29 de marzo de 2012

TRAS EL 29M ¿AHORA QUÉ?

Por Marat

La Huelga General ha sido un éxito indiscutible, por mucho que lo nieguen los piquetes tóxicos antihuelga de la patronal, su gobierno natural y la Brunete mediática que les acompaña.

No quiero dejar pasar la ocasión sin felicitar a la clase trabajadora del Estado español, a los huelguistas y al conjunto del movimiento sindical, con la excepción de algunas siglas de esquiroles organizados como la CSIF. Para estos todo mi desprecio.

El éxito de la huelga tiene un mérito extraordinario si tenemos en cuenta que


1) Los piquetes de la patronal CEOE y de sus empresas asociadas se han dedicado a intimidar, coaccionar, atemorizar, chantajear y amenazar a sus empleados que secundasen la huelga. Cientos de blogs y los propios sindicatos se han hecho eco de cuáles han sido esas empresas, por lo que son fácilmente identificables las más de 1500 grandes empresas denunciadas, sólo la punta del iceberg del matonismo empresarial. En el caso de las PYMES la presión a no secundar la huelga es aún mayor. El aliento del patrón la sienten de contínuo sobre sus cogotes los trabajadores precarios que ya están padeciendo la Reforma Laboral.

2) Ha carecido de medios de comunicación masivos que la apoyen. La práctica totalidad, con la excepción del digital del rotativo ya desaparecido, Público, cuya plantilla amenazada de despido secundó la huelga, ha intentado la desmovilización de los trabajadores, afirmando la inutilidad de la huelga, la inevitabilidad de las medidas antisociales y de la Contrarreforma Laboral del gobierno del PP, el carácter antipatriótico de los huelguistas y ha llenado de insultos a los líderes sindicales y a sus organizaciones.

3) El Gobierno del PP ha intentado la desmoralización de quienes deseasen secundar la huelga afirmando su mantenella y no enmendalla; esto es, la inamovilidad de su posición y el carácter intocable de la Reforma.

4) La reproducción del discurso ideológico de la clase dominante por parte de muchos trabajadores, carentes de conciencia de clase, les ha llevado a asumir como propios los intereses de sus enemigos de clase, los capitalistas, y a atacar a las organizaciones naturales de los trabajadores, los sindicatos. Bajo el discurso de descalificación de los sindicatos mayoritarios se buscaban indecentes excusas para no secundar la huelga general. Lo importante para ellos dejaban de ser, de este modo, las razones de la huelga para justificar su rechazo a la misma por sus convocantes más conocidos, a pesar de que fuesen decenas las organizaciones sindicales que, desde diferentes territorios del Estado, la apoyasen. Es claro que, para estos analfabetos políticos, el problema no son CCOO ni UGT sino cualquier cosa que huela a sindicato. Se trata del tipo de tontos útiles que culpan a los sindicatos de la ruina del país pero jamás critican a los capitalistas, a los que secretamente admiran y respetan. Si la huelga la hubiera convocado el sindicalismo alternativo, se hubieran negado a seguirla en base a la excusa de su falta de representatividad. Cuando se nace con moral de esclavo, las cadenas se antojan collares de oro.

5) La propia actitud pusilánime de CCOO y UGT ha tenido cierto efecto disuasorio respecto al seguimiento de la huelga. Ambas organizaciones se han mostrado empeñadas en un planteamiento del conflicto de perfil bajo, repitiendo de forma machacona su voluntad de diálogo y negociación con el gobierno, de acuerdo a un modelo sindical que la muerte del Estado del Bienestar y del pacto social han enterrado ya –al menos desde las posturas de la patronal y su gobierno- y pactando servicios mínimos para evitar que se los impusiesen. A esta huelga debiera haberse ido a cara de perro, sin otra voluntad que la de exigir la retirada de la Reforma Laboral y el fin de los recortes sociales y sin pactar ningún servicio mínimo que no sea el de algunos servicios esenciales (sanidad, bomberos y muy poco más). Asumir posturas contemporizadoras significa partir de una posición débil que no da suficiente confianza de vencer a quienes deben apoyar la huelga en un contexto social y de realidades personales especialmente difícil.

6) El papel esquirol y revienta -huelgas que una parte de los “indignados” –no todos, por supuesto- ha venido haciendo en los meses y semanas previos a la huelga, entre ellos la plataforma DRY, que se sumó a la misma a regañadientes sólo 9 días antes de su realización y como consecuencia de la presión recibida desde amplios sectores, incluyendo a una parte de sus propias bases. La cínica disculpa de que necesitaban tiempo para discutirlo internamente, cuando ante otras cuestiones han sido mucho más rápidos en sus debates, trataba de ocultar su deseo de ganar tiempo para no dar su apoyo al paro. Por otra parte, en el entorno del M 15M no ha sido inusual encontrar un discurso tanto solapado como abiertamente antihuelga, más centrado en el ataque a los sindicatos que más capacidad tenían de sacarla adelante que en razonar los motivos de la huelga. En otros casos, bajo el aparente radicalismo de que una huelga de 24 horas no servía para nada justificaban una parte de los simpatizantes y miembros de dicho movimiento su rechazo a la misma. El sustrato ideológico pequeñoburgués que está en la base de este movimiento explica ese tipo de posturas de apariencia radical, en ocasiones, y posiciones políticas reaccionarias, de fondo.

Por estos formidables obstáculos que la huelga general llegase a realizarse, en un contexto de miedo a perder el puesto de trabajo por las represalias empresariales, de pesimismo como excusa para la desmovilización social, de ataques brutales desde los más variados y diversos frentes, ha sido un éxito. Y que la huelga haya paralizado sectores clave de la actividad económica del país ha sido un éxito aún mayor.

Pero la huelga ya ha finalizado.
Es el momento de preguntarse qué hacer al día siguiente de la misma porque las razones que la han justificado siguen ahí y las agresiones contra la clase trabajadora y los sindicatos van a continuar y, no lo duden, se harán más y más salvajes según vaya profundizándose la crisis y acercándose el momento de quiebra definitiva de la economía española, que entrará en este semestre en una nueva fase más aguda de depresión. Cada medida antisocial de este gobierno acelera y da bríos a una profundización en el camino de la quiebra y el rescate.

En primer lugar, es necesario romper con, denunciar y combatir el discurso de conciliación de clases y de interés nacional. El pretendido “interés nacional” es una trampa para cazar osos, el instrumento más cínico para imponer a los trabajadores el sacrificio de las consecuencias de una crisis que no han provocado ellos sino los capitalistas.

Este discurso de conciliación de clases tiene un doble origen:

a) Por un lado, el de los propios capitalistas y su partido natural, el PP, que nos hablan de la inevitabilidad y la necesidad de las brutales medidas contra la clase trabajadora. Frente a ello hay que decir que sus salvajes políticas son inútiles para recuperarse de la crisis fiscal de los Estados y de las economías nacionales porque debilitan el consumo y ello incrementa el desempleo y profundiza la propia crisis económica. El único objetivo que tienen la Reforma Laboral y los recortes sociales en educación, sanidad, pensiones,...es el de derrotar a la clase trabajadora, desarmarla de derechos, debilitar su capacidad reivindicativa y empobrecerlos para enriquecer a los grandes capitalistas. Nunca los ricos han sido tan ricos ni los pobres tan pobres. En la Europa de los mercaderes está surgiendo un Tercer Mundo en creciente expansión. Grecia es la vanguardia pero pronto España será uno de sus mejores alumnos.

b) Por otro lado, el discurso de los reformistas y los grandes sindicatos, que pretenden un equilibrio en la exigencia de sacrificios y un impulso a la economía a partir de la iniciativa pública de los Estados. Esa iniciativa ya se ha dado repetitivamente...para salvar a los bancos y para ayudar a grandes corporaciones empresariales. Hay que decirlo alto y claro: no hay salidas a la crisis capitalista dentro del capitalismo, ni por la vía liberal ni por la vía keynesiana (1). Esperar a la salida de la crisis y, posteriormente, a una recuperación que devuelva a los trabajadores los derechos hoy robados es tan inútil como esperar a Godot.

Desde lo anteriormente expuesto, pretender un pacto social que redistribuya equitativamente el peso de la crisis es, además de estúpido, una traición de clase propia de cobardes. Y un discurso que ya no se corresponde al nuevo ciclo sociopolítico generado por la crisis capitalista, el cuál nos devuelve retrospectivamente a una dialéctica de clases propia del siglo XIX. Entre otras cosas, porque el capital, y su gobierno, ya no quieren el pacto social. LO QUIEREN TODO. Y aceptar, sin luchar la dominación de clase que se nos impone desde el terrorismo de los capitalistas es una salida propia de idiotas y suicidas.

Si se asume la certeza de esta perspectiva, es de prever un largo ciclo de luchas sindicales sostenidas en el tiempo. La brutalidad de los recortes que el gobierno del PP nos va a imponer a los trabajadores a través de los más draconianos Presupuestos Generales del Estado que hayamos conocido desde la mal llamada transición política va a ser el elemento convocante de las siguientes movilizaciones, protestas y luchas laborales de este 2012. Pero esto es sólo “el principio del principio”, como en Diciembre pasado señaló la portavoz del Gobierno Soraya Saénz de Santamaría ante las primeras medidas “anticrisis” del equipo Rajoy.

La terca realidad se impone. Será ella la que irá radicalizando las posiciones de los grandes sindicatos mayoritarios –no la voluntad de sus ultrarreformistas dirigentes, que continúan mendigando diálogo-, de sus bases y, en consecuencia de amplios sectores de la clase trabajadora. No puede ser de otro modo puesto que los capitalistas y su gobierno natural han dinamitado el territorio del sindicalismo de concertación. Ya no hay espacio para el pacto social porque nada quieren ofrecer, ni siquiera prebendas para las cúpulas sindicales.

La realidad es dinámica. Todo cambia, nada permanece. Los sindicatos, no pueden ser, por definición revolucionarios porque sus objetivos son inmediatos y se centran en las condiciones de trabajo y salariales de los trabajadores pero sí pueden llegar a ser combativos. Tras la larga modorra de la conciencia de clase que generó el Estado del Bienestar y su ficción de que todos éramos “clase media”, se abre un período en el que se dan las condiciones objetivas para la recuperación de esa conciencia de clase entre los trabajadores. Es la crisis económica, como afirmaba el marxista Georg Lukcács, la que la instiga, aunque la labor ideológica es un complemento imprescindible.

Pero por mucho que quepa esperar, a medio plazo, un giro a la izquierda en las posiciones de los sindicatos mayoritarios, éste corre el peligro de ser espoleado por un mero oportunismo nacido de la necesidad de supervivencia de las cúpulas sindicales, ante el emerger de movimientos desde la base para provocar dicho giro.

