaciones de vecinos, ONGs e instituciones de la iglesia católica como Cáritas, a la que desde hace años ataca VOX y Monasterio en particular, ahora por ocuparse de la atención a los menas.

Pero la telonera Monasterio ya venía preparando el espectáculo que habría de producirse en la SER cuando dijo aquello de que las mujeres no pueden salir a la calle en Madrid porque los menas las roban el bolso o cuando sugirió, horas antes del debate de la SER, en Radio Nacional de España, que las balas recibidas por Iglesias y los otros dos cargos amenazados podían ser una especie de autoamenaza.

La presentadora del debate de la SER, Ángels Barceló, echó el resto, abriendo fuego con la pregunta sobre los sobres con balas recibidos por los tres políticos mencionados más arriba – otra cosa es que hubiese planteado la cuestión cuando el debate ya estuviese avanzado y encarrilado y no para abrir boca-, buscando un pronunciamiento de Monasterio que, dada su trayectoria y la de sus compinches, no iba a producirse.

Ésta se reiteró en sus insinuaciones, negándose a condenar, sin matices, las amenazas aludidas y exigiendo, en cambio, que Iglesias condenase los altercados de Vallecas del mitin de VOX, a sabiendas de que el mismo había sido una provocación, desde su planteamiento hasta la actuación de Abascal en él, contra los vecinos del distrito.

Por más que ese gatito de angora que es Iglesias para el capitalismo, él, sus giros programáticos desde la fundación de Podemos, los sapos que se ha tragado,…, hubiese querido evitar el desastre, si te mandan cuatro balas, una para ti, otra para tu mujer y dos para tus padres, te dicen que estáis sentenciados a la pena capital, cosa que está fea, y la candidata de los fascistas a la Comunidad de Madrid da a entender que es un montaje y que no te cree, además de negarse a condenar el intento de intimidación, te sientes un tanto incómodo.

A Iglesias no le quedaba otra opción que exigir la retractación de Monasterio respecto a sus retiradas palabras o coger la puerta y largarse, previo aviso de hacerlo, y eso hizo, mientras la cínica e indecente fascista le conminaba a ello. He ahí la victoria de Ayuso, por vía interpuesta de su esbirra. Cualquier oportunidad de debate programático, de hablar de la gestión de la pandemia en Madrid, de propuestas políticas, para hacer frente a la situación de cientos de miles de trabajadores y autónomos empobrecidos, estaba ya cegada. La mierda rebosaba ya los micrófonos de la SER. Y Monasterio se encargó de seguir lanzando lodo para rematar el programa, sin otras cortapisas que los amagos de enfado- ¡ayyy, no seas mala!- de Ángels Barceló.

Si hubiera habido un ápice de ética periodística por parte de la moderadora, hubiera expulsado del debate a la portavoz dual de VOX-PP o le hubiera cerrado el micrófono por el resto del programa.

Si los otros portavoces de izquierda, Gabilondo y Mónica García, hubiesen tenido un mínimo de dignidad se hubieran ido con él coletas. De Bal, el candidato de C´s nada que decir porque carece, como su presidenta Arrimadas, del más elemental sentido de la decencia y la autoestima, toda vez que, expulsados del gobierno de Ayuso, se empeñan en volver al lugar en el que fueron humillados. Por fortuna, los resultados del 4M nos evitarán ver un espectáculo tan bochornoso por parte de un partido que aparentó ser socialdemócrata en Cataluña y acabó por ser liberal-conservador, previo paso por la foto de Colón.

La jugada estaba planificada de antemano. Los dos tuits, el del PP y el de VOX, luego borrados, señalando a Iglesias la misma expresión- cierra al salir- son un argumento más que confirma la tesis antes planteada.

Las posteriores intervenciones de los opinadores oficiales de la SER, tanto de Barceló, como de sus contertulios de mesa camilla y abrevadero de tocino radiofónico que tendían a repartir culpas entre la fascista provocadora y calumniadora y el coletas, equilibrando actuaciones, son de una vileza repugnante. Poner en la balanza, siquiera, a la víctima potencial y a la individua que cuestiona la veracidad de la amenaza y estimula a los matones de su cuerda, es abyecto.

Pero la estrategia ha funcionado. Monasterio ha salvado a Ayuso de nuevos debates. A partir de ahora solo habrá ruido y ventilador de la mierda sin posibilidad alguna de datos.

Iglesias no me parece un político respetable. Desde el minuto 0 de la fundación de Podemos vengo denunciando el engaño que suponen tanto él, como su camarilla y su partido para las necesidades de la clase trabajadora, tanto las inmediatas, que atañen a su subsistencia material, como a las secundarias, que se refieren a su liberación del trabajo explotado y al desarrollo de su potencial humano.

De alguien que se disfrazó de incendiario para acabar siendo la coartada exigentemente social de un gobierno social-liberal que seguirá el sendero de Zapatero, como éste lo hizo del de González, para terminar aceptando los dictados de recortes sociales, privatizaciones y conculcación de derechos del capital europeo, poco puedo esperar.

