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20 de mayo de 2019

CHARLATÁN

Todo es un show. La banalización de la realidad política
como parte del gran circo que aliena mentes y voluntades

Por Marat

charlatán: “Que habla mucho y sin sustancia...embaucador” RAE

Existe un sector social difuso, no organizado, pero consciente, y sospecho que creciente que se niega a tragar las píldoras “roja” (pseudoroja) o “azul” del Matrix de nuestro presente político colectivo.

Ir a contracorriente hoy y no comprar falsas ilusiones tiene un precio: el de ser acusado de radical y de no ofrecer alternativas porque la de organizarse como clase, al margen de los flautistas de Hamelín del momento, combatir allá donde se producen y reproducen las contradicciones capital- trabajo y preparar la resistencia, formándose políticamente para no ser tratados como idiotas, exige demasiado esfuerzo. Por eso para muchos en el mientras tanto, hay que reincidir en el bucle eterno de seguir una y un millón de veces la senda que, inevitablemente, nos lleva a la derrota porque ello permite esquivar el sacrificio y los caminos más duros y difíciles.

Se nos rechaza a quienes estamos en otra cosa distinta al circo del parlamentarismo porque pone en evidencia que el rey está desnudo y que los ilusos de la ilusión democrática son cómplices acomodados y conscientes de la mentira que se autoadministran a sí mismos.

Pero lo cierto es que las mentiras tienen las patas cada vez más cortas, que los charlatanes no son parte de la solución sino de un problema que demora la solución necesaria del enfrentamiento de clase contra clase, vendiendo el falso elixir curalotodo del “si se quiere, se puede”, cuando sabemos que ocupar el poder, como inquilinos sin tomarlo, no es otra cosa que convertirse en asalariados del capital que marca los límites del juego, sus tiempos y los ritmos de aplicación de sus curas de caballo contra la clase trabajadora; unas veces a cargo de progres, otra de ultraliberales y pronto de un fascismo que llegará por abandonar la perspectiva de clase, mentir y autoengañarse en que basta con desear el cambio social para que este llegue y repetir lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes, que diría Albert Einstein.

El momento político actual español, europeo y mundial es el idóneo para los charlatanes de feria de la gran demagogia democrática, vendedores de crecepelos para calvos, oferentes de soluciones definitivas, fáciles y al alcance de la mano, sin sacrificio militante alguno para el votante. De Revilluca, el aldeano, hoy demócrata al que se le entiende todo, y ayer franquista, al peronista Errejón, que es como un falangista pero con verborrea hueca y pedante importada de Argentina, pasando por el siempre crispado don Crispín Iglesias que, ante tanto desafuero, nos ofrece como bálsamo de Fierabrás el caducado ungüento que ayer vendía el youtuber- predicador Anguita, su maestro. Y es que no hay nada como ir de “influencer”, aunque decreciente, en el gallinero parlamentario.

En esta campaña electoral, Pablo Iglesias Turrión -nada que ver con Pablo Iglesias Posse-, sería comparar la noche con el día, no para de repetir una media verdad que como todo el mundo sabe es peor que una mentira. Me refiero a los supuestos derechos de la Constitución que no se cumplen. El economista marxista Diego Guerrero también lo aborda en el Capítulo 5 del texto “Desempleo, keynesianismo y teoría laboral del valor”. En el EEC (Espacio de Encuentro Comunista) lo hemos trabajado con detenimiento. Pueden encontrarlo ustedes en el siguiente enlace: https://encuentrocomunista.org/static/media/medialibrary/2019/05/EEC-SituacionTrabajo2019.pdf

En lo que sigue me limito en extractar un parte del mismo con el objetivo de por lo menos se sepa de qué está hablando el charlatán cuando dice que la Constitución dice eso que no dice y que él dice que dice en relación al Derecho al trabajo, al derecho a la vivienda, etc.

Y es que este charlatán olvida conscientemente la lógica del capital: la de la rentabilidad sustentada en la explotación del trabajo asalariado y esta lógica funciona sí o sí por encima de la voluntad de las personas y por supuesto de todo gobierno por muy progre que quiera ser. Si esto no fuera así no sería capitalismo sino otra cosa.

Les dejo con el extracto. Es algo largo pero clarificador.