Para evitar dicho riesgo, la posición más coherente desde el sindicalismo situado a la izquierda de CCOO y UGT no puede ser la de separarse de las bases de ambas organizaciones sino la de impulsar una unidad de acción que fuerce la solidez de la radicalización que previsiblemente va a darse en este nuevo ciclo de las luchas de los trabajadores.

En el llamado sindicalismo “alternativo”, referente de los indignados, hemos visto la tentación, durante las movilizaciones que prepararon la Huelga General y durante esta misma, de separarse de las acciones que debieran haber sido conjuntas para permitir una toma de contacto con esas bases sindicales de CCOO y UGT que, en buena medida, están a la izquierda de sus direcciones. Ello no sólo no beneficiaba a la huelga sino que, de hecho, la debilitaba, al dar excusas a quienes no tuvieran clara la necesidad de secundarla, de un movimiento sindical dividido, en el que cada tribu india actúa por sus lado y frecuentemente lanzándose flechas unas a otros.

De sus direcciones podemos pensar muchas cosas, creo que muy pocas buenas, pero marchar en las luchas divididos, no sólo debilita al conjunto del movimiento sindical sino a una clase trabajadora necesitada de demostraciones de la fuerza de la unidad en los momentos decisivos de la lucha.

En otras muchas cuestiones esa unidad de acción es casi imposible, salvo que se caiga en un acriticismo seguidista de la acción sindical que en muchas empresas vienen practicando de largo los sindicatos mayoritarios. Pero en esta cuestión nadie está capacitado para tirar la primera piedra.

Pero en lo fundamental, en parar las agresiones más brutales al conjunto de la clase trabajadora, no marchar juntos en los piquetes, en las movilizaciones, es renunciar a izquierdizar, por contacto, a las bases de sus sindicatos, impulsando una dinámica que imponga una combatividad basada en la convicción ante el giro y no en el oportunismo.

De lo contrario, si a unos se les puede acusar de nostálgicos del “pactismo” a otros es posible hacerlo de sectarios.
No están los tiempos para caer en la estupidez de las liebres de Iriarte que, discutiendo si eran galgos o podencos...“En esta discusión acalorada estaban cuando los perros —galgos o podencos— se les echaron encima, dando buena cuenta de ellas.” (2)


PS: Al vuelo de las últimas reflexiones de este texto sugiero la lectura del interesante artículo “¿A DÓNDE NOS LLEVA EL “ALTERNATIVISMO” DE LA IZQUIERDA SINDICAL?” (3)



NOTAS:
(1) http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/01/contra-keynes-y-los-keynesianos.html
(2) Iriarte, Tomás. “¿Galgos o podencos?”
(3) http://arevolucionarianopasaran.wordpress.com/2012/03/25/panfleto-a-donde-nos-lleva-el-alternativismo-de-la-izquierda-sindical/

28 de marzo de 2012

DE CÓMO EL SEÑOR ARTURO GONZÁLEZ (PÚBLICO) HACE EL RIDÍCULO

Por Marat

Tras la lectura del texto correspondiente al miércoles 28 de Marzo, titulado “LA GENTE PASA” (1), que les pido que lean por su tono de desarme de las luchas, del periodista Arturo González, enfant terrible que gusta, mediáticamente, de hacer tal papel en los medios de comunicación, me quedó el deseo de respuesta a una columna en la que no soy especialmente prodigo en comentarios.

El motivo de la respuesta fue la preocupación que me dejó un artículo profundamente derrotista, pusilánime, pesimista y desmovilizador en un momento en el que necesitamos especialmente del “optimismo de la voluntad” del que nos habló en su día el extraordinario Antonio Gramsci.

El texto del comentario que en ese momento le envié fue el siguiente:

“Menos mal, señor González, que al final, en su último párrafo ha llamado usted a la resistencia porque, de lo contrario, su texto se quedaría en un lloro de plañidera.
Parece que dentro de la izquierda el lamento del tanguista es algo que se ha puesto de moda. Sin ir más lejos, Julio Anguita acaba de hacerlo recientemente en su artículo "¿DÓNDE ESTAMOS?". Creo que ese diagnóstico pesimista, llorón, tremedista, desolador, es cierto como foto fija. Pero es una gran falacia cuando sirve a lo contrario de lo que pretende: el fatalismo resignado al que critica. A estas alturas todos hemos hecho ya alguna vez ese ejercicio masoquista.
Debiéramos interrogarnos bajo la clave de esa pregunta romana "Qui prodest?" (¿A quién beneficia?) A la clase trabajadora, desde luego, no -ya estoy hasta las narices de ese "ciudadanismo interclasista, pequeñoburgués y 15-Memo- Seguramente nos falta la prognosis acertada y la herramienta (una izquierda que, de verdad, lo sea) pero le aseguro que, lo mismo que la realidad es dialéctica, el mundo no se detiene y llegará el día en que, una vez que el capitalismo haya traspasado las barreras de los trabajadores consideramos infranqueables en esta Europa que las clases medias acomodadas y hoy "indignadas", la rebelión será imparable. Así ha sido en otros momentos históricos y nada dice que la historia haya acabado. Hasta Fukuyama se arrepiente un tanto de las tonterías que un día escribió.
Como Gramsci opongo "frente al pesimismo de la razón el optimismo de la voluntad", entre otras cosas porque es mucho más útil para cambiar el mundo. Y cambiar el mundo hoy como ayer pasa por destruir- sí, destruir, con la violencia constructora que ello implica- el capitalismo. Así lo creía cuando a mis 14 años me convertí en un joven comunista y así lo creo, más aún, hoy a mis 50.
Por cierto, Marx nunca se fue. Sólo que ahora la realidad que describió en su siglo se nos antoja una fotografía más próxima de la muestra. Recomiendo la lectura de la obra de su amigo y compañero Engels "la situación d la clase obrera en Inglaterra". Explicaría bastante porqué a él y a Marx les gustaba tanto Dickens y la vuelta de Dickens en este segundo aniversario de su nacimiento.
De momento, la tarea que toda la clase trabajadora española tiene mañana es la Huelga General (http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/03/ahora-mas-que-nunca-la-huelga-si.html y http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/03/la-huelga-companero_28.html) Pasado mañana la tarea será la de continuar las movilizaciones hacia una larga lucha sostenida de derribo del capitalismo. Ah, por cierto, a los esquiroles que buscan excusas para no ir a ella les apunto una lectura interesante (si saben leer, y entender, que lo dudo poderosamente): http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146990&titular=decálogo-de-mentiras-contra-la-huelga-general-

Pasadas 5 horas sin que mi comentario entrase (enviado a las 10 de la mañana del miércoles 28 de Marzo),, y tras la entrada de todo lo habido y por haber en comentarios enviados más tardíamente, decidí darle respuesta, esta vez harto ya de anteriores censuras, con el encabezamiento siguiente:

“El señor González ha de ser, necesariamente, divino, a tenor de la libre arbitrariedad con la que decide quién/es escribe/n en su nube. Hace unas 5 horas mandé un texto que aún no he visto publicado, sin que encuentre las razones, aunque no se me escapan los motivos: no bailarle el agua, ni formar, tampoco, parte de su grupo de pelotas.
El señor González es caprichoso. Yo también. Arbitrario. Ahí no coincidimos. Yo suelo mantener el mismo criterio para decir sí o decir no. En este caso, creo que no coincide con los motivos por los que otras veces ha aceptado mis comentarios ni con aquellos por los que en otras ocasiones los rechazó, ya que no fue ésta la única, ni mucho menos. Sus caricias “democráticas” son similares a las de Ignacio Escolar. Sólo que las de éste son más permanentes: desde hace unos 10 meses.
Señor González, puede usted publicar el texto que me ha censurado o bien irse a la mierda; a pie o a caballo, como prefiera.
El texto CENSURADO era éste:”

El resto del texto es el mismo que envié con anterioridad.

Soy bronco y directo en mis expresiones y modos de argumentar. No pido, por tanto, comprensión ni tampoco empatías que yo mismo no esté dispuesto a conceder.

Ahora bien cuando uno se encuentra en el enlace http://blogs.publico.es/arturo-gonzalez/2012/03/28/la-gente-pasa-2/, que en la sección de notas se reproduce también, las siguientes respuestas a mis dos envíos

· #148 Comentario por Arturo González
28/03/2012 15:33
Para JPMarat: 1. No se había recibido ningún txt o suyo

· #151 Comentario por Arturo González
28/03/2012 15:37
Para JPMarat: 1. No se había recibido ningún texto suyo y por tanto no había sido censurado. 2. Ahora sí, pero ahora es censurado no por el texto, sino por sus soeces comentarios previos. Por tanto, sea usted muy feliz y hasta nunca.

no es extraño preguntarse ante qué tipo de sujeto se encuentra uno.

Alguien que acusa a otra persona de soez sin permitir que se conozcan los motivos de tal epíteto, que antes ha censurado su comentario y que se permite la prepotencia de decidir qué es de su gusto y qué no debiera ser desenmascarado en su supuesto izquierdismo.

Yo mismo he censurado en mi propio blog algunos comentarios que he considerado más que fuera de lugar pero, en ese caso, no les he dado respuesta; más que nada por no ponerme en evidencia. El colmo de ser un fascista no es el de negar la palabra. Es el de condenar algo que otros no conocen. Pone en evidencia a su autor.
El señor Arturo González es uno de esos izquierdistas a los que IU les parece demasiado rojo, cuando tantos lo consideramos excesivamente reformista (sus ataques justifican mi respeto a una organización con la que dejé de identificarme hace 22 años), que cree que la figura de Juan Carlos I no es tan censurable porque, al fin y al cabo, no representa algo de mayor importancia, o que considera revolucionario que los banqueros (¡ay los banqueros sin otros capitalistas a los que denunciar!) paguen más, sin preocuparle en absoluto la explotación que representan las condiciones sociales de producción. Todo un ideólogo para el 15-M y Democracia Real Ya, siendo estos últimos los que han estado esperando hasta la última semana para decidir si apoyaban la Huelga General del jueves 29-M,. después de haber estado agrediendo a quienes más capacidad tenían para convocarla. Tampoco esperaba yo más del émulo de Maria Antonia Iglesias, la falangista del PSOE en Tele 5.

Al final, este desahogo mío tiene mucho de crítica a las formas porque soy un convencido de que la ética tiene mucho que ver con la estética. Del mismo modo en que creo que la apisonadora de tener la última palabra contra alguien que al no se ha permitido saber porqué se les responde es propio de fascistas, tengan de sí mismos la imagen que tengan.



