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11 de enero de 2016

2016: VIVIREMOS UN AÑO INTERESANTE

Por Marat

Una maldición china dice “Ojalá vivas tiempos interesantes”. La ironía de esa frase que aparenta ser un deseo noble está en que encierra una intención torcida respecto a su destinatario. Y es que la mayoría de los seres humanos, aunque pueda soñar con aventuras, que le proporcionen fama y admiración, en realidad desean la paz y la tranquilidad de los días que se suceden sin grandes hechos que alteren sus vidas. 

Estoy convencido de que estamos dentro de una larga fase de destrucción -esperar al Kondratieff expansivo es ya como esperar a Godot- que en lo económico tuvo su punto de arranque oficial en la crisis de 1973, que ha tenido sus impactos en la política y en otro desorden de cosas mucho más amplio y general que deberíamos llamar crisis de civilización pero que, por necesidades de acotar al límite de un artículo, no abordaré aquí. 

Siendo que 2015, el supuesto y publicitado año de la recuperación, se ha demostrado como un espejismo propagandístico de la bicicleta estática del capital y que es de esperar que la crisis económica se profundice, 2016 será uno de tantos años de la larga serie que compone la que puede ser definido como la era senil del capitalismo. 

Pero ya que es habitual que a cada año que acaba y cada año que se inicia se los cierre y abra  respectivamente con resúmenes y con perspectivas, uno no puede sustraerse a ese comportamiento, razón por la que marco, dentro de la etapa de decadencia de la sociedad mercantil, 2016 como año de quiebra de las ilusiones de recuperación de la crisis y de la vuelta a la felicidad del consumo de las clases medias.  

Vamos a ello. 

1.-UN COLAPSO AÚN MÁS DEVASTADOR QUE EL DE 2008 EN LA ECONOMÍA CAPITALISTA GLOBAL:
El jueves 4 de Enero de 2016 las bolsas mundiales sufrieron una catástrofe sin paliativos. China cerraba sus bolsas ante caídas superiores al 7%. Ese mismo día las bolsas USA abrían con la mayor caída del índice Dow Jones en 84 años. El Nasdaq caía un 2,93%, por debajo de la barrera psicológica de los 9.000 puntos. El Standard & Poor´s caía a 2,40% también por debajo de los 2.000 puntos. La bolsa de Fráncfort descendía por debajo del 4%. El parqué de Tokio se dejó al cierre el 3,06%. En España el IBEX35 retrocedía hasta el 2,70% y la bolsa descendía por debajo de los 9.300 puntos. 

Tras el paréntesis de la “polémica” tontuna de las cabalgatas de Reyes, creada por el PP y Podemos, jaleada por los medios de desinformación del capital y seguida como gran problema nacional por la hinchada de ambos, como cortina de humo para no hablar de pobreza, desigualdad social, paro, pérdida de derechos sociales y fin del espejismo de recuperación con el que los partidos del sistema (todos los parlamentarios) contaban para vendernos el fin del “período especial” español, llegó la reválida el jueves 7 de Enero. 

Las bolsas chinas volvían a cerrar sólo media hora después de su apertura, en la madrugada española, con caídas superiores a las del día 4. Esta vez los resultados fueron aún peores que el pasado lunes 4: fuertes desplomes de un 7,32% en Shanghái y de otro 8,35% en Shenzhen. Eso a pesar de los 20.000 millones de dólares (130.000 millones de yuanes) que el Banco Central chino inyectó a su sistema financiero el martes 5 de Enero. 

Los superbazookas de dinero de la FED en USA, del BCE en la UE y de China recientemente, a pesar de repetirse sistemáticamente no están funcionando. Las expectativas de que el próximo lunes 11 de Enero, fecha del fin del bloqueo a la venta de acciones por parte de grandes accionistas (con más del 5% de títulos de una compañía) decretada por 6 meses por el gobierno chino, las acciones perderán valor desató el pánico en las bolsas chinas, intentando los accionistas recoger beneficios anticipadamente ante la eventualidad de que éstas pierdan buena parte de su valor. 

En Japón el índice Nikkei se dejaba el 2,33%. En Estados Unidos el Dow Jones 1,47% y el Standard & Poor´s un 1,31%. Fráncfort 3,17%. Lóndes 2,57%. 

Por su parte, la bolsa española caía un 3,25% (IBEX35) y se colocaba aún peor que el pasado lunes, por debajo de los 8.900 puntos. Recordemos que en los buenos tiempos de formación de la burbuja especulativa, cuando todo era optimismo y Champions League, en palabras del Presidente del Gobierno español más incompetente desde 1997, José Luis Rodríguez-Zapatero, el parqué llegó a los 12.000 puntos. Mientras tanto el infame programa Al Rojo Vivo del canal televisivo La Sexta, perteneciente al mismo grupo editorial del diario progubernamental y ultraderechista “La Razón”, continuaba con la resaca del “tontín topic” sobre carrozas, reinas magas y cabalgatas, aplaudiendo las “ocurrencias” de la alcaldesa de Madrid. 

Sin embargo, y a pesar de que el 11 de Enero las acciones bloqueadas en el parqué chino ya estaban liberadas, este lunes las bolsas chinas nos despertaban con otra gran caída a su cierre. En concreto la bolsa de Shagay se dejaba a su cierre un 5,32%.

Por su parte el maegaespeculador mundial, amigo de las “revoluciones de colores” y franquicias “indignadas”, George Soros, afirmaba hace unos días: “estamos ante un desafío que me recuerda la crisis de 2.008”. Como si hubiéramos salido de ella. 