Las experiencias laborales que hemos puesto en común en todo el bloque anterior de intervenciones, nos muestran el estado actual de un proceso que ha sido conducido sistemáticamente desde mediados de los años setenta.
Lo que vamos a intentar ahora es mostrar una panorámica de cómo se ha conducido este proceso. Para ello necesitaremos entrar en varias áreas: desde dar algunas pinceladas de derecho -como por ejemplo, explicar por qué en la práctica no tenemos derecho al trabajo- hasta ir viendo cómo se ha ido modificando el tipo de contratación para que ahora se hayan generalizado las situaciones que acabamos de poner en común. Al final del documento se incluyen los enlaces a la legislación mencionada.
Y es que para moldear las relaciones laborales de manera que satisfagan los intereses del capital, se hacen leyes que quitan las líneas de protección que los trabajadores habían arrancado anteriormente con sus luchas. Esto se lleva haciendo sistemáticamente desde el inicio de la Transición Política en todos los ámbitos legislativos y de negociación social, cualquiera que haya sido el partido que ocupara el poder. Lo adornan como leyes para mejorar el empleo, luchar contra el paro juvenil, para aumentar la competitividad del país, etc. Pero la esencia es abaratar el factor trabajo y, como consecuencia, incrementar la tasa de explotación y de plusvalía.
Las leyes deben ser vistas en su conjunto, más allá del ámbito, del título o del epígrafe donde decidan poner las palabras más altisonantes y bonitas. Si se clasifica un derecho como fundamental pero luego no se establece quién debe garantizar su cumplimiento, o si la ley que lo desarrolla le quita en la práctica tal rango, el concepto jurídico de fundamental no coincide con lo que los trabajadores entendemos por tal. La cosa se hace más evidente si comprobamos que los derechos del capital experimentan un trato opuesto.
Desde este punto de vista, lo primero que debemos poner negro sobre blanco es que la Constitución Española no contempla como derechos fundamentales y, por lo tanto, no garantiza ni obliga a los poderes públicos su defensa y cumplimiento, aquellos que para cualquier persona lo son; nos referimos, por ejemplo, a la vivienda, a la educación en todos sus niveles y, por supuesto, el derecho al trabajo. Teniendo presente que, en una sociedad capitalista como la nuestra, el trabajo es lo único que te permite tener y mantener regularmente unos ingresos y, por lo tanto, unos mínimos niveles de subsistencia, el carecer del mismo y de la posibilidad de exigirlo es la condición para verte sometido a las condiciones de explotación que impongan los empresarios.
La Constitución contempla en su artículo 53 cuáles son los derechos de los que podemos reclamar su cumplimiento. Esta distinción entre derechos reclamables (los derechos contemplados entre los artículos 14 y 29) y los simples derechos, es básica, ya que solo los primeros permiten que cualquier persona puede exigir su aplicación, y son los que los poderes públicos están obligados a proteger; el resto de “simples” derechos sólo pueden ser reclamables si la ley que los desarrolla lo contempla.
Vemos por ejemplo que el derecho a la vivienda no lo contempla la Constitución como un derecho fundamental en la práctica y, por lo tanto, como un derecho que podamos exigir. La Constitución lo trata en los siguientes términos en el artículo 47: Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Es curioso que se utilice el verbo “disfrutar”, pero no diga “tener” ni “poseer”. Es decir, defiende que podamos disfrutar una vivienda cuando la tengamos, es decir, cuando la compremos o la podamos alquilar. Todos sabemos que, cuando no pagamos la hipoteca o no pagamos el alquiler, los poderes públicos junto a la policía te quitan el derecho a disfrutar de la vivienda de la que te desalojan.
Hay un derecho que sí está catalogado como fundamental, pero con un ámbito de actuación restringido. Nos referimos a la educación, que solo es reclamable y gratuita en el período de enseñanza obligatoria (Artículo 27.4), desde los 6 a los 16 años. El resto de la enseñanza ya no es un derecho fundamental en la práctica. Ello es lo que permite que, en la nueva educación superior, los dos últimos años de máster estén disponibles solo para quien pueda pagárselos, restringiendo el acceso del resto -todos ellos hijos de trabajadores- a los futuros trabajos menos cualificados.
Para poder apreciar el contraste, antes de entrar de lleno con el derecho al trabajo, vamos a echar un breve vistazo a cómo se tratan los derechos del capital. En principio, éstos figuran, junto con el trabajo, en el mismo rango que el artículo 53 establece como no reclamables. Sin embargo, los propios artículos que recogen los derechos del capital se encargan de dar un rango especial a estos. Así, el artículo 33 reconoce el derecho a la propiedad privada, y en su apartado 3 nos aclara que nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos. Mientras tanto, en el artículos 38 se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado indicando seguidamente con claridad que los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio. De esta forma quedan salvaguardados en virtud del artículo 24, que indica que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derecho e intereses legítimos. Para que no quede nada sin atar, los códigos civiles, mercantiles y penales refuerzan esta protección en innumerables ámbitos.