NOTAS:
(1) http://blogs.publico.es/arturo-gonzalez/2012/03/28/la-gente-pasa-2/

A LA HUELGA COMPAÑERO

27 de marzo de 2012

¿A DÓNDE NOS LLEVA EL "ALTERNATIVISMO" DE LA IZQUIERDA SINDICAL?

No Pasarán. Kaos en la Red

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Descartando el lenguaje bronco del texto que les adjunto, que insiste en explicar la deriva ideológica de las direcciones de CCCCO y UGT como causada por un comportamiento “traidor”, y que parece ignorar la relación dialéctica entre clase, bases sociales del sindicalismo y momento histórico en cada ocasión, como explicaciones de cuáles son las prácticas de los dirigentes, el citado artículo me parece un intento apreciable de buscar una posición correcta ante la Huelga General del próximo jueves 29-M y las luchas venideras.

Debieran tomar nota de ella los revolucionarios de hojalata, una parte –no toda- del sindicalismo “indignado” y sus perroflautas de clase media y pseudoizquierdismo con fondo antiobrero, antisindical y realidad que acaba confluyendo en posturas abierta o camufladamente antihuelga, propias de esquiroles.

Sin más les dejo con un texto que tiene algo de paja pero mucho y muy interesante grano.

¿A dónde nos lleva el “alternativismo” de la izquierda sindical?
En las semanas de preparación de esta huelga general se ha abierto un importante debate sobre la política que debemos tener los sectores más combativos del movimiento obrero de cara a pelear contra la política de las direcciones de CCOO y UGT.


Toxo y Méndez son los principales responsables de que los trabajadores estemos viendo cómo la ofensiva patronal, del PSOE, el PP y CiU avanza contundentemente. Ahora quieren “negociar” la Reforma Laboral, y es muy posible que después del 29M quieran hacer como en 2010, cuando tras el 29S se sentaron con ZP y pactaron el “Pensionazo”.

Para derrotar a estas direcciones e imponer una verdadera alternativa ¿Qué podemos hacer los sectores combativos y de clase del movimiento obrero?

¿Unidad sin crítica con las direcciones de CCOO y UGT?
Esto es justamente lo contrario a lo que debemos hacer. Es necesario que los trabajadores enfrentemos unitariamente a la patronal y el Gobierno, pero esto no es sinónimo de una “unidad sindical” en la que la crítica a las direcciones pactistas y traidoras esté ausente. Al contrario, los sectores combativos debemos luchar unitariamente con el resto, pero sin dejar de dar lucha política a los dirigentes vendidos, a los procesos de negociación trampa, los acuerdos traidores... y planteemos una alternativa de lucha a sus planes de acción que se suelen quedar en los “simbólico” o la pataleta.

La política de la IAC en el conflicto de funcionarios, sentándose a negociar con la Generalitat junto a los dirigentes de CCOO y UGT, sin salirse ni un milímetro de la hoja de ruta marcada por éstos -sin jornadas de huelga, ni unidad de los distintos sectores...- es un ejemplo de la unidad que no ayuda a avanzar el levantar una verdadera alternativa de lucha.

Más escandalosa fue la política de CGT-metro en la huelga fallida de TMB, poniéndose a la cabeza, junto a los delegados del Comité de CCOO y UGT, para romper la unidad con los buseros y levantar la huelga. Una actitud abiertamente traidora.

¿Separarse de las bases de CCOO y UGT?
En el otro extremo está la política de querer separarse por completo de las manifestaciones, piquetes y demás protestas en las que participan los trabajadores que hoy por hoy dirigen CCOO y UGT. Son estos sectores obreros los que pueden parar el país. Separar a los sectores más combativos de ellos sólo beneficia a la burocracia sindical, que así se siente menos cuestionada. Conseguir que éstos sectores o una parte significativa de ellos, junto a la izquierda sindical y los sectores más explotados que no están en ningún sindicato, confluyan en una política de clase y combativa, es clave para acabar con el nefasto papel que hoy juegan los Toxo y Mendez de turno.
La CGT, CNT y otros sindicatos han optado por manifestarse separados el 29M. Así el mensaje de “negociar” la Reforma laboral -que muchos trabajadores de CCOO y UGT tampoco comparten- es más difícil que sea contestado en las manifestaciones donde marchará la mayoría de los que hoy han hecho posible la huelga.

Esto también se expresa en una política de “alternativismo” en los piquetes. Para no hacerlos en común con trabajadores de CCOO y UGT, muchas organizaciones prevalecen los piquetes de barrio, olvidándose de que hay millones de trabajadores de PYMES, ETT, subcontratas... que necesitan piquetes en los polígonos y empresas para poder garantizar su derecho a huelga. El querer “separarse” de los trabajadores de CCOO y UGT les lleva a hacerlo también de una tarea crucial: lograr que los sectores más explotados de la clase obrera puedan avanzar en organizarse, hacer huelga...

¿Hacer de esquiroles en la “huelga de CCOO y UGT”?
Llevada hasta el final esta política de “separarse” puede llevar a posiciones abiertamente reaccionarias, que de hecho se sitúan al lado del Gobierno. Nos referimos a aquellos sindicatos y sindicalistas que están dispuestos a que una protesta como la de hoy, una Huelga general, no salga para así “castigar” a los dirigentes de CCOO y UGT. Lo que olvidan es que la más castigada sería la clase trabajadora, y los más beneficiados Rajoy y la patronal, e incluso Toxo y Méndez que tendrían la “excusa” perfecta para no volver a convocar ninguna otra protesta.
Esta política ya la vimos en 2010, cuando Solidaridad Obrera decidió no convocar la huelga del 29S, lo que tuvo nefastas consecuencias en el metro de Madrid donde tienen peso. En esta ocasión esta misma posición ha sido defendida por un conocido dirigente de la CGT en TMB-buses -no por la sección sindical de la CGT que ha dejado claro que sí están por la huelga- consiguiendo que asambleas poco numerosas la refrendaran (sumando los votos de los “sectarios” a los de los “esquiroles” de siempre).

Por una verdadera alternativa de clase y combativa
Es necesario y urgente levantar una verdadera alternativa a las direcciones de CCOO y UGT. La izquierda sindical tiene la oportunidad y la responsabilidad de ponerse a la cabeza de esto, pero de momento la política que llevan adelante sus dirigentes no apunta en esta dirección.

Es necesario desterrar todo el “sectarismo” que lleva a confundir el enemigo, a equiparar a Toxo y a Méndez con los cientos de miles de trabajadores que están afiliados o votan las listas de CCOO y UGT en las empresas. Igualmente hay que combatir las políticas de “unidad sin crítica” o el esquirolaje con palabrería izquierdista, ambas políticas son abiertamente contrarias a los intereses de los trabajadores.

Hay que buscar la confluencia con las bases de las centrales mayoritarias que empiecen a romper con la política de sus dirigentes, e impulsar una práctica alternativa desde las empresas. Promover asambleas, que los sectores con más derechos asuman todas las reivindicaciones de los más explotados, que ayuden a su organización... y desde ahí discutir e imponer un plan de lucha contundente que destierre las negociaciones trampa, hasta derrotar la Reforma laboral y todos los recortes.

Agrupación Revolucionaria No Pasarán Clase contra Clase junto a jóvenes y trabajadores revolucionarios

10 de marzo de 2012

AHORA MÁS QUE NUNCA: A LA HUELGA, SÍ

Por Marat

1.-De las razones de la Huelga, que no debieran siquiera tener que enunciarse:
De todas las Huelgas Generales realizadas en el Estado español desde el inicio de la mal llamada transición política ninguna ha estado tan justificada como ésta, estándolo más que sobradamente todas las demás anteriores.

El escenario sociolaboral español ha cambiado de modo tan profundo y radical que no llevar a cabo esta huelga el próximo 29 de Marzo sería el mayor suicidio que tanto la clase trabajadora como el conjunto del movimiento sindical podrían realizar.

A esta Huelga General los sindicatos y los trabajadores no vamos porque creamos que debemos ir sino porque sabemos que no tenemos otro remedio que ir. No hacerlo sería afirmar y dar por buena nuestra nueva condición de esclavos reducidos a la penuria económica en beneficio de los grandes capitalistas, los plutócratas y el capital financiero.

La Reforma Laboral que justifica sobradamente la convocatoria de esta Huelga General, que debiera ser indefinida si no es porque la realidad de la clase trabajadora española y de su sindicalismo es la que es, marcará un antes y un después en nuestras vidas, hasta el punto de devolvernos a una realidad que desconocíamos y que sólo nuestros abuelos y padres, en el caso de los que somos más viejos, conocieron.

No ir a esta Huelga General significaría traicionar nuestra condición de trabajadores, dar por buenas todas las medidas que se han tomado y que están previstas contra nosotros y aceptar nuestra derrota por anticipado sin siquiera haber hecho un mínimo amago de lucha y resistencia.

Renunciar a una de las pocas armas de autodefensa que tenemos los trabajadores –la huelga-, que ya tienen previsto recortar los empresarios y su gobierno natural, significaría decirnos a nosotros mismos que no nos basta con estos cuatro años de resignación borreguil que llevamos practicando sino que deseamos, que necesitamos, que exigimos, el palo y el látigo como instrumentos de relación del poder económico con nosotros.

No secundar esta Huelga General del 29-M significaría aceptar que se despida a los padres para contratar a precio de saldo a sus hijos que deberían aceptar sin rechistar un nuevo marco de relaciones laborales en el que los derechos del trabajador ya no existen y el despido es parte del libre capricho del empleador.

Negarse a ir a esta huelga es poner nuestras cabezas bajo la cuchilla de la guillotina de un empresariado que ya no tendrá ningún límite a aplicar despidos individuales y colectivos a los que Magistratura de Trabajo considerará, de partida, siempre procedentes.

Rechazar esta huelga significará avanzar cien mil pasos hacia una individualización de las relaciones laborales, ya que predominarán los convenios de empresa, donde las negociaciones se adaptarán, como nunca lo hicieron antes al “sí señor”, por encima de los de rama o sector. En esa individualización de las relaciones laborales se hará más cierto que nunca que no existe un libre acuerdo entre iguales –nunca lo han sido patrón y trabajador- sino la conocida imposición del “esto son lentejas...”. ¿Se imaginan las posibilidades no de negociar un convenio, sino de defender condiciones de trabajo, de despido, de respeto al trabajador, en una pequeña empresa en la que no exista representación de los trabajadores y en la que ya no será posible acogerse a un convenio de sector o rama productiva? Por cierto, la Reforma Laboral permite también al empresario saltarse los acuerdos de empresa casi en cualquier situación ordinaria en cuanto se invente una causa económica, técnica o productiva. Lo dicho: las relaciones laborales seguirán más que nunca el principio de “esto son lentejas”

No participar en esta Huelga General es permitir que se institucionalice la figura del mobbing, al dar carta blanca al empresario para degradar de categoría al trabajador, obligarle a realizar tareas que no le corresponden por su categoría profesional o desplazarle geográficamente a donde aquél considere oportuno en cada momento. Y le permitirá hacerlo con la ley de la Reforma Laboral en la mano.