El anuncio del fin de la compra deuda por parte de la Reserva Federal USA realizada a mediados del 2013 introdujo un factor de volatilidad que se ha notado durante buena parte del 2015 en los mercados financieros y en las bolsas mundiales.  

El inicio de la recesión en los países emergentes, el estallido de una de las burbujas especulativas chinas (la bolsa, la otra será el ladrillo), la caída del comercio mundial explica en parte cómo acaba financieramente 2015 y cómo empieza 2016.

Sin embargo, no toda la explicación del rebote de la crisis que veremos aparecer con virulencia en este año se limita a los factores citados. 

El capital financiero ha tenido un intensivo proceso de acumulación de capital derivado de las ingentes inyecciones de dinero del BCE y de la Reserva Federal USA pero ello no se ha visto acompañado por un incremento de la tasa de beneficio del capital mundial pues el dinero apenas ha circulado hacia el consumo privado, las hipotecas o las empresas, ya que la capacidad de consumo apenas se ha visto incrementada más que de un modo muy limitado y el comercio mundial no ha levantado cabeza. 

La caída de la producción industrial china, la más grave en los últimos 7 años, tiene que ver en parte  con el descenso mundial de la demanda de productos y del comercio a nivel mundial, pero también de una insuficiente demanda interna que compense el descenso de la externa. Ello a pesar de que la inserción de China en el comercio mundial es relativamente limitada. Éste indudablemente será otro factor de agudización de la desaceleración económica en el gigante asiático, afectando gravemente no sólo a las economías del continente sino en cierta medida a las del resto del mundo, particularmente en América Latina y en África, donde las inversiones chinas se habían elevado notablemente en los últimos años. 

El efecto de la crisis china golpeará a los países productores de bienes de equipo y manufacturas de consumo. La crisis china tiene, pues, un efecto de ida y de vuelta, se está contrayendo la oferta china pero también su demanda. 

El dinero acumulado no sólo en el sistema financiero formal sino también en el “mercado financiero oculto” (OTC: Over the Counter) provocará nuevas burbujas. Pero el efecto será devastador en este caso, no sólo porque el mercado financiero oculto es de carácter paralelo al regulado, y por tanto aún más incontrolable por las autoridades financieras que el “regulado”, sino porque, a pesar de ser paralelo al oficial, sus recursos financieros (calculados en 40.000 millones de euros de volumen diario, según el último informe del 2013 del Banco Internacional de Pagos de Basilea) una parte de sus beneficios acaban fluyendo al mercado regulado de bancos y bolsa del que no proceden. Todo ello sin olvidar que el carácter especulativo de los OTC les hace especialmente útiles para los ataques a las economías de los países. 

La caída de los precios del petróleo está siendo un factor desestabilizador de las economías de los países productores. Venezuela, Méjico o Rusia se están viendo fuertemente golpeadas en sus balanzas fiscales por precios del crudo que ya se acercan a los 30 dólares por barril, lo que desequilibra fuertemente sus ingresos, empobreciendo a sus poblaciones, y genera la necesidad de endeudamiento que para Rusia y Méjico resulta especialmente difícil ante las duras condiciones que les imponen los mercados internacionales.

A los países árabes de la OPEP esa caída les afecta de un modo especial. Por un lado, son grandes productores mundiales de petróleo. Por otro, se trata de economías que dependen de modo casi exclusivo del crudo. Su reacción de recurrir a la sobreproducción, no sólo contribuye al abaratamiento del barril, potenciado en su día por las técnicas de extracción de petróleo a partir del fracking en países como USA y otros del centro capitalista, sino que va a ser un factor de ruptura interna de la OPEP por la competencia interna de dichos países productores, lo que acelerará su deterioro económico y anticipará el agotamiento de sus bolsas petroleras. 

Pero para las grandes compañías petroleras el descenso del barril tampoco es una buena noticia, ya que al repercutir en el precio del litro en los surtidores (aunque en una proporción notablemente inferior al descenso del precio de venta del barril), golpea a sus economías, descendiendo de forma muy notable sus niveles de ganancia. Ello está provocando ya redimensionamientos corporativos a la baja, despidos de decenas de miles de trabajadores y necesidades de diversificación del negocio que hasta el momento no están dando los frutos apetecidos.  

Los dos cierres anticipados de las bolsas chinas y sus fortísimas bajadas están enmascarando el peso que tiene en el descenso de las bolsas mundiales la caída del precio del crudo y todo lo que él arrastra en cuanto a la industria extractiva. En los mercados de futuros . El petróleo Brent en la bolsa de Londres el barril ha llegado a caer hasta los 33 dólares. El precio del barril se hundió un 48% en 2014 y un 34% en 2015. Actualmente se encuentra en precios de 2004 en un contexto de sobreproducción petrolera y de contracción de la demanda. En estos momentos, los inversores buscan nuevos valores refugio. 

La subida de los tipos de interés por parte de la FED ha acelerado la vuelta, que ya se estaba produciendo durante todo 2015, de las inversiones del capital internacional desde los países emergentes y China hacia los países centrales del capitalismo, especialmente hacia USA, dado que ahora resulta más rentable la compra de su deuda. A la vez, dicha subida ha apreciado los bonos de deuda de los emergentes realizados en dólares. Las grandes corporaciones de estos países que cuando la producción petrolera alcanzaba precios por barril exorbitantes se endeudaron en dólares, cuando los tipos de interés eran más bajos, hasta niveles muy elevados para mantener su actividad productiva, ven, con una caída brutal del precio del barril, como sus créditos son ahora más caros. Ello en un contexto en el que sus exportaciones de materias primas han visto descender su demanda o bien se han encontrado con unos precios de venta absolutamente bajos en el caso de los productores de petróleo. 