Sin embargo, el derecho al trabajo, ubicado en la misma sección de no reclamables que los del capital, no goza de la misma elevación de rango en su desarrollo. El artículo 35 se limita a afirmar en el punto 1 que “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo...” y en el punto 2 se limita a estipular que La ley regulará un Estatuto de los Trabajadores. Si nos vamos al susodicho Estatuto de los Trabajadores, que desarrolla este supuesto derecho al trabajo, contemplamos que no hay a quién reclamarlo y el derecho que se contempla no es el derecho al trabajo sino el derecho a trabajar cuando tengas un empleo. El Artículo 4 apartado 2 del Estatuto nos dice que: en relación al trabajo, los trabajadores tienen derecho a la ocupación efectiva. Más arriba indicábamos en relación al derecho a la vivienda un trabalenguas parecido.
La Constitución no puede reconocer el trabajo como un derecho exigible por dos motivos: primero, porque en el capitalismo el trabajo es una mercancía que los trabajadores vendemos, y el legislador no puede garantizar por decreto su venta; segundo -y no menos importante-, porque la inseguridad al buscar trabajo es necesaria para poder sacar el máximo provecho desde el punto de vista de la explotación. No en vano, en el artículo 38, que ya vimos que pedía a los poderes públicos garantizar la economía de mercado, afirma además que los poderes públicos también tienen que velar por la defensa de la productividad de acuerdo con las exigencias de la economía. Mas adelante veremos como esta exigencia de ser productivos es una constante.
Pero no solo no garantizan el trabajo ni la Constitución ni el Estatuto, sino que este último deja claros los condicionantes que aplican cuando se tiene. En el artículo 5, apartado a) se indica que: los trabajadores deben cumplir las órdenes e instrucciones del empresario en el ejercicio regular de sus facultades directivas…”, y en el apartado e) se indica expresamente que los trabajadores deben contribuir a la mejora de la productividad. Así que “nuestro” Estatuto no solo no hace efectivo el derecho al trabajo, sino que se encarga de dejar clara nuestra dependencia: cuando trabajamos debemos ser rentables y obedecer lo que diga el empresario, que es el que tiene las facultades directivas. En este sentido, se hace patente el juego de nombres y de discurso para que las leyes del capital se naturalicen por parte de los trabajadores. El nombre de Estatuto de los Trabajadores no se corresponde con su contenido. Lo que contempla esta ley no es ni más ni menos que una relación social entre empresarios y trabajadores, y esta relación es una relación de explotación. De una forma mucho más apropiada, la ley anterior al Estatuto de los Trabajadores tenía el descriptivo título de “Ley de Relaciones Laborales”.
A partir de este cuerpo legal, lo que vamos a exponer brevemente a continuación es cómo esta ley de “derechos” de los trabajadores nació y se ha ido modificando en favor del capital y en detrimento de los trabajadores. El conjunto de Reformas Laborales, Acuerdos de Negociación Colectiva y todo tipo de negociaciones que se han dado bajo el paraguas del denominado Diálogo Social -nombre que no designa más que la aceptación falaz de que los trabajadores y empresarios tenemos intereses comunes-, ha supuesto una constante pérdida de derechos que en la práctica suponen un trasvase del salario de los trabajadores en beneficio del capital. El gráfico 1 que vimos más arriba permite contemplar de un vistazo cómo, siendo el trabajo el único que crea valor añadido -el único que crea valor-, pierde cada año más de la mitad de él, apropiado (expropiado legalmente), por los empresarios. Veamos el proceso.
Partimos de una situación previa de mediados de los 70, en los que la Ley de Relaciones Laborales, de abril de 1976, contemplaba algunos derechos clave que protegían al trabajador. Unos derechos que se han ido desmontando paulatinamente con las sucesivas Reformas Laborales. Empezando esta tarea en los Pactos de la Moncloa y en el Estatuto de los Trabajadores.
Para ponernos en contexto: el año 1976, después de la muerte de Franco, es cuando confluye el mayor número de huelgas que se ha dado en este país. Es el año en el que se producen los conocidos como “sucesos de Vitoria”, del 3 de marzo de 1976, ciudad que estaba en Huelga General, y en los que la represión policial ordenada por los luego demócratas Fraga y Martín Villa, provocó la muerte de seis trabajadores. Pues bien, en ese año es cuando se consigue la mayor protección al trabajo en España, y eso ocurre con un criminal fascista como era el presidente Arias Navarro. No porque fuera bueno, sino porque la presión en ese momento de tal aluvión de huelgas tenía al régimen contra las cuerdas.
Si nos atenemos al contrato de trabajo, la redacción actual del Estatuto de los Trabajadores en su artículo 15 dice: el contrato de trabajo podrá concertarse por tiempo indefinido o por una duración determinada. Sin embargo, lo que decía la Ley de Relaciones Laborales del 76 era: “el contrato de trabajo se presume por tiempo concertado indefinido sin más excepciones de las siguientes...”. Si con la ley actual da lo mismo hacer un contrato indefinido que temporal, antes del Estatuto de los Trabajadores todos los contratos eran por defecto fijos, una vez pasaban el período de prueba de quince días. Las excepciones eran las que, por su razón, hacían de un trabajo algo temporal (vendimia, etc.). Es decir, el contrato obedecía a las condiciones del trabajo.
¿Qué ha hecho el Estatuto de los Trabajadores que tenemos ahora? Copiar la redacción de la Ley de Contratos de Trabajo que tenía Franco en el año 1942: el contrato de trabajo podrá celebrarse por tiempo indefinido, por tiempo cierto, expreso, tácito o por una duración determinada. Después de dar la vuelta a lo largo de cuarenta años, la democracia española coincide punto por punto con la redacción que tenía Franco en su ley de Contratos de Trabajo de 1942”.