No estar en Huelga General el 29-M es considerar que el trabajador no tiene derecho a ponerse enfermo y aún menos derecho si es una gripe un poco complicada, cuya convalecencia llegue a los 10 días, porque será motivo de despido por causas objetivas; es decir, de forma indisutible, para que nos entendamos.

No apoyar esta Huelga General significa dar una puñalada trapera a la capacidad de representación de los intereses y derechos de los trabajadores por parte de los sindicatos. Y eso no es otra cosa que atentar el trabajador contra sí mismo, contra su derecho a protegerse de los abusos empresariales.

Podría seguir enunciando los cientos de motivos que esta Reforma Laboral del PP da para ir a la Huelga General, entre otros que no es una reforma pensada para crear empleo sino para lograr la más brutal vuelta de tuerca de los capitalistas contra los trabajadores y lograr, de este modo, que disciplinadamente acepten estos salarios de miseria, despidos casi gratuitos, explotaciones laborales odiosas y humillantes y la mayor transferencia que han conocido los tiempos de las rentas del trabajo a las del capital. Todo eso con una disciplina en la empresa de preso condenado a galeras.

Pero insistir en la Reforma Laboral como motivo para la ir a la Huelga General sería un modo de ocultar que hay infinitas más razones para hacerlo.

Vivimos tiempos en los que el capital ha decidido que los trabajadores habíamos disfrutado de demasiados derechos. A la educación gratuita (que nunca lo fue del todo), a una sanidad pública, que han arruinado para enriquecer a sus amigos de las mutuas, a una jubilación que nos proteja de los peores temores de la vejez, que ya amenazan como insostenible. A unos servicios sociales que protegieran y cuidaran de los desfavorecidos.

Acabar con todo eso que comúnmente conocemos como Estado del Bienestar es una oportunidad de negocio privado para el poder económico que siempre hipotecó nuestras vidas pero que ahora lo hace con total impunidad.

Lo que el empresariado busca es colocar a la clase trabajadora en su sitio. Ese del que, en su opinión, nunca debimos salir, el que corresponde a los subordinados que no hemos mejorado nuestra condición porque no nos esforzamos y no somos como esos chicos master de clase media emprendedores, el que corresponde a la plebe que, en su opinión, somos.

Nada para comprenderlo como leer a Salvador Sostres, en El Mundo. Las columnas de este misógino filonazi, que odia a las mujeres (1) quizá como a su propia madre, son todo un editorial ideológico de lo que la derecha –sí, la derecha del PP- y la clase capitalista a la que representa tienen pensado para nosotros los trabajadores:

“Lo que los empresarios necesitan es que los dejen en paz. Que dejen de ahorcarles con impuestos, que dejen de molestarles con absurdas regulaciones y demenciales burocracias. Que dejen de ponerles bajo sospecha y que alguien, de vez en cuando, les dé las gracias por pagarlo todo y hacer posible que el invento funcione. Y sobre todo, necesitan poder adaptar su empresa a cada momento, adelgazándola sin coste cuando la situación económica no permita excesos. Es imprescindible que las empresas puedan hoy despedir sin arruinarse, porque así podrán sobrevivir y volver a contratar cuando el susto pase. 33 días por año trabajado es una barbaridad. 20 días por año trabajado continúa siendo un disparate.


La gente tiene que interiorizar que va a cobrar una parte del beneficio que genere y que éste es el único trato. Ni despidos improcedentes ni días personales. Un empleado es un proveedor como otro cualquiera. Tanto aporta, tanto cobra. Y si quiere vacaciones, que se las pague. Y si quiere un seguro médico, que se lo pague. Y si quiere poder retirarse a una edad, que contrate un plan de pensiones, y que también se lo pague. Yo le pago a usted su trabajo, y basta. Yo me casé sólo con mi mujer y a usted no le debo nada”. (2)

Frente al ataque más salvaje que ha sufrido la clase trabajadora sólo nos queda la rebelión y la Huelga General no como punto y aparte sino como punto y seguido de una respuesta colectiva que diga alto y claro que no podrán imponernos la dictadura capitalista, ya sin la máscara de “capitalismo de rostro humano”, que tanto añoran algunos que se indignan hoy sin haberse indignado antes, sin encontrarnos en frente y dispuestos a pelear.

En esta España que sufre el pánico hacia lo que los cursis llaman el ataque de los mercados, y que no es otra cosa que la vieja rapacidad capitalista, llevamos demasiado tiempo sintiendo miedo de tener miedo, recitando entre dientes el “Virgencita, que me quede como estoy”, esperando inútilmente una recuperación económica que no esperan los propios capitalistas porque saben que no se recuperará el consumo a crédito y no se plantean el crecimiento sino sólo la supervivencia de los más poderosos. Cerca de cinco millones y medio de parados y Amancio Ortega, el empresario modelo, se aupa al quinto puesto de la lista Forbes de los más asquerosamente ricos del mundo.

Este capitalismo, en su etapa senil, morirá matando. Los hombres más ricos del mundo ya no piensan en la supervivencia de su estirpe, ni en el futuro de su camada. El negocio para ellos es hoy, no dentro de cinco minutos y, en esa espiral enloquecida, saben que su ganancia reside en nuestra miseria, la de los trabajadores. Dos horas más de trabajo no remunerado, un despido aún más barato, unas condiciones de trabajo más inseguras y precarias, unos salarios aún más bajos, unos impuestos que pagamos nosotros antes que las clases medias y las rentas altas,...Todo vale para lograr un poco más de beneficio empresarial. Al salchichón le fueron cortando rodaja tras rodaja, primero finas, luego más gordas. Finalmente, ya les falta poco para llegar a la cuerda.

Sólo los tontos creen todavía que esto es un asunto sólo de políticos y banqueros. Los trabajadores mileuristas, y los millones de mucho menos que tales, saben desde siempre que su peor enemigo lo tienen en su centro de trabajo, aunque si éste es grande, quizá nunca hayan llegado a verle la cara.

2.-Algunas consideraciones acerca de la naturaleza de la Huelga General:
Es contra el miedo a tener miedo, contra el estar hartos de estar hartos, contra la miseria de esperar que, si nos portamos bien, pronto vendrá la recuperación económica que haga que caigan de la mesa del opulento hacia nosotros, sus títeres, unas migajas que nos conformen contra lo que debemos levantarnos, gritar nuestra rabia, poner en marcha nuestra insumisión, expresar nuestra voluntad de pinchar el balón de la fiesta de los vampiros.

Esta Huelga General no puede ser una Huelga General más. No podemos volver al día siguiente, con las orejas gachas, al triste cubículo laboral que cada uno ocupamos, la mordiente realidad de un paro que nos desespera y nos asusta, a pensar qué pasará mañana, hasta cuándo resistiremos sin gritar basta, sin levantar nuestro puño amenazante sobre las cabezas de nuestros verdugos.

Esta Huelga General tiene que ser un levantamiento general de nuestra clase, la trabajadora, contra nuestra modorra y nuestros temores, contra nuestro conformismo y contra el fatalismo del “no se puede hacer nada”, “no hay salidas”, “no hay alternativas” contra lo que debemos presentar la batalla a muerte de la huelga.

En primer lugar siempre es posible decir NO. No hacerlo forma parte de la comodidad de quienes nunca se hacen preguntas, de los analfabetos políticos que transitan por la vida sin preguntarse si quieren ser matillo o yunque, de aquellos que prefieren ser borrego blanco por temor a ser considerados ovejas negras por sus patrones, de quienes creen que hundiendo sus cabezas hasta lo más profundo de sus hombros pasarán desapercibidos ante los ojos del poder económico y la crisis capitalista no llegará siquiera a rozarles. Ignoran que todos los trabajadores estamos llamados, unos antes, otros después, a sentir en nuestras carnes el hierro candente de la precariedad y la pobreza a la que nos condena el capitalismo depredador porque nuestras miserias son su opulencia. Decir NO es el único camino para que nuestras vidas tengan mañana un SÍ de esperanza.

En segundo lugar es mentira que las huelgas sean inútiles. Lo que es inútil es aceptar resignadamente lo que nos sucede, no poner pie en pared y no rebelarnos para que vuelvan a temernos nuestros enemigos de clase, quienes detentan los poderes económicos.

Si Rajoy ha sacado pecho, rechazando cumplir con los objetivos del déficit del 4,4% para fijarlo en el 5,8%, es porque, como el mismo ha admitido, teme “un incendio social”. Es evidente: la huelga paga pero, para que lo haga, la huelga debe adquirir un carácter de revuelta social y sus llamas tienen que iluminar los balcones de la Moncloa.

Hay mucho lumbreras que predica que los griegos, a pesar de tanta huelga no han conseguido nada. ¿Se han preguntado cuál sería su situación si no hubieran llevado a cabo esas huelgas? Falta demasiada imaginación en quienes creen que ya no se puede triturar más nuestros cuerpos, mentes y vidas.

Los griegos nos están dando un ejemplo a los europeos y a los ciudadanos –tanto ciudadanismo y tan poco sentido de clase me repatea- españoles como clase y como pueblo. Como clase expresan su voluntad de no dejarse oprimir más sin resistir a esa opresión con su lucha. Como pueblo están demostrando la tenacidad de quienes dicen no a la Europa de los mercaderes y a los dictados de sus especuladores.

Esa lección que nos dan los trabajadores griegos debe inspirar el espíritu de un 29-M del que nazca un proceso combativo, sostenido en el tiempo, de resistencia en la que forjar la recuperación de nuestra conciencia como clase oprimida.

El 29-M debe ser el momento de arrojar por la borda esa estúpida pretensión de ser clase media, que nunca fuimos, a través de la ilusión que producía la tarjeta de crédito, las compras aplazadas y los préstamos personales. Ese barco ya partió y no volverá al mismo puerto. Somos clase trabajadora y nuestra emancipación pasa, no por creernos lo que nunca seremos, sino por darnos cuenta de que el mundo se para si nosotros lo hacemos, que sin el valor que aportamos a lo que producimos el beneficio empresarial no existiría, que las empresas pueden funcionar sin empresarios pero jamás sin trabajadores.