Pronto nos encontraremos ante los incumplimientos de la deuda soberana en buena parte de los países emergentes, posiblemente alguno de ellos de los BRICS. La deuda de los emergentes debe satisfacerse en 2016 y 2017. Los títulos de deuda internacionales en manos de los gestores de activos financieros de riesgo son aproximadamente de 2,6 billones de deuda, la mayor parte emitidos en dólares, lo que afectará gravemente a las monedas nacionales de esos países. 

Pero esos activos financieros de riesgo se unirán a los comprados por los especuladores internacionales tras las emisiones de bonos por parte de la FED y del BCE. En USA y en la UE la situación económica va a deteriorarse rápidamente por el efecto de la globalización financiera mundial. En esos casos los activos financieros de riesgo en un momento que tiene más de defacionario que de inflacionario, se depreciarán rápidamente, lo que provocará megaestallidos de la burbujas mucho mayores que la conocida durante 2007 y 2008 y, lo que podría ser peor, crisis de liquidez del sistema financiero ante ventas precipitadas y masivas de los bonos corporativos o soberanos en sus manos.

En otro orden de cosas habrá que ver el efecto que tendrá en una economía átona como la USA la subida de los tipos de interés, aún muy tímido, sobre el crédito a las pequeñas empresas, a las hipotecas y a las familias, pero previsiblemente no será positivo.

Cada vez son más los economistas, y no necesariamente críticos con el capitalismo, que dudan abiertamente de las previsiones del Banco Mundial de crecimiento del 2,7% para la economía mundial. Todos los indicadores señalan que el rebrote de la larga crisis capitalista está empezando a producirse. A la situación China cabe sumarle la recesión en Japón, el paupérrimo e insuficiente crecimiento de Europa y USA que, a pesar de todo, mantienen aún la inercia de unos datos todavía parcial y moderadamente positivos que pronto invertirán drásticamente su signo. 

Simplemente lo que ha sucedido es que la crisis capitalista que en 2008 fue llamada mundial, aunque sobre todo alcanzaba a Europa y USA, ahora se está convirtiendo ya realmente en planetaria.

2.-GEOPOLÍTICA, GUERRA Y REPRESIÓN, GRANDES AZOTES DE LA SITUACIÓN MUNDIAL
Los intereses geoestratégicos y geopolíticos y los conflictos violentos alcanzan a la mayor parte del mundo. Desde Irak, Siria y Yemen a Venezuela y Argentina, pasando por Ucrania y el Donbass, el imperialismo USA trata de imponer por todos los medios sus intereses de gendarme imperial del mercado capitalista mundial.  

Las tensiones prebélicas entre Irán y Arabia Saudi pueden ir en aumento, salvo que sus intereses económicos dentro de la OPEP acaben generando intereses compartidos, enfangando ya por completo a la región en una guerra dantesca.

Las provocaciones bélicas de la cabeza de playa nazi -Ucrania- de la OTAN en territorio próximo a Rusia (Donbass) pueden ir en aumento. 

El papel de Turquía contra los kurdos y como patrocinador, refugio y retaguardia del Daesh continuará pero lo hará a partir de un incremento de la violencia interna que bien podrían llegar a ahogarla en una guerra civil. 

Libia continuará desangrándose entre salvajes atentados realizados por los “demócratas” yihadistas tan del gusto del ex general podemita y ex Jefe de la JUJEM Julio Rodríguez y de “intelectuales” de la catadura moral de Santiago Alba Rico.  

Los “moderados” del Daesh y de Al Nusra serán redimensionados por los suaves ataques de la OTAN y trasladadas sus agresiones islamofascistas donde al imperialismo le convenga para desestabilizar países, producir estados fallidos, apropiarse de sus recursos naturales y justificar intervenciones militares salvadoras, tras atentados yihadistas en Europa que sirvan para consolidar aún más Estados policía y recortar las libertades hasta el punto de convertir su enunciado en un sarcasmo. 

Posiblemente una parte de ese brazo delincuente y terrorista del imperialismo llamado yihadismo sea desplazado hacia las repúblicas rusas con mayor grado de población islámica con el fin de desestabilizar y realizar provocaciones contra Rusia. 

La Siria postAsad, ya pactada por Rusia y USA, con el beneplácito tácito de los financiadores europeos y árabes de los grupos terroristas, perderá su soberanía nacional, una vez anulado el hombre que se oponía a su pérdida. Una especie de protectorado difuminado pero operante actuará sobre el país. Para Siria e Irak las “soluciones” imperiales probablemente acaben siendo las mismas: divisiones administrativas, que podrían dar lugar a varios Estados, en base a predominios etnosectarios territoriales, y acuerdos entre grandes corporaciones USA y, en menor medida, europeas, y dichos Estados para explotar sus recursos naturales en “negociadas” operaciones de rapiña imperial a cambio de ofrecer una estabilidad a las zonas que el propio imperialismo no está en condiciones de garantizar y que podría dejar de hacerlo en cuanto surgiesen protestas populares contra esta forma de neocolonialismo del siglo XXI.  

Posiblemente se busque en ambos países una solución al problema kurdo y sus aspiraciones de Estado propio, no porque ello importe a las superpotencias sino porque será una buena excusa para debilitar aún más a los dos Estados. Significativamente, esa solución ni se buscará ni se exigirá para los kurdos de Turquía, sencillamente porque los miembros de la OTAN tienen un tratamiento especial.