Pero, al contrario que esa multitud de decepcionados de la ilusión democrática, como antes lo fueron del 15M, al que también combatí, no soy alguien que coloque a todos mis adversarios al mismo nivel.

Sé que hay tontos útiles y fanáticos – de ese mal no está exenta ninguna ideología, incluso las más emancipadoras- que consideran que el enemigo principal es el que aparenta pertenecer a la misma rama del árbol, por más que la historia haya señalado con sus hechos a los mayores monstruos que convirtieron el siglo XX en una pesadilla. Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie, escribió Theodor Adorno. No pertenezco a esa secta ni a ninguna otra. Con mi propia cabeza asumo mis contradicciones y sé cuál es no mi adversario, los pseudorrevolucionarios, sino mi enemigo absoluto: el fascismo, hijo del capitalismo.

También sé que esta vez la guerra, como la mayoría de las batallas que han de precederla, está perdida de antemano porque, frente a la izquierda, por naturaleza meramente reformista, pero ahora tecnocrática, postmoderna, alejada de las vidas de la gente común, pequeñoburguesa, biempensante, timorata ante la lucha descarnada de clases, preocupada por cuestiones de derechos por cuotas y no por los de la inmensa mayoría, está un fascismo orgulloso, pujante, seguro de sí mismo, reinventado en nombre de una falsa libertad, la del individuo contra el colectivo, que da la batalla ideológica, que ha organizado a su base social en esferas de influencia y que suministra material de odio a aquellos a los que la izquierda hace más de 50 años abandonó, dotándoles de bandera, falsos propósitos, mensajes, por más que falsos, muy sencillos de entender, y una aureola romántica de oposición en la que el más descerebrado e ignorante de los seres humanos puede sentirse parte de una comunidad de nuevos resistentes.

Frente a todo eso no hay nada.

No se puede combatir al fascismo si no se combate al capitalismo. Aquél nace siempre cuando las crisis capitalistas no son meramente coyunturales y las necesidades humanas de amplias capas de la población afectan de manera extraordinaria tanto a sus condiciones de vida material como espiritual.

Hoy no es posible desde los gobiernos social-liberales, o progres si lo prefieren, un gasto social suficiente para demostrar que el reformismo es capaz de paliar, que no solventar, las necesidades de las clases trabajadora y populares. Se asume la deuda de partida y nadie afrontaría el riesgo de amagar de nuevo a lo Tsipras para acabar por aceptar, como el gobierno griego de entonces, todas los castigos posteriores. Se traga de entrada, a ver si las nuevas medidas de austeridad son menos sangrientas que los de la fase anterior de la crisis capitalista.

Tampoco hay proyecto emancipador alguno que sea capaz de conquistar mentes y corazones hacia una sociedad igualitaria, emancipada del trabajo asalariado y en la que el ser humano pueda desarrollar todo su potencial intelectual, solidario y liberado de sus necesidades inmediatas. El socialismo es negado por aquellos que son acusados de ser comunistas por parte de quienes inculpan de tal cosa a alguien con un mínimo de empatía hacia sus vecinos.

En los años 30 del pasado siglo la bestia triunfó y aplastó al antifascismo en toda Europa. Afortunadamente, existía la Unión Soviética, que acabó con ella. No fue el desembarco de Normandía el que la derrotó.

Incluso si se derrotase a Ayuso y VOX mordiese el polvo de no poder asaltar el gobierno de la Comunidad de Madrid, algo que no desearía el PP porque sabe que con su candidata puede no ser suficiente, una victoria de la izquierda representaría muy poco. Tan solo significaría enfrentarse al hecho de no poder hacer una política social muy diferente a la de la derecha, entre otras cosas porque el terreno de juego económico es ajeno incluso a España. La realidad la marca la marcha del capitalismo a nivel mundial y lo que dicta éste es la recuperación de la tasa de ganancia del capital, no de los niveles de vida de las clases trabajadoras. Ahí está la piedra de toque que asegura el futuro al fascismo reformado, ahora de tipo turboliberal.

Sin embargo, creo que aún son importantes los gestos, por cuanto pueden señalar ejemplos; ahora el lenguaje políticamente correcto llama a eso referentes. Así nos va, que no nos entiende ni Cristo. A él sí que le entendían los que menos han comprendido siempre y más necesitaban saber.

Por eso creo que el numerito montado por Gabilondo, el intelectual tolerante con lo que jamás debe ser tolerado y pusilánime igualador de falsos radicales con criminales fascistas, y de Mónica García, alguien para mí más respetable, una hora y pico después de que Iglesias tuviese un inédito arranque de dignidad, obligado por las circunstancias, es deshonesto y tardío. Haber dejado solos al tonto a las tres de Edmundo Bal con Rocío Monasterio y con la progre de nómina Ángels Barceló hubiera sido lo que correspondía.