El 29-M debe ser también una huelga contra las prácticas sindicales que hemos conocido hasta ahora. Contra el pacto social y un sindicalismo de concertación que nos ha llevado a debilitarnos como clase con capacidad de hacernos temer por nuestros explotadores. La Reforma Laboral significa el acta de defunción que la patronal y su gobierno natural le han dado al pacto social. Ya no necesitan un modelo sindical de concertación, ni unos sindicatos apagafuegos, porque ya no quieren un Estado del Bienestar que se asienta precisamente en la conciliación de clases.

Es necesario hacerles llegar a los señores Toxo y Méndez un aviso contundente de parte de los trabajadores que secundaremos esta Huelga General. NO MÁS PASTELEOS. NO HAY NADA QUE PACTAR. Entre otras cosas porque los capitalistas y su gobierno natural han dejado de temer a los sindicatos y a los trabajadores y el único medio de arrancarles algo es por la fuerza de los hechos. No se trata de pactar una reforma laboral menos mala, como pretenden CCOO y UGT, que han avisado de que desconvocarían la huelga el mismo día 28 de Marzo, si el Gobierno se atiene a razones. El único acuerdo que cabe establecer es la derogación de la Reforma Laboral y la paralización de los planes antisociales de privatizaciones, recortes sociales, desmonte de la enseñanza y la sanidad pública y planes para acabar con las pensiones públicas. No estamos dispuestos a jugar a la mentira del mal menor. El que se nos ha provocado es ya mayor. Queremos que la crisis la paguen los que la provocaron, los capitalistas.

Pero también debe significar decir NO a ese sindicalismo supuestamente más radical que, sin embargo, se ha limitado a anunciar, en un brindis al sol, durante casi un año un camino “hacia la huelga general” que sólo ha convocado gracias a la valentía previa del sindicalismo vasco y gallego, que le pusieron fecha, y ante la evidencia de que la misma era manejada por los sindicatos mayoritarios.

Los trabajadores no necesitamos unos sindicatos que utilicen su fuerza y su representación para vendernos a bajo precio ni tampoco unos sindicatos que cacareen como el desplumado gallo de Morón al grito de ¡huelga, huelga! pero que son incapaces de tomar en sus manos la combatividad que otros abandonaron hace tiempo.

Pero sí necesitamos, indiscutiblemente, sindicatos porque es el mejor tipo de organización que hemos sabido crear para defender nuestros intereses en la empresa, a menos que hayamos decidido comprar la mercancía averiada que nos vende la Brunete Mediática de la extrema derecha, dedicada a agredir inmoralmente al movimiento sindical, callando en su indecencia habitual las prácticas mafiosas de la patronal, sus cuantiosas subvenciones y sus numerosos liberados y el carácter delictivo de muchos de los dirigentes empresariales de dicha patronal.

Es importante reseñar esta cuestión porque en ciertos espacios, de mayor impacto virtual que real, y de supuesta orientación radical se han producido, justo en el proceso de calentamiento hacia la Huelga General, discursos que muy bien podrían haber sido hechos por incalificables personajes como Jiménez Losantos o alguno de los “cómicos” habituales de las tertulias de Intereconomía.

Cuando estos comportamientos, que sólo buscan debilitar el éxito de la huelga, vienen de jóvenes universitarios de clase media no debe sorprendernos. Es parte de la ideología en la que se criaron, enaltecedora del individualismo pequeñoburgués que les define, que repele todo lo que huela a clase trabajadora y a sus organizaciones porque les recuerda la tensión entre su aspiración a ocupar el estatus ahora amenazado de sus padres y el riesgo de proletarizarse, que tanto les repugna.

Es más grave cuando viene de trabajadores y de miembros de otros sindicatos que ponen por delante sus propios desahogos personales, muy justificados, pero inoportunos al momento porque es justamente éste en el que no toca.

Algunos debieran entender que, cuando ante el proceso hacia la huelga, se dedican al ataque sistemático a quienes mayor capacidad tienen de sacarla adelante lo que están haciendo en realidad es disparar contra la huelga, sin obtener sus opciones organizativas, cuando las tienen, ventaja alguna porque contribuyen a desacreditar a quienes tienen mayor capacidad de sacarla adelante.

A partir del 30 de Marzo leña al mono hasta que cante La Marsellesa. Pero ahora la huelga debe de ser de todos, dentro de que cada corriente sindical intente llevarla en la dirección que considere más correcta. Desde mi perspectiva, desbordar los objetivos de las direcciones burocráticas de CCOO y UGT para crear una conflictividad social que mande a este Gobierno de extrema derecha liberal el mensaje que continuar robándonos nuestros derechos y conquistas sociales le puede salir muy caro, a él y a la clase a la que representa.

El sindicalismo, no el reformista o el combativo, sino el sindicalismo en general, está siendo atacado por nuestros enemigos de clase porque saben que, más temprano que tarde, acabará siendo, aunque durante estos años haya sido el convidado de piedra de la lucha de clases, el valladar más poderoso contra sus desmanes.

En nuestras manos está cambiarlo en lo que sea necesario, remover burocracias, denunciar las corrupciones donde las haya, combatir a quienes defienden prácticas entreguistas o mandar al paro a los que han hecho del sindicato su “modus vivendi” y convertido su cargo en vitalicio. Pero esto no en determinados sindicatos sino en todos porque lo que en unos es más visible en otros pasa más desapercibido pero es igualmente rechazable.

Pero sin sindicatos los trabajadores somos carne de cañón de la reacción capitalista. En defender al sindicalismo como forma de organización de los trabajadores nos va en gran medida nuestro futuro; algo que quizá comprendiésemos mucho mejor si los convenios colectivos fuesen de aplicación sólo para los afiliados a los sindicatos, quienes los defienden, y no para los esquiroles y quienes los atacan pero no renuncian a las ventajas que de dicho convenio pudieran obtener. Con ello los sindicatos ganarían en independencia, al no ser ya subvencionados por el Estado, por no representar a todos los trabajadores sino sólo a los sindicados, y se eliminaría el parasitismo de quienes maldicen contra ellos pero obtienen beneficios de su acción en la empresa, lo que sería provechoso para la conciencia de clase de los trabajadores.

3.-Apéndice final: de los “argumentos” de la Brunete mediática y sus compañeros de viaje:
De entre el amplio abanico de tonterías y artilugios que la reacción capitalista y sus compinches se sacan, huelga tras huelga, para actuar como piquetes contra la misma, hay algunas perlas a las que me gustaría responder, del mismo modo en que lo hice el 29-S de 2010 (3)

Perla primera: Las encuestas revelan que los españoles están contra las medidas del gobierno pero también contra la Huelga General porque creen que no servirá de nada. Existen mentiras, embustes y estadísticas. Éstas últimas son siempre las que se hacen por encargo del poder económico, que es el que puede pagarlas.

Los medios de comunicación de la burguesía ya han puesto el titular sobre el resultado de la huelga antes de que se produzca, en una muestra más de su “democrático” proceder. La respuesta debemos dársela de modo consciente, organizado y disciplinado en la calle el 29-M.

Perla segunda: los parados no podemos ir a la huelga y los sindicatos nunca defienden nuestros intereses. Hay que decir que la autoorganización de los parados es algo complejo de lograr porque el objetivo del propio parado es dejar de estarlo y ello no suele generar una conciencia colectiva que les lleve a crear estructuras permanentes y amplias.

Pero es llamativo que las víctimas del sistema se conviertan en monedas de cambio de sus propios enemigos de clase. Así sucedió en la pasada Huelga General del 29-S en donde alguna organización de parados trabajó conscientemente para los medios de comunicación de la ultraderecha, enfrentándose a la propia huelga general. El antagonismo natural no es entre trabajadores ocupados y desempleados ya que unos no son culpables de la situación de los otros, sino ambos víctimas de un mismo sistema económico al que deben enfrentarse.

Es falso que porque un trabajador esté en paro no pueda hacer huelga porque carece de un empleo del que ausentarse. Participar en la Huelga para un parado es tan posible como para un trabajador activo. La autoorganización de los parados bien puede hacer cosas prácticas de gran interés para el éxito de la huelga como ayudar a los demás piquetes de trabajadores ocupados para bloquear las entradas a los bancos y grandes empresas, actuar como piquetes en el transporte o cerrar las entradas a los centros de distribución. Y el parado no organizado bien puede unirse a los piquetes informativos de su zona. Nada de se lo impide. Es cuestión de voluntad o de no tenerla e inventarse excusas.

Perla tercera: Los piquetes se dedican a impedir el derecho a trabajar a quienes no están con la huelga. El Madrid republicano de 1936 a 1939 sufrió los atentados fascistas de la quintacolumna. Ésta sigue actuando. Su derecho a ser un esquirol busca el fracaso de la huelga para impedir que defendamos eficazmente nuestros derechos. La mejor respuesta a estos sujetos es el piqueteo en acción directa.

Perla cuarta: La huelga sólo busca fortalecer a los burócratas sindicales de CCOO y UGT. Una variante del “argumento” tercero, frecuentemente utilizado por los esquiroles, aunque también se encuentra entre miembros de un autodenominado “bloque crítico”. No debe sorprender. Dentro de ese discurso se dan la mano los aventureros con los reaccionarios, los desclasados con los ignorantes políticos, el radicalillo de salón con el fascista mal camuflado.

Está huelga está convocada por todos los sindicatos de clase, incluyendo también a los de la mayoría sindical nacional vasca y gallega, los de corte anarcosindicalista y los alternativos. Es pues una huelga de los trabajadores, no de unos u otros sindicatos. Y si puede fortalecer algo es al sindicalismo en su conjunto.


NOTAS:

(1) http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/04/07/actualidad/1302127203_850215.html
(2) Salvador Sostres. “Cómo se nota”. El Mundo, 14 de febrero de 2012
(3) http://asaltarloscielos.blogspot.es/1284511418/

8 de marzo de 2012

OPTAMOS POR CRITERIOS CLASISTAS. LA IZQUIERDA EN MÉXICO Y LOS COMUNISTAS

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

El presente artículo coincide en buena parte con el diagnóstico que hace tiempo realicé en relación a las izquierdas: POR UNAS IZQUIERDAS QUE NO NOS AVERGÜENCEN (http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com/2011/12/por-unas-izquierdas-que-no-nos.html)

No entro a evaluar la trayectoria del PCM (Partido Comunista de México) pues no conozco apenas su historia posterior a la disolución del Partido Comunista Mexicano para integrarse en la formación de lo que luego fue el PRD.

En todo caso, del partido original no olvido a Alfaro Siqueiros y su incalificable intento de asesinato a Liev Davidovich Bronstein (Trotsky) –no soy trotskista ni estalinista y tampoco me sitúo en una posición equidistante entre ambos- Sucesos como aquellos significaron terribles escisiones dentro del movimiento comunista mejicano, por no hablar de otros de envergadura internacional, surgidos en la URSS posterior a Lenin, que aún hoy pagamos los comunistas en el mundo entero y, peor aún, la clase trabajadora mundial.