Los talibán, de no imponerse el sector partidario de la negociación con el gobierno afgano, cosa que no parece que vaya a suceder, lograrán tomar el poder, con el apoyo de las franquicias del Daesh desplazadas a Afganistán con las que ya han establecido alianzas. Previsiblemente, algún tipo de acuerdo tácito se producirá entre USA y sus archienemigos, en otro tiempo amigos (cuando la ayuda soviética al gobierno laico afgano de Najibullah), para repartirse el control del opio por los talibán y su distribución por medio de licencias para las mafias del occidente capitalista.

La crisis europea de los refugiados provenientes de Libia, Irak, Yemen, Siria, Afganistán seguirá provocando oleadas de insolidaridad, xenofobia y fundamentalismo antiislámico, estimuladas por el comportamiento de la mayoría de los gobiernos europeos. Movimientos xenófobos y abiertamente racistas como Pegida en Alemania están experimentando un fuerte renacer, tras su crisis de hace unos meses al reivindicar su líder Lutz Bachmann la figura de Hitler. 

La Europa de Schengen experimentará un fuerte retroceso, con la coartada de la crisis de los refugiados, que hará que la libre circulación de personas en el espacio UE sea ya un mero recuerdo del pasado, mientras las policías de Frontex paralizarán el tránsito y vigilarán a refugiados caprichosamente considerados sospechosos, conculcando sus derechos humanos y de libre circulación y la soberanía de los países miembros de la UE, al poder actuar incluso sin el permiso de dichos Estados.  

Las agencias injerencistas USA acentuarán su apoyo a sus políticos títeres en Argentina (Macri), Brasil (Cunha) y Venezuela (en este país probablemente con una combinación de terroristas de las guarimbas y el recurso a algún tipo de golpe de Estado de determinados sectores militares), en alianza con las oligarquías locales y las clases medias que ahora culpan a los gobiernos progresistas de su pérdida de estatus social, provocada por el fin del ciclo expansivo en la economía de los países emergentes.      

Las siguientes piezas del dominó a derribar serán los gobiernos de Bolivia y Ecuador. Dado que se trata de países que han pactado abiertamente con las grandes transnacionales y no han cuestionado en absoluto en la práctica el capitalismo, el derribo de sus gobiernos guardará más las formas que en el caso de Venezuela. Probablemente se buscarán formas de impeachment al estilo del intentado en Brasil contra Dilma, bajo la excusa “ad hoc” que sea menester inventar en cada caso.  

En el caso de América Latina, el desalojo de los gobiernos progresistas, que no revolucionarios, no se producirá sin que trabajadores, campesinos, movimiento indígena, clases populares se enfrenten con decisión contra la vuelta a los gobiernos de las oligarquías locales títeres del imperialismo USA. Saben que el ciclo se agota pero también que sus circunstancias vitales empeorarán radicalmente. 

Si en alguna circunstancia la lucha popular en América Latina amenazase con desbordar al nuevo orden que intenta imponerse, las fuerzas reaccionarias y la CIA no dudarán en activar al máximo algo que ya están volviendo a sacar del cajón: lo que aprendieron de las Operaciones Condor y otros  modos criminales de imponer la pax imperial. 

Todas estás manifestaciones de violencia imperial no son sino expresiones de una conciencia de su decadencia económica. Lo que pierde el sistema capitalista de seguridad material y de confianza en su futuro lo conjura mediante una toma de posiciones que anticipe el riesgo de su debacle. 

La geoestrategia como visión violenta de la política sustituye cada vez más a la diplomacia y a la cooperación entre los pueblos. La lógica de la “libre competencia”, cuando el sistema entra en un bucle crítico permanente, lleva como corolario principal al jinete bélico del apocalipsis. 

La guerra es cada vez más la única salida que le va quedando al sistema capitalista y al imperialismo frente a la constatación de que ha llegado a su edad senil, de que ya no tiene respuestas válidas ni siquiera para los cientos de millones de trabajadores del primer mundo a los que hace competir, como modernos esclavos, con unos trabajadores asiáticos para los que los salarios dignos, los derechos laborales, sindicales, de condiciones de trabajo y de protección social sencillamente no existen. 

Si la guerra económica entre los Estados pronto será lo que sustituya al libre intercambio de mercancías, mediante un proteccionismo que dará la puntilla al comercio mundial, la guerra en su propia y descarnada acepción será la forma en que se materialice la salvaje competencia por el control de unas materias primas y energéticas cada vez más escasas. 

3.-REVERTIR LA DINÁMICA DE LA LOCURA, COMBATIR LAS TRAMPAS IDEOLÓGICAS DEL CAPITAL Y REORGANIZARSE 
Sólo la acción consciente de las víctimas del capital podrá quizá parar la locura que se nos viene encima y que tendrá en 2016 un capítulo muy especial. 

Pero para que la clase trabajadora pueda recuperar iniciativa, en una lucha desigual que está perdiendo hasta el momento por goleada, es necesario reconstruir la vanguardia política de la organización de clase porque es falso que los seres humanos se autoorganicen espontáneamente. Cualquier estallido social tiene detrás una organización, un equipo humano y militante organizado, que sabe lo que quiere y dónde va, aunque a veces esa organización no aparezca en primer plano como protagonista  

En la primera fase de la crisis, el capitalismo se dio a sí mismo la alternativa, creando sus propias disidencias oficiales y controladas (15M, Occupy Wall Street, revoluciones de colores, primaveras árabes) que no cuestionaran el sistema capitalista sino sólo sus efectos perniciosos sobre la clase media que ejercía de portavoz de la protesta.