24 de junio de 2015

SYRIZA Y PODEMOS, POR LA MISMA SENDA DE LA RENUNCIA PERMANENTE

La "ilusión democrática" siempre acaba en la nada
Por Marat
1.-Tsipras e Iglesias, dos hombres y un destino:
Si a alguien le cabía alguna duda acerca de lo que el título del presente artículo anuncia sobre su contenido, ahí tienen ustedes las declaraciones de Pablo Iglesias sobre los ya casi seguros acuerdos entre el gobierno Tsipras y la Comisión Europea en las que afirma que el gobierno de Syriza “ha llegado a un buen acuerdo” y “ha cedido muy poco”. Muy poco después de afirmar ante dos periodistas del The Wall Street Journal que los defensores del capitalismo debían sentirse tranquilos porque “no hay una verdadera alternativa a la economía de mercado. Sólo pensamos que hay un dé­ficit de fortaleza del consumidor. La gente tiene que obedecer las leyes y pagar sus impuestos”. Estas son las declaraciones de quién sólo unas semanas antes escribía un documento titulado “Understanding Podemos”, muy bien acogido por financieros y hombres de negocios de la City de Londres y en el que, entre otras cosas, se afirmaba que su partido "no es un partido “revolucionario”, ni un movimiento asambleario, sino una fuerza "soberanista".
No sé lo que al señor Iglesias le parecerá un mal acuerdo con la UE, ni qué es para él ceder demasiado pero a mí me parece que no es moco de pavo la siguiente lista de propuestas del gobierno de Tsipras para cerrar un pacto con la UE:
  • La elevación de la edad de jubilación desde los 62 años (anticipada) a los 67, el mismo tope de jubilación que aceptó, entre otras brutales medidas, el gobierno del social-liberal Zapatero
  • La eliminación gradual del suplemento de solidaridad social (conocido como EKAS) que oscila entre 35 y 150 euros al mes para las pensiones mas reducidas que no superan los 400 euros. La media de las pensiones griegas es de 700 euros, con lo que las de 400 son pensiones de miseria
  • La elevación del IVA al 13% en electricidad y agua, lo que generaría un incremento brutal en la pobreza energética de cientos de miles de hogares de las clases trabajadora y populares. Para el resto de productos y servicios se elevaría, a propuesta del gobierno de Syriza, el IVA a un 23%.
  • El aumento de la cotización de los trabajadores al sistema de salud de los pensionistas.
  • El incremento del “ahorro” en el sistema de pensiones en 660 millones en 2015 (0,37% del PIB), 1.860 millones de euros en 2016 y (1,05%) y de casi 2.000 millones en 2017 (1,1%).
  • Unas medidas fiscales, que no recaerán sólo en las grandes empresas con beneficios ni en la grandes fortunas, como Syriza pretende hacer creer para consumo interno, que serán de 2.692 millones de euros (1,51% del PIB) en 2015 y de 5.207 millones (2,87%) en 2016.
Todo eso después de los recortes y privatizaciones que el gobierno Tsipras venía haciendo desde su conformación y en un país con menos de 11 millones de habitantes (menos de la cuarta parte de la población española) supone avanzar hacia medidas tan salvajes que le acercan a las tomadas por el gobierno de Samaras en su día o a las acordadas por el gobierno del ultraliberal de Rajoy. Y la ratificación final del acuerdo con La Troika aún habrá de endurecerlas más.
A mí me parece que esto no es cruzar las líneas rojas del programa de Syriza sino violarlas directamente sobre los cuerpos de la clase trabajadora y los sectores populares helenos.
A lo mejor por eso se le está poniendo esa cara de Rajoy al “radical” Tsipras
En una noticia de última hora, Tsipras declara que los acreedores, cuyos intereses están siendo representados por Bruselas y el FMI, no están de acuerdo con las propuestas del gobierno griego para afrontar la deuda. Cuando la víctima se muestra asequible, el verdugo se embravece. Vamos, Tsipras, que tu puedes. Unos esfuerzos más en privatizaciones y despido libre y gratuito.
En la calle, en defensa de la clase trabajadora y de los sectores populares griegos están el KKE (Partido Comunista de Grecia) y su muy poderoso sindicato PAME