Sí me parece valioso, coherente en términos del marxismo revolucionario (aunque ellos se declaren marxistas-leninistas) y plenamente compartible su apuesta clara por un anticapitalismo que pretende la construcción del socialismo, alejado de las meras declaraciones, abstractas y oportunistas, contra el capitalismo que no definen el modelo de sociedad por el que se apuesta y que son ajenas a una posición nítidamente asentada en la clase trabajadora.

La gran mayoría de las que hoy se inscriben en la denominación de izquierdas –reformistas y supuestamente radicales- no son sino partes de lo que desde hace tiempo denomino como “izquierdas sistémicas”; esto es, izquierdas dentro del sistema que no pretenden acabar con él para construir una sociedad sin clases sino que se asientan en un programa puramente keynesiano (léase “CONTRA KEYNES Y LOS KEYNESIANOS”: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com/2012/01/contra-keynes-y-los-keynesianos.html) y cuyo discurso ideológico blando, laxo y carente de un proyecto de ruptura contra el capital hace tiempo que renunció al proyecto de asalto al poder capitalista y de control social y colectivo de los medios de producción y distribución por los trabajadores.

Tengo la firme convicción de que es cada vez más necesario desenmascarar a esas izquierdas de su falaz planteamiento ideológico y de su entreguismo a los intereses de la burguesía. Ello sin menoscabo de que, cuando sea necesario y convenga a los objetivos de hacer avanzar los proyectos hacia la confrontación entre capital y trabajo, sea posible establecer alianzas puntuales con dichas “izquierdas sistémicas”.

De cualquier modo, la coherencia de unos planteamientos políticos se valida o refuta en la relación entre teoría y praxis política, entre táctica y estrategia, como modos de comprobar si determinadas posiciones ideológicas y de clase permiten avanzar hacia el socialismo o, por el contrario, ocultan nuevos oportunismos o, tal vez, férreos sectarismos.

Sin más, les dejo con la declaración política del primer secretario del nuevo PCM.


OPTAMOS POR CRITERIOS CLASISTAS. LA IZQUIERDA EN MÉXICO Y LOS COMUNISTAS

Pável Blanco Cabrera. La Haine
En 1995, al reunirse la Conferencia de la Izquierda Socialista, un intento por coordinar los múltiples destacamentos que se reivindicaban del marxismo para la acción común, nuestra organización –con el nombre aún de Partido de los Comunistas Mexicanos- planteó a través de Héctor Colío Galindo, que la noción izquierda era ya insuficiente para definir a los marxistas-leninistas, a los partidarios de la revolución y de un proceso anticapitalista. Recientemente el PRD se había definido en sus documentos básicos como un partido de izquierda, precisamente cuando su presidente era Porfirio Muñoz Ledo, un ex-priista, colaborador muy cercano de Luis Echeverria, y como Presidente del PRI orquestador de escandalosos fraudes electorales; aún no atestiguábamos su apoyo a Vicente Fox, en el 2000, ni la reaccionaria idea del voto útil, pero bastaba saber que el concepto izquierda empezaba a manosearse y a prostituirse.
Por supuesto que todos estos años de confusión ideológica, de transfuguismo, de una nueva arquitectura del lenguaje hasta invertir los conceptos, llevaron a que el de izquierda terminase laxo, indefinido.

Como sabemos el origen del concepto izquierda se encuentra en la Gran Revolución Francesa, la revolución burguesa clásica, ya que en la Convención de 1792 era el espacio donde se sentaban los Jacobinos, La Montaña, dirigidos por Robespierre, que eran los representantes de la radicalización del proceso en oposición a los Girondinos, ubicados en la derecha, moderados, conservadores; y existía también un centro, un pantano, La Marisma, los indefinidos. Desde entonces esa clasificación devino en referencia incuestionable dentro del accionar político, de tal manera que el movimiento obrero y socialista era la izquierda, en tanto que a los conservadores, la reacción, los defensores del orden capitalista se les ubicaba sin duda como la derecha. El movimiento obrero socialista moderno, el marxismo, el comunismo, ganó sin cuestionamientos durante muchos años después de la Revolución de Octubre de 1917 el ser identificado con la izquierda. Debemos ser claros en que Marx, Engels, Lenin, no asumían comunismo e izquierda como sinónimos, pero en tanto en aquellos años izquierda era sinónimo de lucha y oposición al capital, tampoco emplearon tiempo en deslindes. Para los clásicos del marxismo, la posición comunista es ante todo clasista; el criterio clasista, sin ir más lejos, rebasa los límites de una geografía política con izquierda y derecha. Más aún, Lenin y los bolcheviques plantearon que en la sociedad estaban los de abajo y los de arriba.

Los movimientos de las capas medias, la oposición a la construcción socialista y la acción ideológica de la burguesía lograron que sobre todo a partir de los años 60 el concepto de izquierda, hasta ese momento solamente asociado con los comunistas, asumiera contornos confusos. Hasta se habló de la “nueva izquierda” en oposición a lo que representaban los partidos de la clase obrera. Irrumpieron -y como hoy está demostrado, financiados por los centros imperialistas-, un sinfín de organizaciones y dejó de ser claro lo que expresaba ser de izquierda.
Sin embargo, después de la contrarrevolución de los años 90, el capital, los centros de pensamiento del orden burgués, se empeñaron en administrar ese concepto. La socialdemocracia, desde la descomposición de la II Internacional pasó a integrarse a la maquinaria de dominación de la clase dominante en la sociedad capitalista, pero los laboristas ingleses y otros socialdemócratas, sobre todo los que provenían del eurocomunismo, reinventaron una noción que se reduce a la administración, a la gestión gubernamental, a ser una sección del capital. Simultáneamente reinventaron el centro, como la “madurez”, como el equilibrio y hasta la derecha tuvo sus retoques para que no fuera asociada al fascismo, al racismo, al golpismo militar, todo un nuevo maquillaje.

Es así como vemos desfilar gobiernos que dicen representar a la izquierda y no hacen sino aplicar las medidas que dictan los monopolios y los instrumentos internacionales del imperialismo. En nombre de la izquierda atestiguamos en Brasil privatizaciones, una reforma laboral lesiva al trabajador y favorable a la patronal, intervención militar en Haití, devastación selvática para cumplir con los EEUU en la producción de agrocombustibles.

Sin ir más lejos. Por izquierda hoy se nos presenta la gestión de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México, así como las anteriores de López Obrador [ahora candidato a Presidente por el PRD] y Cuauhtémoc Cárdenas. Destacamos de estas dos últimas la colaboración y ensamble de intereses con grupos del capital monopolista, como el de Slim. Tanto Obrador como Ebrard se basaron en el modelo del ex-alcalde de Nueva York, Giulianni, en cuestiones de seguridad: la cero tolerancia, desatando una verdadera persecución a los pobres que afean la ciudad, considerándolos por sus condiciones de miseria responsables de la delincuencia; y Mancera es el más consecuente representante de esa política antipopular y ahora su candidato al Gobierno del DF. Obrador y Ebrard, diciéndose los representantes de la izquierda, reprimieron al movimiento social, amordazando las manifestaciones de la juventud y encapsulando humillantemente las marchas justas de obreros, campesinos y organizaciones políticas. No es necesario hablar de la corrupción, que en nada difiere de la de años y años de priismo; basta hablar que desde el punto de vista clasista, Obrador y Ebrard gobernaron a favor de los monopolios, y el rostro social asistencialista que quisieron poner en primer plano es admisible en la gestión capitalista.

Por si no bastara lo programático, sigue la práctica política a favor del capitalismo, de ésta llamada izquierda por los medios de comunicación; basta ver la biografía de todos éstos que hoy la representan, que ayer eran los representantes del Estado, de la corrupción, de la represión, del corporativismo, del fraude, de las privatizaciones, los enemigos del pueblo y la clase trabajadora: desde Bartlett, Ebrard, hasta Arturo Núñez, Monreal, Camacho Solis, Juan Ramón de la Fuente, para nombrar sólo unos cuantos.

Ahora bien, ¿se trata sólo de un montaje ideológico para apropiarse del concepto en una estrategia para reproducir los consensos que requiere la clase dominante para mantener su poder, o es que la noción es ya insuficiente para expresar la alternativa de las transformaciones profundas y radicales?

Los comunistas, en primer lugar consideramos que no es sólo insuficiente hoy, sino que en el pasado también lo fué y optamos por criterios clasistas. Ahora bien, si para amplias capas la idea de izquierda sigue expresando la voluntad transformadora, señalamos que hoy ésta sólo es materializable en la revolución socialista, en el poder obrero y popular y no en el llamado “rostro humano” del capitalismo, en regulaciones keynesianas, en gestiones con rostro de asistencialismo.

Pero una cosa es clara: en la hoy llamada izquierda, designada así por el establishment, el Partido Comunista de México no se inscribe, y considera su deber combatirla como una sección del partido del capital, el partido del orden burgués.

7 de marzo de 2012

LIBIA ORIENTAL DECLARA SU INDEPENDENCIA DE TRÍPOLI

RT.com

La región de Cirenaica, en el oriente de Libia, declaró su independencia de la capital, Trípoli, tras un congreso regional.

Centenares de líderes de las grandes tribus libias y los comandantes de las milicias acudieron a una ceremonia especial para celebrar la decisión en Bengasi, en el centro regional, según la agencia AP.

Cirenaica pretende crear su propio Parlamento y ministerios de Finanzas, de Defensa y de Petróleo.

Se trata de una región entre la ciudad de Sirte y la frontera con Egipto donde se concentran hasta 66% de los yacimientos de petróleo libio.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) en Trípoli se ha pronunciado en contra de la autonomía regional de estos territorios porque temen que conduzca a la desintegración de todo el país.

El petróleo de Bengasi en juego
Precisamente, los recursos del crudo que tiene Cirenaica representan un “gran interés económico” tanto para el CNT como para los países occidentales que buscan aumentar su influencia en Libia, opina el periodista internacional, Flavio Signore.

Además, “en este momento en Libia hay una gran confusión, un caos y se están desarrollando muchos movimientos que exigen independencia, que están en duda tras estos meses de gobierno del CNT”, dijo Signore en una entrevista con RT.

La falta de alimentación, suspensión de pagos de salarios y cortes de electricidad en el país demuestran, según el periodista, que “el Consejo no es capaz de mantener la unidad de Libia”.

De esto pueden aprovecharse países occidentales y cuánto “más dividida esté Libia, mejor”.