Para estos alevines de la clase media, las relaciones sociales de producción y el origen del beneficio y la acumulación capitalista en la explotación eran cosas antiguas y desfasadas porque sus jóvenes líderes, que los tenían por mucho que lo negasen, nunca la sufrieron, ya que lo suyo era ser universitarios con pretensiones quebradas de mayor ascenso social que sus padres y profesionales de la ingeniería informática. Nunca dejarían de defender los principios de la “meritocracia”, algo gracioso cuando para elevarse desde el mérito hay que tener una auténtica igualdad de oportunidades y condiciones vitales, lo que no se logra con una enseñanza pseudogratuita y una beca, de la que carecen los hijos de la clase trabajadora, aunque aquellos no dejasen de tirar de influencias y contactos para ir colocándose, aprovechándose de la notoriedad alcanzada al hacer de tribunos en las plazas. 

Con un par de artículos apañados sobre Zygmunt Bauman y su teoría de la “modernidad líquida”, una pedorreta “pour épater le bourgeois” del “enfant terrible” y niño mimado de los medios globalistas, Žižek y dos entrevistas al neokeynesiano Stiglitz componían su acervo referencial de la cultura política de “lo nuevo” por aquél entonces. 

El discurso profundo ya se encargarían las fundaciones globalistas de proporcionárselo a sus líderes así como algún que otro “mando a distancia”

Armados de este bagaje teórico acabarían por lanzar toda su artillería hacia las instituciones políticas por aquello del “qué hay de lo mío”, ignorando que los Estados capitalistas actuales ya sólo disponían de competencias para llevar a cabo las políticas antisociales que les dictaban las grandes corporaciones mundiales y para mantener el orden público. 

Si a alguno de ellos le daba un irreprimible ataque de anticapitalismo oganizaba alguna flashmob en una sucursal de banco, con lo que su director dudaba entre partirse la caja de risa o entregársela aterrado. 




Eso si no les daba por organizar alguna danza de la “bendición del maíz” en la Puerta del Sol

  
Su éxito más inmediato fue el de cooperar con entusiasmo al triunfo del PP en las municipales y autonómicas y generales del 2011, el cuál continuaría con gran entusiasmo, voluntad y superior frenesí las políticas antisociales llevadas a cabo por el anterior gobierno Zapatero del PSOE, si ese referente progresista mundial, según Pablo Iglesias en su tesis doctoral.  A dicho éxito hubo de añadirse su inestimable contribución a la deslegitimación de toda forma partido por aquello del “sin líderes”, aunque los tenían, y del “no nos representan”, hasta que acabaron representándoles desde un partido de diseño y de laboratorio creado por los aparatos mediáticos del capital y que ya ha alcanzado plenamente el extremo centro del tablero. 

Tras desempeñar la labor que vinieron a hacer se fueron a los barrios y hoy, de vez en cuando, se ve a algún viejo con una escarapela del 15M haciendo el canelo en alguna menguada manifestación mientras reivindica no se sabe muy bien qué de aquella contorsión espasmódica de manos en las plazas. 

Por el camino se cruzaron con el reformismo sindical del régimen -CCOO y UGT- y con el ciudadanismo desclasado de una IU que iría renqueando hasta que los podemitas salidos de su vientre, y criados a los pechos de del capital mediático, acabaron de enterrarla entre entregas solicitas de una doña Inés -Garzón- pesada y desprovista de dignidad alguna frente a un Don Juan -Iglesias- chulopiscinas asaltaurnas.   

El hecho es que ni las batucadas 15M ni las manifestaciones posthuelgas generales tendrían mucho combustible en el tiempo, dando boqueadas hasta el fin de la movilización y la protesta social. No podía ser de otro modo. Ni unas ni otras tenían proyecto detrás, ni dirección ni organización que sostuviera una línea política de combate frontal contra el capital. 

Al final aquél despertar de frases pretendidamente utópicas e ingeniosas acabaría pasando por las urnas, como modo de sustituir calle por instituciones (la realidad fue ésta, no al revés como afirman los que dicen que Podemos nació para acabar con la protesta social. Repasen las hemerotecas). Pronto se fue descubriendo que era cierto aquello de “no somos antisistema” y que el “error del sistema” del que hablaban era que aún no habían “tomado el escaño”, la plaza ya tal...Acabaron siendo “mercancía en manos de políticos” emergentes y “nuevos”, extraordinariamente parecidos a los viejos en marrullerías. Lo mejor de todo es que gracias a los programas de casquería política acabaron dando la vuelta a su frase de “apaga la tele, enciende tu mente”, apagando su mente al encender la tele. 

Y hoy por fin, el sistema...capitalista, sí, capitalista, les tiene donde quería, convertidos en “gente” “con sentido de Estado” (como si el Estado no tuviera naturaleza de clase), como le gusta decir a Pablo Iglesias, y renunciando a ser anticasta porque ya han llegado donde querían, al Congreso, que ya no asedian sino que ocupan con sus respetables nalgas de neocasta. Y sin líneas rojas, ni verdes. 