En España, 8 años tras el inicio de la crisis aún estamos por levantar un partido comunista que se haga respetar y un sindicato capaz de defender con energía y potencia a nuestra clase. Es deseable que nos expliquen unos y otros a qué esperan.
   
Cuando leo y escucho cómo usan los gacetilleros de la Brunete mediática y la carcunda del PP la expresión “izquierda radical” para referirse a Syriza, los populistas vestidos de socialdemócratas de Podemos y otros apéndices neoconversos, y a la vez previos referenciadores de este embaucamiento, al “empoderamiento de la gente” (IU), entiendo la estrategia reaccionaria y de ausustaviejas de la derechuza oficial para imponer una estrategia de simulacro que cree sensación de tensión política donde todo es ficción y mera representación teatralizada de apariencias para consumo de cheerladers y votantes/consumidores del mito democrático. Aquello que fue expresado en la segunda “Tesis sobre Feuerbach” - “Es en la práctica donde el hombre debe probar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. La disputa sobre la realidad o no realidad del pensamiento aislado de la práctica es una cuestión puramente escolástica”- nunca fue tan cierto como hoy pero, en el mito de la caverna platónica en que ha sido convertido el cenagal político, esta tesis ha sido ocultada por los vendedores de peines para calvos que aparentan pertenecer a campos enfrentados cuando la realidad es que unos y otros se sitúan del lado del capitalismo.

2.-Y ahora hablemos un poquito de Carmena, los podemitas y de su bandera de conveniencia “Ahora Madrid”
Me limitaré a hablar de Madrid, que es donde vivo y lo que mejor conozco, aunque podría aplicarse a cualquier sitio de España donde hayan ocupado espacios de “gobernabilidad” los anticasta que ya no hablan de casta porque son neocasta.

Entre esta buena “gente” -lo de hablar de clase trabajadora y de lucha de clases es algo antiguo y desfasado, que dicen los de la “generación de jóvenes más preparados de la historia”, esos que creen que toda la sociedad es de universitarios- está ya muy instalado eso de que del dicho al hecho va un trecho...laaaaaaaargo. Y eso que apenas han llegado a sus sillones municipales y autonómicos.

Si en su año y medio de existencia los podemitas no hubieran cambiado de programa varias veces, incluso entre período electoral y período electoral, uno podría dejarse llevar por la cómplice “ingenuidad” de que la llegada a las instituciones les ha provocado un baño de realismo al contrastar la diferencia entre lo que puede y no puede hacerse.

Pero cuando lo han hecho ya tantas veces que se han convertido en una veleta-ventilador como si su voluntad fuese la de aliviar los rigores veraniegos de sus hinchas.

AhoraMadrid, la marca blanca podemita en el Ayuntamiento de la capital sigue la senda del borrón y cuenta nueva programáticos.

¿Recuerdan ustedes aquello del banco público municipal del programa de AhoraMadrid? Éste habría de servir para reforzar la autonomía financiera municipal y "como herramienta de financiación de proyectos sociales y de empresas y cooperativas que fomenten la economía productiva". ¿Qué pasó con él? Pues que en menos de dos semanas tras la toma de posesión del cargo de alcaldesa por parte de la Tiernísima Manuela Carmena, ya “no es necesario”. ¿Argumentos para éste “yo me apeo” ideológico? Muy sencillos:

"El programa de Ahora Madrid se fue construyendo poco a poco, se incluyeron muchas sugerencias y cuando asumí la candidatura dije desde un primer momento que lo entendía como un conjunto de sugerencias pero que no todas se podían entender como presupuestos de implicación programática activa" (Carmena dixit) Lo que la señora alcaldesa llama de forma pedante “presupuestos de implicación programática activa" no es otra cosa que el programa. Esta señora repite la figura del difunto alcalde Tierno Galván hasta en su cinismo, cuando dijo aquello -y no me creo que de forma crítico-irónica de “los programas están para no cumplirlos” ¿Dónde quedó aquella idea nunca expresada formalmente por liberales y reformistas sistémicos de que el programa era la expresión de la alianza entre el partido y sus electores? Se fue por el retrete. Y lo mejor de todo esto es que la señora Carmena ya avisó con antelación a ser elegida que el programa “lo entendía como un conjunto de sugerencias”. Ya sabía que sus tonticiegos electores no se fijarían en ese “pequeño detalle”. Cuando el personal admite que lo traten como necio es porque es necio.