En el país del norte de África comenzaron a registrarse numerosos conflictos étnicos tras la caída del régimen de Muammar Gaddafi que fue asesinado en octubre de 2011 tras unos nueve meses de guerra civil.

En los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes participó también una coalición internacional bajo el mando de la OTAN que, en virtud de una resolución de la ONU, realizó bombardeos aéreos apoyando a las fuerzas opositoras.

6 de marzo de 2012

HOMO MÓVIL

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:



El inteligente, inquietante y desasosegador artículo que les presento quisiera dedicárselo a esos “homo ludens” del móvil, los iPad, los iPhones, los smartphones y cualquier otro de esos achiperres tecnológicos que se han convertido en servidores del negocio de las maquinitas para imbéciles.

Desgraciadamente esa variante de tontos de los cojones, a los que Marx, más piadosamente, llamaría seguramente alienados por la tecnología de consumo no leerán este artículo que avisa de la deshumanización, la pérdida de la empatía comunicacional con el otro, las ludopáticas dependencias, el aislamiento en sus burbujas individualistas y, yo añadiría con gusto, la idiotización profunda, porque están ocupados chateando tonterías en sus wassup u obligándonos a los demás ocupantes del vagón del metro a compartir la odiosa “música”, por llamarla de algún modo, que se filtra por sus auriculares.

Llámenme carca y viejo por pensar así. Me importa una higa. Al menos no moriré de estupidez inducida como sucederá inevitablmente con los bobomóviles

¡Ah, por cierto! El artículo también avisa de los efectos nocivos del abuso de Facebook y de Twitter. Así que usémoslos con prudencia y mesura. Parece ser que nos convierten en algo así como ratones de Skinner buscando el queso, ese que se ha llevado el capital, cuestión ésta de la que muchos no se enteran porque les divierte más ser siervos de la maquinita que levantar la cabeza, mirar a su alrededor, quemar su iPad y seccionarle la yugular a un banquero o a su jefe –hablo en sentido figurado, por imperativo legal-, que está más a mano y que es otro de los que se está llevando su puñetero queso.

Sin más, les dejo que disfruten del artículo. Espero que a alguno le haga cuestionarse, aunque sólo sea por unos segundos, quién/es se beneficia/n de tanta atomización social y de tanta incomunicación real en un mundo de aparente comunicación. Señores, lo que importa no es el medio –negocio- sino el mensaje o el contenido –comunicación y relación humana reales-, si lo quieren llamar así.

HOMO MÓVIL

Rodrigo Fresán. Página/12
Desde Barcelona

UNO Trasnoches atrás, en ese insomnio voluntario que es la contemplación de los Óscar, Rodríguez –minutos después de que Rodríguez pensase que el actor protagonista de The Artist era algo así como la insoportable versión gala del insoportable Roberto Benigni– se rió un poco con un chiste del retornado Billy Crystal. El maestro de ceremonias se refería al cine como ese lugar donde uno “va a soñar, a reír, a llorar, a enviar mensajes de texto” y se burlaba de “esos tontos que ven películas en las pantallitas de sus móviles pudiendo disfrutarlas mucho más en las inmensas pantallas de sus iPads”. Horas después, lo de Crystal perdía algo de gracia, porque se anunciaba a la humanidad toda la maravilla mixta y mutante y mitológica de algo llamado Padphone. En la Barcelona, orgullosa, que volvía a abrir sus brazos y abrirse de piernas para recibir –27 de febrero al 1º de marzo, y por los próximos seis años– al Mobile World Congress. Joya de la corona congresística planetaria para una metrópoli –seguida por Viena y Estocolmo– considerada capital mundial de un género turístico/profesional que es económico factor clave. Más de 1400 expositores, 2000 empresas, 3300 periodistas acreditados, 70.000 visitantes (muchos de ellos chinos aterrizando en más de doscientos jets privados), a la hora de pagar las cuentas (se dejarán 300.000.000 euros) y mantener felices a gobernantes, funcionarios, hoteleros, bares y restaurantes, puticlubs y escorts de alto vuelo, taxistas y gente que pasa por ahí, se saca una foto con su móvil junto a ese icónico Pegaso construido con móviles y después la cuelga en su perfil social y...

DOS ... el logo 2012 del Mobile World muestra un granhermanístico ojo que todo lo ve y su lema es “Redefiniendo el móvil”. Como si alguna vez hubiera dejado de redefinirse, piensa Rodríguez de paso por ahí –70.000 metros cuadrados que superan a los 59.000 del año pasado–, hijito en mano con las pupilas dilatadas por tanta electricidad en el aire. La hija de Rodríguez –embutida en un vestidito que acelera los pulsos– trabaja en el stand que lleva su madre, ejecutiva más o menos top en un negocio más bien macho (hay pocas mujeres) de una marca que no mencionaremos aquí, pero que ella no deja de mencionar como si se tratase de un mantra imbatible. La donna è mobile, sonríe triste Rodríguez y apunta mentalmente (no en una BlackBerry) sugerirle a su mujer que use lo de Verdi como tono para su aparatito en el que hay almacenada una foto de un tipo que no sabe quién es, pero está seguro de que no es él. Y Rodríguez aguanta el bombardeo de modelos. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo soportar tanta radiación? Fácil pero no tanto: retroceder, hacer memoria. Recordar pesados teléfonos con lentos discos giratorios (de tanto en tanto, Rodríguez sonríe ante una película antigua, pero no vieja, en la que el héroe entra a una cabina telefónica y pierde valiosos minutos de celuloide a la espera de que la operadora lo comunique con ese otro no tan lejano pero igual de distante más allá); evocar épocas en que toda distancia era larga distancia; extrañar tiempos en que uno hablaba menos POR teléfono y no hablaba tanto DEL teléfono.


TRES Porque, de verdad, Rodríguez hace fuerza pero no le sale entender cómo es que el teléfono ha evolucionado tanto más (y en tan poco tiempo) que los aviones. Cómo puede ser que el teléfono sea el más excitante objeto del deseo y del status (1.000.000.000 de personas tendrán o serán tenidos por un “móvil inteligente” para este diciembre) cuando, se suponía hasta hace poco, ser inaccesible y que otro atendiera tus llamadas era sinónimo de haber triunfado. Cómo es que se llama móvil a ese aparatito que inexorablemente te conduce a la inmovilidad de hacer todo desde ahí, desde casa, con teléfono: trabajar, comprar, vender, tener un millón de amigos, mentir, insultar... Y, ah, ese glam por la velocidad del ingenio sin darse cuenta de que la máquina humana sigue siendo tan lenta como en la Antigua Grecia; que seguimos leyendo y –si hay suerte y concentración– comprendiendo a la misma velocidad que Aristóteles: unas 450 palabras por minuto. Rodríguez pasa frente a un vendedor que –su rostro combina el éxtasis divino con el orgasmo terreno– explica que “¡¡¡Con esta aplicación podrás conectarte con Facebook y Twitter al mismo tiempo!!!”. Otro ofrece “¡¡¡Un teléfono proyector para que puedas ver películas en cualquier pared de tu casa!!!”. Alguien habla solo y dice “Windows 8... Windows 8...”, mientras otro le responde “Pantallas flexibles... Pantallas flexibles...”. Dos adictos comentan el duelo titánico entre Apple y Android casi como si se tratase de un problema de familia y, más allá, se anuncia con trompetas triunfales que el Barça ha sido fichado como imagen publicitaria por el Mobile World Congress para “apoyar aplicaciones para teléfonos móviles desarrolladas por jóvenes emprendedores”. Afuera, otros jóvenes –estudiantes indignados con los recortes y con problemas de recepción para emprender cualquier cosa en los próximos años– se enfrentan a la policía en un redial de manifestaciones con infiltrados antisistemas. Un agente del orden ve que lo están filmando con un teléfono y allá va y, ay, qué hacer si el móvil se inmoviliza, se rompe, se pierde y no hay tiempo que el de enviar ese mensajito de 140 caracteres exactos donde se lee: “Mami: no me esperes a cenar esta noche porque un antidisturbios con look Darth Vader me está moliendo los huesos a palos y saludos a papá”.


CUATRO Las noticias de la noche tienen que ver con que lo de los neutrinos más rápidos que la luz parece que no era como lo pintaban (alguien envió un tweet demasiado pronto, demasiado rápido); con que un pobre tipo fue detenido en un aeropuerto intentando pasar como contrabando treinta iPhones; con alguna de las ya habituales poluciones de YouTube con las que los directores de noticieros trufan y rellenan la desinformada abundancia de información. Hoy es un tape de un cámara de seguridad de una estación de metro. Miren: a una madre en el andén se le escapa el cochecito de y con bebé y un tipo que pasa por al lado, consultando su móvil, en lugar de detenerlo, da un elegante y perfectamente coreografiado rodeo mientras no despega sus ojitos de la pantallita. El cochecito cae a las vías, pero a no preocuparse: el bebé resultó ileso. Y el hombre del móvil es famoso, por quince minutos, por todas las razones incorrectas. Pero quién le quita lo bailado, lo visitado. Lo siguiente tiene que ver con que se ha comprobado que Facebook y Twitter despiertan más deseo que beber o fumar, que su uso libera la misma hormona que se produce a la hora de besos y de abrazos, que ya existe algo llamado “Depresión Facebook” y que el sitio favorito para usar el iPad es el baño, allí donde solían leerse libros. Lo siguiente –antes de meterse con el déficit creciente y las lluvias que no llegan y la epidemia de gripe– tiene que ver con la nueva moda en Nueva York y mañana en todas partes: ir a trabajar en pijama.
Rodríguez –Óscar al Mejor Extra– apaga el televisor y, para no ser menos, se mete vestido en la cama. Y tiembla. Y no es gripe. Y no está para nadie.


Fin de las noticias del fin del mundo.

4 de marzo de 2012

LA REFORMA LABORAL SUSTITUIRÁ SÉNIORS POR JÚNIORS

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:


Ruego a los lectores disculpen el ridículo título de la noticia pero estoy obligado a respetar el dado por la fuente original. Frente al pernicioso hábito, cada vez más extendido, de usar un idioma ajeno para expresar algo que el propio bien podría hacer, sustituyendo la palabra "sénior" por mayor y "júnior" por joven, parece que en la colonizada culturalmente sociedad española cotizan al alza los gilipollas en varios idiomas, además del nativo. Debe ser cosa de que los extranjerismos dulcifican las realidades sociales haciéndolas más tolerables.

Sin más, les dejo con el artículo.