Para quienes aún albergan esperanzas de que los podemitas hagan algo distinto (ya poco importa el qué a tenor de los 30.000 millones de cambios programáticos que han hecho en menos de dos años) puede que les sirva de ejemplo los anticipos con los que ha obsequiado Syriza a la clase trabajadora griega. Claro que pronto pasaría Pablo Iglesias de decir aquello de “Tsipras es un león” al “España no es Grecia”

Pero el discurso reformista prosistema se va renovando en caras, aunque no en el fondo de lo que defiende que, si cabe, se hace más descarado. Veamos ahora cómo se expresa el bufón y nuevo señuelo del capital, Yanis Varoufakis, que ahora se saca de la chistera un movimiento paneuropeo llamado Democracia en el Movimiento Europeo 2025 (Diem 25):

"La cuestión que concierne a los radicales es esta: ¿deberíamos darle la bienvenida a esta crisis del capitalismo europeo como una oportunidad para reemplazarlo por un mejor sistema? ¿o deberíamos estar preocupados respecto a como embarcarnos en una campaña para estabilizar al capitalismo europeo?".

"Para mí, la respuesta es clara. Es menos probable que la crisis europea de a luz a una mejor alternativa al capitalismo a que desate peligrosamente fuerzas regresivas que tienen la capacidad de ocasionar un baño de sangre humanitario, al mismo tiempo que extinguen las esperanzas de movimientos progresivos para las generaciones futuras." 

Pero hombre, señor Varoufakis, si ser un esbirro del capital no es nada nuevo. Hace muchos años un Ministro de Economía de Felipe González afirmó, sin despeinarse, que “defender el puesto de trabajo fijo es nacionalsindicalista” (falangista)

Lo preocupante desde una perspectiva de clase, desde un punto de vista comunista no es qué porquerías nos están vendiendo hoy los reformistas prosistema como los Garzón, Tsipras, Iglesias o Varoufakis, ni las que nos vendieron ayer los Fabio Gándara o los Jon Aguirre, a quienes ya nadie recuerda porque el sistema usa y tira a sus títeres cuando ya no les necesita. Lo preocupante de verdad, para poder combatirlo de nuevo, porque el sistema buscará evitar que surja una confrontación desde la base de la contradicción trabajo-capital, es qué nueva mercancía ideológica intentará colocarnos, ahora que la siguiente fase de la crisis capitalista puede ser aún más cruenta para los oprimidos, sobre qué ejes estructurará la bazofia de su neolenguaje político para desmontarlo. 

Posiblemente tras un período de desmovilización, cuando la esperanza lograda de recuperación, que ha penetrado en algunos sectores sociales, se desvanezca y se corra el peligro de que la rabia social tenga formas menos autocontenidas de expresarse, den un paso más allá y nos propongan protestas en formato holograma. Ah, pero eso ya lo hicieron no hace mucho sus adictos perroflautas 

Conviene tener claro que nada que merezca ser defendido podrá serlo sin lucha y sacrificio personales en la protesta y, por supuesto, muy lejos del circo parlamentario.  



10 de diciembre de 2015

IZQUIERDAS 3 VECES ESTÚPIDAS: FRANCIA, ARGENTINA, VENEZUELA

Por Marat

Hace algún tiempo que he decidido no fustigar a nadie con mis larguísimos textos de 11 a 16 páginas. Prometo cumplir la promesa también esta vez. En algún momento habré de recuperar aquellas largas reflexiones para mostrar que lo que parece evidente no lo es tanto, que vivimos bajo la lógica de las ideas dominantes del capital y trataré de desmontar sus falacias. Hoy será algo más apresurado. Una especie de lunch para adelantar algunas conclusiones sobre lo que le han pasado a las opciones “anticapitalistas” en estas breves y recientes semanas.

Grecia debió haber enseñado algo sobre la diferencia entre ganar unas elecciones y tomar el poder. Voy a aclarar por enésima vez qué es ocupar el poder:

La Comuna ha demostrado, sobre todo “que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines. ” (Manifiesto Comunista. Marx y Engels. 1848).

Si te fijas en el último capítulo de mi 18 Brumario, verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como venía sucediendo hasta ahora, sino demolerla. Y esta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente” (carta a Ludwing Kugelman. Karl Marx)

En esa carta fue donde Marx expresó la idea de “tomar el cielo por asalto” o “asaltar el cielo” -según traducciones- en referencia al intento de la clase obrera parisina de tomar el poder en la insurrección de la Comuna de París de 1871 tras la derrota de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana. Obviamente no se refería a ninguna coleta que en año y medio pasó de incendiario del sistema a bombero preventivo de cualquier intención socialmente pirómana que pudiera aparecer en un hipotético futuro, razón por la cuál esta siendo recompensado por el capital y sus voceros.

Francia tras tal intento revolucionario, por incompleto que fuese, no ha conocido ningún otro momento que mereciese tal nombre, salvo para los hijos universitarios de la pequeña y mediana burguesía que empezaron una protesta más de indigestión que de rabia. Lo llamaron Mayo del 68 y se inició porque a los chicos de los colegios mayores no les dejaban pasar a follar con las chicas de las habitaciones cercanas. Tiempo libre+aburrimiento+rebeldía generacional (no revolución, que es otra cosa)+ “picores” acaban dando una revolución “al pedo”, que dirían los argentinos.

En nuestra Europa, a la clase trabajadora no le ha hablado nadie en muchos decenios, salvo para pedirle el voto (ya no la nombran para tal cosa) o pedirle los sindicatos mayoritarios que apoye una huelga que pronto abandonarán a la primera oferta de pacto social mínimamente ventajosa para la aristocracia obrera que dirige esas organizaciones.

Hoy Francia es un país que avanza hacia una fascistización moderna que guarda las formas del discurso; un fascismo que muchos tildarían de civilizado porque ya no viste de Hugo Boss sino de Cacharel; un fascismo que, como en los años 30 en Alemania, roba sus ideas a los comunistas. Con una terrible y desoladora diferencia: los supuestos comunistas oficiales y pseudoziquierdistas europeos han renunciado a las ideas que en el pasado defendieron los viejos comunistas y que denunciaron como intento de usurpación por parte del fascismo y del nazismo.