La trampa saducea de poner a la cabeza de los grandes ayuntamientos a personas supuestamente incuestionables en su honorabilidad, ética y bonhomía fue inaugurada con la figura del “viejo profesor” al frente del Ayuntamiento de Madrid cuando aquello de los primeros “ayuntamientos democráticos” de 1979. Cuando en 1981 Alonso Puerta, secretario general de la FSM (luego PSM) y primer teniente de Alcalde, denunció un intento de contratación irregular y fraudulenta por parte de la corporación en el sector de la limpieza (ya por entonces la “izquierda”, con el beneplácito del PCE, socio del PSOE en el ayuntamiento de la capital, privatizaba servicios), lo que le costó su expulsión del PSOE y del Ayuntamiento (lo segundo una lapidación ilegal), no recuerdo que Tierno levantase la voz en su defensa. Pero es que entonces de “la movida” de la que se hablaba era otra.

La innovación de doña Manuela Carmena frente a don Enrique Tierno está en que ella misma es parte de la mentira del “donde dije digo...”, mientras el segundo jugaba a estar en las inmaculadas alturas sin que la suciedad le salpicase. Una renovadora política, vamos.

Pero prosigamos con los incumplimientos de AhoraMadrid y de la señora Carmena.

¿Recuerdan ustedes aquello de poner todos los medios y recursos municipales para la paralización de desahucios y desalojos de primera vivienda y para garantizar una alternativa habitacional”. Pues parece que aquello se ha quedado en lo segundo, en garantizar una alternativa habitacional”. Y ya veremos cuánto de “garantizar” tiene la cosa porque ahora Manuela Carmena se juega todo lo relativo a los desahucios en una futuraoficina de mediación hipotecaria” negociación con los bancos y en su “buena voluntad”. Y ya sabemos cómo son los bancos en general y en esta cuestión en particular. Mientras tanto la PAH de Madrid tiene un mosqueo importante con AhoraMadrid y con la alcaldesa. Claro que, posiblemente, Francisco González, presidente del BBVA, les ayude en este punto programático, a cambio de una mejor predisposición de la señora alcaldesa con el futuro pelotazo de la Operación Chamartín, algo que muy bien podría estar ocurriendo porque hoy miércoles 24 de Junio por la tarde se reúnen para limar asperezas. Quizá en unos días les escriba sobre esta cuestión. Si la señora Carmena y AhoraMadrid tragan y el señor Francisco González les “ayuda” en su “alternativa habitacional” siempre lo podrán vender los primeros con un éxito de la gestión empoderada porque la corrupción del ladrillo y la especulación deja de serlo cuando la ejercen los nuestros -míos no-, ¿verdad?

¿Qué pasó con lo de “parar la privatización de los servicios públicos, la externalización de servicios municipales a grandes empresas y la venta de patrimonio público” así como con la remunicipalización de los servicios? Pues que, aunque son partidarios de lo público, de boquilla, de la noche a la mañana no se puede cambiar las cosas”. Al menos Zapatero tenía claro que lo que no hagas en el primer año, de entre los puntos rojos de tu programa, ya no los harás. Y por eso tardó tan poco en sacar las tropas españolas de Irak, aunque casi en paralelo las reforzase en Afganistán, que era algo que, en cambio, a la población española le importaba muy poco. El cinismo nacional. Si “de la noche a la mañana no se puede cambiar las cosas”, me da toda la impresión de que en lo que queda hasta cumplir un año tampoco.

¿Y de lo relativo a “garantizar los suministros básicos (luz y agua) a todos los hogares que no puedan pagarlos”. En invierno, que hace más frío. Sólo que en cuanto al agua, en verano, nos duchamos más, lo que implica gasto de gas y en cuanto a la electricidad, los hogares que no puedan pagarla, tampoco podrán usar el aire acondicionado, tan necesario para la salud de niños y ancianos ante las altas temperaturas. En invierno, ya tal...si eso.

De la auditoria de la deuda municipal, la reestructuración de la deuda y las quitas selectivas de la misma, quizá en el mejor de los casos, se haga la primera porque en cuanto a intenciones respecto a las dos promesas añadidas cabe decir que para la alcaldesa "si se han podido pagar, se van a seguir pagando" y "después, habrá que ver si se puede llegar a acuerdos con las entidades acreedoras, de algún tipo de compensación, veremos a ver. Dependiendo un poco de la situación, se pueden buscar alternativas de quitas, lo iremos viendo, hay que hablar con los técnicos". Total, blablabla. Como cantaba Pedro Infante en “La calandria”

En una jaula de oro
Pendiente de un balcón
Se hallaba una calandria
Cantando su dolor

Hasta que un gorrioncillo
A su jaula llego
"Si usted puede sacarme
Con usted yo me voy"

Y el pobre gorrioncillo
De ella se enamoró
Y el pobre como pudo
Los alambres rompió

Y la ingrata calandria
Después que la sacó
Tan luego se vio libre
¡Voló, voló y voló!