Hoy, mientras las izquierdas ex comunistas, los falsos izquierdistas y los social-liberales se han convertido en defensores del orden republicano y burgués, en Francia y en toda Europa los neofascistas y los neonazis aparecen como las voces que gritan la rabia social que ya las izquierdas de origen obrero no hacen.

Sí en 2013 el Front National defendía la salida de Francia de la OTAN, ¿creen ustedes que alguna de esas izquierdas defendía tal cosa? NO.

El Front National de Marine Le Pen postula la nacionalización de grandes sectores productivos, los impuestos a grandes fortunas,la salida de la UE y las coberturas sociales a los sectores más desprotegidos de la clase trabajadora.

No hay dirección política de la rabia desde las ex izquierdas francesas, hoy casi tan partidarias del orden republicano como los Republicanos de Sarkozy.

La ex izquierdas francesas, como las españolas, tampoco apelan a las necesidades subjetivas de la clase trabajadora ahora defienden un concepto vomitivamente neutro y burgués: los ciudadanos. Hace ya muchos años que Marx y Engels explicaron que la burguesía creaba conceptos universales, aparentemente para el conjunto social, con el fin de imponer sus propios intereses de clase. El ciudadanismo escamotea la existencia de clases sociales y sus antagonismos dentro de esa ciudadanía. ¿Les suena a los españoles de IU y de Podemos esta basura ideológica que les venden en torno a la Constitución sus partidos en lugar de hablar de explotación y de lucha de clases? De lo que en profundidad significan estos conceptos no podría hacer piedra de toque ningún partido fascista. He aquí un territorio de lucha política, si se quisiera defender y, si al hacerlo, no se estuviera defendiendo mera terminología vacía de contenido sino un proyecto de derribo del capitalismo.

El punto de antagonismo actual entre el fascismo europeo y la racionalidad es la xenofobia, el racismo y el antiislamismo de los que el Front National hace bandera.

Convertida en una corriente de opinión pequeñoburguesa, bienpensante y “civilizada”, la “izquierda sistémica” francesa, tan repulsiva y acobardada ideológicamente por el empuje reaccionario como la española y europea, recurre a los lugares comunes progres y “cumbayás”. Defiende, no a los árabes en tanto que tales, sino a los musulmanes, cuando pide laicismo interno en sus sociedades. Ignora que oponerse a la guerra de religiones no es aceptar que el fanatismo religioso cree “zonas liberadas” en las zonas deprimidas de las ciudades y abandona la visión unitaria de clase que impida que los desposeídos caigan en ocasiones en las peores respuestas posibles. Cuando no existe una voluntad laica de emancipación de la explotación capitalista y de voz para los marginados sociales que unifique a todos ellos por encima de credos, culturas y etnias, lo peor está por llegar.

Esa izquierda francesa. española y europea ha dado lugar, en el mejor de los casos, a un “Sos Racismo” moñas del tipo “no toques a mi amigo”. El día en el que el dirigente del mayor sindicato de cualquier país citados del continente sea un latinoamericano, un árabe o un africano habremos avanzado algo. Sobre todo si no se trata de un asunto cosmético sino consecuencia de que la clase trabajadora, la absolutamente mayoritaria, ya no distingue a los trabajadores por su procedencia sino por la fraternidad que les lleva a elegir a los mejores de la misma como sus dirigentes sin mirar de dónde vienen.

Resultado de todo ese comportamiento político de las “izquierdas sistémicas” francesas: 43% de obreros y 38% de empleados han votado al Front National francés.

Una clase obrera que está desapareciendo y una nueva clase trabajadora cada vez más amplia, como consecuencia de la proletarización de amplias capas profesionales, ya no se reconocen en unas izquierdas defensoras del "status quo" del orden burgués que se conforman con una crítica sin daño al poder del capital. Denunciar la ausencia de “justicia social” no es otra cosa que rogar redistribución de un Estado capitalista que ya ni puede ni quiere redistribuir, pero que no cuestiona la base elemental de la desigualdad: la propiedad privada de los medios de producción y distribución.

Sin integrar a todos los oprimidos, explotados, desposeídos en un proyecto emancipador que acabe con la miseria, la necesidad, la falta de perspectivas y horizontes vitales, sin darles una bandera por la que luchar con todas sus energías, voluntades y esperanzas no se sorprendan que abracen el fascismo y el yihadismo. Les da fuerza por la que morir, cuando una ideología humanista debiera dárselas por la que luchar.

Lo peor de todo es que esas izquierdas, y más aún una sociedad mentalmente entumecida y cómplice de sus verdugos mira al nuevo fascismo con la mentalidad de pensar que ya se han civilizado, en lugar de entender que necesitan tomarse su tiempo para derramar el tarro de sus esencias.

Y ahora hablemos de Argentina y Venezuela.

Saber que un tipo serio y con el intelecto muy bien amueblado como Lula da Silva ha dicho que Podemos me recuerda los el PT de los orígenes en 1980, eso es lo que me parece ahora Podemos en Barcelona o Madrid” me hace pensar en el Lula de las luchas (cuya radicalidad y honradez ninguno de los dirigentes de Podemos alcanzaría) y en lo que ha acabado siendo su partido. Me recuerda al “OTAN de entrada no” de Felipe González y a la asistencia a la reunión antiyihadista de Madrid con Podemos de asistente pero sin su firma o al “le dí caladas -al canuto de hierba- pero no me tragué el humo” de Bill Clinton. La misma estrategia mentirosa de un reformismo hipócrita.