El pobre gorrioncillo
Todavía la siguió
Pa ver si le cumplía
Lo que le prometió

La malvada calandria
Esto le contesto:
"A usted no lo conozco
Ni presa he sido yo"”

Una de las promesas que Manuela Carmena sí está cumpliendo es la lucha contra la malnutrición infantil mediante las ayudas a la alimentación de los escolares, claro que en la versión de su predecesora, Ana Botella. En cualquier caso, será un punto que tenga más que ver con la caridad, de carácter público (mejor que privado y de órdenes religiosas), que con la igualdad y la justicia social. Algo es algo.

No quiero cerrar este apartado sin hacer mención de tres temas más que, a mi entender, tienen más que ver con el componente moral de la política, clave desde mi punto de vista porque es el fundamento de todo proyecto ideológico, que con la cuestión de lo programático, aunque de algún modo también lo tocan.

En primer lugar quiero referirme a la podemita sin carné (fuera de IU, donde casi todos sus dirigentes y bases son, a su vez podemitas, fuera de Podemos y con un partidillo a su medida en Ahora Madrid que la ha dejado tirada), Tania Sánchez, por razones de inmediatez en el tiempo de cuestiones que le atañen directamente.

Hace dos días hubo de comparecer como imputada ante la juez de Arganda que lleva su caso por corrupción, prevaricación, malversación y tráfico de influencias cuando era concejal del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid donde voto a favor de la concesión de contratos municipales a favor de la empresa Aupa (adecuado nombre), de la que su hermano, Hector Sánchez, era máximo directivo.

Tras salir de prestar declaración ante la jueza, Tania Sánchez declaró que hay una “persecución política” contra ella, que ella no sabía que Aúpa era la empresa de su hermano, que tampoco se iba a leer un expediente (al que dio su voto favorable), del contrato, de 500 folios y que no hubo trato de favor.

Además de las razones por las que está imputada, Tania Sánchez es una indigna, una inmoral y una sinvergüenza. Paso porque suelte los embustes que le dé la gana pero que pretenda que todos los que la escuchamos somos gilipollas, por ahí sí que no paso. Conozco a unas cuantas personas que ni siquiera se hablan con sus hermanos desde hace años pero no conozco a nadie, incluidas éstas, que no sepan en dónde trabaja su hermano y que ignoren si es un simple empleado o un directivo. Sólo por este “pequeño detalle” merece ya ser encausada y condenada, con el agravante de intento de llamar imbéciles al resto de la población. Y ésta individua iba de azote de corruptos. Sí, en el PP se es corrupto sólo por estar afiliado a él e incluso por votarlo -al menos corrupto y cómplice moral- pero de ciertos lados proviene también unos olores a cadaverina ética que tira para atrás. Y no es cuestión de números sino cualitativa, de decencia o indecencia.

Continuando con las prácticas de nepotismo, porque así se llama al favorecimiento de familiares desde un cargo público, voy a referirme ahora a la persona de Manuela Carmena y al reciente nombramiento del marido de su sobrina, Luis Cueto, como Coordinador General del Ayuntamiento de Madrid.

El reglamento de personal municipal madrileño prohíbe "nombrar como personal eventual" a familiares hasta el cuarto grado. Este reglamento fue aprobado en abril pasado tras la denuncia de prácticas de nepotismo galopante y múltiple por parte de concejales y altos cargos municipales del PP a favor de sus familiares.

Cierto es que el señor, Luis Cueto, sobrino político de Manuela Carmena no es “personal eventual”, como es el caso de los asesores políticos municipales, sino que ha sido nombrado en calidad de personal directivo y que proviene de un cargo funcionarial en el Ministerio de Economía. Pero a nadie debiera escapársele que estéticamente, y la estética y la ética están más unidas de lo que parece, el nombramiento de un familiar, aunque en este caso no lo prohíba la ley, al distinguir entre personal directivo-funcionarial y personal eventual, por parte de un representante político, es una práctica, cuando menos, un tanto sospechosa. Si lo que se pretende es regeneracionismo puro y duro y prácticas no corruptas (y el nepotismo es una forma de corrupción), poco importa tal diferencia. Mucho más, cuando ha de haber funcionarios públicos de carrera altamente cualificados para tal destino que no sean familiares de ningún concejal de AhoraMadrid. En una expresión que el feminismo políticamente correcto pudiera tildar de machista bien pudiera aplicarse aquella máxima de la Roma clásica: “Mulier Caesaris non fit suspecta etiam suspicione vacare debet” (La mujer del Cesar no sólo ha de ser honrada sino parecerlo)