Sí he de reconocerle a Lula da Silva y a Dilma algo que no es posible admitirle al señor de la coleta. Han sido amigos de la revolución bolivariana hasta su final. Ya se ha producido, por mucho que sus herederos no lo admitan. Quizá la clave de esa lealtad esté en que Lula vino de la lucha obrera y Dilma de la guerrilla, mientras Iglesias venía del espacio pretencioso de la Universidad.

En común tienen Argentina y Venezuela una línea política respecto a la que parece que quienes no somos latinoamericanos no estamos en el derecho de criticar: el populismo.

Siempre he sido infinitamente más respetuoso con el populismo latinoamericano que con el europeo, aun estando muy lejos de ambos.

Mientras en Europa el populismo ha dado en el fascismo o le ha abierto sus puertas, en América Latina con frecuencia no ha sido así. En muchas ocasiones ha dado paso a gobiernos que han legislado a favor de las clases trabajadoras, el campesinado y otros sectores populares como los artesanos.

Pero en los últimos 15 años, el populismo se ha alimentado de las tonterías de un peronista como Laclau -lo de su “marxismo” es tan auténtico como la condición intelectual de Monedero- que, a partir de mitos (pueblo, nación, voluntad popular,…) ha construido una enorme ficción donde las clases sociales desaparecían dentro de un “colectivo” nosotros que no habría paso a una auténtica transformación material de la sociedad sino a un movimientismo permanente.

En ese proyecto nacional, y sólo antiimperialista como antineocolonialista (antiimperialismo nacionalista), faltaba una perspectiva de clase desde las que proyectar un sujeto transformador más ambicioso hacia otra sociedad: el socialismo.

Nacidas del pueblo (la nación. La categoría pueblo incluye a todas las clases desde la Revolución francesa), las voluntades del mal llamado socialismo del siglo XXI (Venezuela y Bolivia, principalmente), y apoyadas por sus aliados (Argentina, Brasil, Ecuador,..) dieron un impulso social, económico (en términos de mejora de situación de clase) y político (voces múltiples antes negadas) a los sectores oprimidos y pobres de América Latina, en su conjunto, mucho más allá de las naciones citadas.

Estar con aquellos proyectos era no una cuestión ideológica -había muchas razones para criticar sus insuficiencias- sino de moral revolucionaria. Un comunista formado jamás hubiera llamado a aquello socialismo, ni siquiera repúblicas populares, pero lo que estaban haciendo en favor de los desposeídos debía poner toda nuestra voluntad a su servicio: educación, salud, vivienda, acceso al transporte,…

El período de redistribución de la riqueza social fue muy dependiente en Venezuela y en Argentina de los buenos precios del petróleo y del período de transferencias de capital especulativo desde el centro a la periferia. Ambas cuestiones acabaron.

Hay que decir que Argentina y Venezuela son muy distintas. La primera es sólo la ficha del dominó pensada, alternativamente también Brasil, para hacer caer la ficha, ya derribada de Venezuela, con el objetivo de derribar la cubana o de chinizar económicamente ésta, algo que ya se está produciendo.

El capìtalismo jamás ha sufrido tal crisis pero tiene una vocación de Sansón derribando consigo el templo de los filisteos, mientras asume la posibilidad de acabar medioambientalmente con el Planeta, increíble. Jamás un sistema senil había llegado a tal grado de psicosis. Y con él de casi toda una población mundial cómplice de sus crímenes.

Si Argentina se agotó en el proyecto sempiterno de un populismo que amañaba hacia las clases trabajadoras, pero que sólo atendía a las clases medias, y más allá de las contradicciones del peronismo, de los efectos de la crisis y de los sucios montajes contra Cristina Kirchner, a Venezuela le pasó lo mismo tras la muerte del dirigente que galvanizaba un proyecto de construcción nacional digno pero inacabado, cuyos continuadores mediocres y aburguesados carecieron de la voluntad de dejar de hablar del socialismo y empezar a aplicarlo, pasando a una radicalización de la revolución cuando era posible. Hoy ya no.

Podría ser mucho más crítico hacia la revolución bolivariana. Públicamente no lo haré. La lealtad también pasa porque cierto grado de crítica expresada abiertamente dé un aviso a los compañeros pero no pueda ser fácilmente utilizada por nuestros enemigos.

Argentina volverá sobre su esencia “democrática” en períodos sin golpes: alternancia entre populismo que legisla para las clases medias, sin descuidar su integración en el “sistema global”, mientras ignora a las clases trabajadoras, y disciplinamiento económico bajo la más brutal dictadura del FMI contra las clases populares. No le veo salida a corto plazo.

A Venezuela le puede pasar algo mucho peor. Dependiendo de qué sectores de la MUD se impongan en la nueva situación y de que el PSUV y los sectores de izquierda resistan o no, es posible que se pase a cuchillo a los militantes bolivarianos o que la revolución pacte y se convierta en una especie de FSLN (sandinistas), ajena ya a las razones que la vieron nacer y entregados sus dirigentes a una alternancia caciquil entre élites. Hoy tú, mañana yo. La revolución no merece tal destino. Quisiera pensar en una opción distinta para un proyecto que pudo ser hermoso pero temo que ya ha sido escrito su destino.

Va siendo hora de que los comunistas cada vez tengamos más claro que una cosa son las izquierdas y otra muy distinta nosotros y que el camino de lucha hacia el socialismo pasa, de nuevo, como en el siglo XIX y en XX por diferenciarnos de ellas.