Por último, no quiero olvidarme de un segundo ejemplo de la tendencia a la excepcionalidad, vía matización de lo prometido, que se va imponiendo en el mundo podemita. La señora alcaldesa de Madrid, Podemos y su bandera de conveniencia han hecho del no tener imputados en sus listas ni en sus cargos públicos una máxima. Y no hablaban sólo de imputados por corrupción sino de imputados sin más.

Pues bien, ya tiene dos casos de imputados en sus listas. La enseñatetas en capilla Rita Maestre -debe ser su gran mérito de “luchadora”, junto con el de sus relaciones afectivas, siempre cerca de dónde se corta el bacalao- y Guillermo tuiteroZapata, el “humanista” que hace chistes sobre el Holocausto, Irene Villa y Marta del Castillo, respecto al que el Fiscal de la Audiencia Nacional acaba de pedir su imputación al Juez Pedraz. Veremos lo que aguanta la señora Carmena con ese matiz limitador sobre lo que significa tener imputados en el Ayuntamiento. Y veremos también lo que tarda en sumarse a eso que se escucha en el PP y en el PSOE de que hay que distinguir entre imputados y condenados en firme a la hora de dejarles fuera de las listas electorales y de las instituciones.

3.-¿De dónde nace esta tendencia imparable a la renuncia, el desdecimiento permanente y el postureo de los reformistas podemitas y de Syriza?
Antes que nada diré que hago renuncia expresa de explicar esta cuestión en términos de traición porque, sí así fuera, habría infinitamente más traidores que leales y el mundo no podría jamás dejar de ser lo que también expresó Gardel en “Cambalache”

Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados”

Porque creo que es posible salir de la noria, que otros pretenden eterna del capitalismo, creo que es necesario poner el dedo sobre la llaga de las contradicciones inherentes del reformismo y la socialdemocracia, bajo sus mil nombres, incluido el, aún peor, social-liberalismo, al que ambos tienden en cuanto tienen la oportunidad de pillar cacho institucional.

No es coherente afirmar como hacen desde IU que se pretende humillar a Grecia, como hace el podemita Pablo Iglesias cuando afirma que desde la política hay que hacer frente a los poderes que no han sido elegidos, o practicar el postureo continuo como hace Tsipras, y no reparar en que hay una contradicción flagrante entre este tipo de afirmaciones y
  • Asumir las reglas de juego de la legalidad del Estado burgués
  • Caer en el cretinismo parlamentario de que se puede enfrentar a ese poder no elegido, sea el de los funcionarios de Bruselas y el FMI o el principal, el del poder económico capitalista, desde el juego en campo ajeno (con un Estado sin poderes reales) y unas reglas del juego también ajenas (los límites de la acción parlamentaria)
"Pero la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines." ("La Guerra Civil en Francia". Karl Marx)
No se hace una tortilla sin romper los huevos. No es posible cambiar desde las instituciones ese estado de cosas, ni siquiera con el objetivo de no traspasar los límites de un pretendido “reformismo honesto” que simplemente reequilibre un poco la relación de fuerzas entre poseedores y desposeídos, entre víctimas y torturadores, entre explotadores y explotados, sin tomar por la fuerza el poder (económico) y los aparatos del Estado burgués para, destruido dicho poder, establecer uno que responda a los intereses de la inmensa mayoría, la clase trabajadora y los sectores populares. El resto son paños calientes y para eso ya está Sor Lucía Caram.

Me llama la atención de que hay quienes comparten desde hace tiempo diagnósticos como éste pero que, en cuanto se les habla de poner las patas por arriba o del recurso a la fuerza, se escandalizan porque este discurso les parece demasiado radical o fuera de la realidad. Hace falta ser muy cínico o muy ignorante para negar la evidencia de que, cuando se respeta la legalidad impuesta desde los consejos de administración de la burguesía (los Estados), se acaba en lo que he venido analizando hasta aquí.

Por mucho que se nos acuse a algunos de “utópicos” (no creo en las utopías sino en el aprendizaje y la actuación política a partir de las enseñanzas de la historia y del análisis concreto de la realidad concreta), creo que, con el tiempo, algunos que hoy abrazan el claudicante reformismo empezarán a caer del guindo y a comprender que lo suyo no es utopía sino quimera sin asiento en la tierra sino en sus propias ensoñaciones.

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