R. Pascual / L. Ansorena. Cinco Días

La reforma laboral puede tener "efectos perversos" en su aplicación. Así lo empiezan a advertir distintos expertos del mundo de la judicatura, a medida que los despachos de abogados van recibiendo las demandas empresariales para aplicar la nueva ley. "La inmensa mayoría de los requerimientos de empresas que hemos recibido estas últimas semanas son para despidos y no para aplicar medidas de flexibilidad interna", aseguraron ayer desde Abdón Pedrajas & Molero.
Precisamente el director de formación de este despacho de abogados y catedrático de Derecho del Trabajo, Tomás Sala, hizo ayer un análisis crítico de los posibles efectos inmediatos de la aplicación de la reforma y advirtió sobre el riesgo de que muchos empresarios tomen la decisión de despedir a los trabajadores "más mayores y más caros" y sustituirlos por "jóvenes con un nuevo contrato de emprendedores bonificado, que les hace más baratos".
Este efecto pernicioso podría darse, según Sala, por la falta de equilibrio en la reforma, ya que en lugar de poner exclusivamente el acento en aumentar la flexibilidad interna, facilita con la misma intensidad los despidos y las contrataciones baratas de los más jóvenes.
En su opinión, es algo objetivo que la reforma facilita y abarata el despido por la reducción de la indemnización general de 45 a 33 días con un máximo de 720 días de indemnización; la clarificación de las causas objetivas de despido y la eliminación de la autorización administrativa en los ERE, y la erradicación del despido exprés y de los salarios de tramitación.
Si a esto se le suman los incentivos fiscales y de cuotas para contratar a un joven menor de 30 años a través de uno de los nuevos contratos de emprendedores para empresas de menos de 50 trabajadores (el 99% de las compañías en España), la ecuación es sencilla: muchos empresarios pueden aprovechar para hacer procesos de sustitución de plantillas de trabajadores mayores con elevados salarios por otros jóvenes bonificados y de menores remuneraciones.
Es más, Sala aseguró que el periodo de prueba de un año de estos contratos "es a todas luces abusivo" y, a su juicio, con ello se ha intentado "justificar por la puerta de atrás" la libertad total de despido durante los primeros 12 meses de la relación laboral.
El propio presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, ha reconocido que es posible que "en un primer momento" algunos empresarios "no hagan un uso exquisito" de la reforma laboral. De lo que se desprende que incluso los dirigentes empresariales esperan que se produzcan efectos perversos de la nueva norma como el que se acaba de explicar. No obstante, desde el entorno del Gobierno se descarta que esto vaya a ocurrir. La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, cree que los empresarios no prescindirán de los trabajadores con mayor edad porque ofrecen "experiencia y valor añadido". "Y si lo hacen, estos empleados tienen ya sus derechos consolidados. En caso de despido, cobrarán 45 días por año trabajado".
Igualmente, desde Empleo se justifica que la reforma, además de las bonificaciones para menores de 30 años, incluye asimismo incentivos para la contratación de parados de larga duración mayores de 45 años.
A tenor de la configuración de las nuevas bonificaciones, los expertos apuntan que esos incentivos pueden dejar en desventaja al resto de los aspirantes, fundamentalmente los desempleados que tienen edades comprendidas entre 30 y 45 años. Pero Hidalgo también rechaza esa posibilidad y subraya que no hay que preocuparse por estos colectivos, ya que están fuera de "los tramos de edad con más problemas de integración laboral".

Perfil del desempleado
Sin embargo, al contrario de lo que asegura Hidalgo, el perfil del parado de larga duración en España es el de un varón de entre 30 y 34 años que lleva dos o más años sin trabajar, según el último informe regional del mercado laboral de la patronal de las empresas de trabajo temporal, Agett.

Dicho informe, basado en datos oficiales de la encuesta de población activa (EPA) del cuarto trimestre de 2011, señala que, desde el tercer trimestre de 2007, los parados de larga duración se han incrementado un 570,9% y que las personas que llevan más de un año buscando trabajo han pasado de 393.200 al inicio de la crisis a 2,6 millones.

Más dudas sobre la aplicación de la norma
Los despachos de abogados han recibido con ciertas dudas la reforma laboral. A falta de que se concrete en el Parlamento, los expertos se preguntan cómo se interpretarán algunos artículos del cambio normativo.
La reforma establece que los expedientes de regulación de empleo ya no requerirán de autorización administrativa. Solo un juez podrá detenerlos si no se ajustan a derecho. "¿Qué pasará en ese caso?", se pregunta Fernando Bazán, del despacho de abogados CMS Albiñana & Suárez de Lezo. "¿Los despidos se declararán nulos o improcedentes?".
El cambio legal elimina los salarios de tramitación (los correspondientes al periodo transcurrido entre el despido y el fallo judicial). Los juristas se preguntan qué pasará con las rescisiones anteriores a la reforma y pendientes de sentencia.

3 de marzo de 2012

SEGÚN MEDVÉDEV, LAS ELECCIONES DE 1996 NO LAS GANÓ YELTSIN SINO ZIUGÁNOV

Giulietto Chiesa. Megachip

Traducido por G.L.

"Las elecciones presidenciales de 1996 no las ganó Boris Yeltsin." Si lo hubiera dicho un opositor de los actuales, se podría dudar de ello, aunque las cosas sucedieron efectivamente así. Sin embargo, el autor de estas declaraciones es nada menos que Dmitri Medvédev, presidente ruso en funciones aún durante algunas horas. A ver si nos aclaramos. En 1996 Boris Yeltsin tenía un índice de aprobación del 6%. Lo volvieron a candidar gracias a una campaña pagada por varias fundaciones estadounidenses, bajo la dirección de Anatoli Ciubais (quien mantuvo una poltrona como ministro de Putin y también de Medvédev).

Pero, por lo que sabemos ahora - según las palabras del propio Medvédev- por más dinero y golpes bajos que se emplearon,no habría sido suficiente si no hubiera habido fuertes "retoques" de las cifras oficiales. Boris Yeltsin, según los datos oficiales, obtuvo un 35,3%, mientras que Guennadi Ziugánov, líder de los comunistas, tuvo que conformarse con el 32%. Así llegaron a la segunda vuelta, eliminando un montón de contrincantes, entre los que se encontraban Alexander Lébed y Mijail Gorbáchov (a quien se reconoció un 0,5%).

Yeltsin ganó la segunda ronda con el 53,8%, mientras que Ziuganov se quedó estancado en un 40,3%.

Muchos observadores, incluyendo quien escribe estas líneas, dudaron de ese resultado y lo pusieron por escrito. El análisis de la votación en varias regiones revelaba fraudes evidentes. Por ejemplo, de unos 600.000 votos en Tatarstán Yeltsin parecía haber perdido en el recuento en papel, mientras que los ordenadores lo daban como ganador. Pero no fue posible hacer ningún control.

Al cabo de unas semanas, las papeletas fueron destruidas.

Reconstruir la verdad fue imposible entonces, pero no ahora. Así pues, ¿qué está pasando y por qué? Veamos las circunstancias. Dmitri Medvédev, se reúne el 20 de febrero con líderes de los partidos que no fueron admitidos a las elecciones parlamentarias en el pasado mes de diciembre. Quiere discutir con ellos, a puerta cerrada, sus propuestas para reformar el sistema electoral. Es un gesto conciliador pocos días antes de las elecciones y su salida de la escena, mientras las protestas continúan en el país. La frase en cuestión no aparece en el versión oficial, pero inmediatamente se la dicen a los periodistas algunos participantes.

Medvedev dijo, al parecer, también otras cosas. "¿Hasta ahora no se habían dado cuenta? ¿Acaso las elecciones anteriores fueron todas modélicas? ". Como diciendo: no hagan como si nada, que ustedes también lo sabían. De modo que no exageren ahora con sus quejas: estamos aquí para hablar de ello pero sin montar tanto escándalo.

A continuación se dirigió a Boris Nemzov, que estaba entonces en el gobierno de Yeltsin, y le recordó que él había sido uno de los organizadores de esa victoria manipulada.

El Kremlin, donde todavía reside Medvedev, lo ha desmentido. Sin embargo, los testigos son demasiados y ha habido reacciones que confirman la magnitud del escándalo. Y que han intentado pararlo antes de que se propague. El primero en hablar ha sido precisamente Anatoli Ciubais, hombre de los oligarcas, artífice de la privatización, que mantuvo su poltrona como ministro y cerebro, como guardián de la operación, tanto bajo el gobierno de Putin como bajo Medvédev. No podía quedarse callado, puesto que era el jefe del equipo electoral de Yeltsin en esa época, y si hay alguien que sabe todo, ese es él. Pues bien: Ciubais desmintió todo, con tono algo amenazante. "Si se toma en serio la afirmación de que en 1996 ganó Ziugánov y no Yeltsin, entonces habría que reconocer la ilegitimidad de los dos mandatos presidenciales del presidente Putin y de Medvédev".

Atención, pues, a quienes toquen estos cables de alta tensión porque se muere: este es el mensaje. Se trata de un mensaje simultáneo a Putin, quien será el seguro ganador en estas nuevas elecciones.

Poner en tela de juicio la historia electoral de Rusia "democrática" significa reabrir el capítulo de la privatización, es decir, la rapiña que se hizo tras aquellas elecciones regalando a un puñado de bandidos las inmensas riquezas del país.

Queda por comprender el significado y el propósito de las revelaciones de Medvédev. ¿Fue una metedura de pata, o hay detrás un plan?

Sorprenden dos cosas: todos los medios, los amigos así como los enemigos del Kremlin, han silenciado una noticia de semejante calado.

El silencio de los periódicos y cadenas de televisión en 2012 no es menor que el que rodeaó, en Rusia y en todo el mundo, el fraude electoral que se perpetró contra la población rusa. El temor de que la verdad salga a la luz es lo suficientemente grande para petrificar todos los lugares donde reside el poder. Igual que entonces, el consenso de los oligarcas y de Occidente consiste en impedir a toda costa la elección de un comunista como presidente de la "nueva Rusia". Incluso a costa de clavar una última punta en la tapa del ataúd de la democracia rusa.

La segunda cosa curiosa es, bien vista, la más impresionante. Es el silencio del Partido Comunista de la Federación Rusa. El partido del candidato que, como entonces, en caso de segunda vuelta, competiría con Vládimir Putin. La única reacción de ese lado se la han asignado a uno de los secretarios del Comité Central, Sergei Obujov, el cual se la ha tomado con Medvédev, en lugar de aplaudirlo.

Obujov - que no estaba presente en la reunión susodicha- dijo: "Enseñe los documentos. No tenemos esos datos". Muy extraño que los ganadores de entonces se nieguen a aceptar la victoria, por tarde que se la hayan reconocido. Obujov luego se olvida de que en aquel momento Ziugánov protestó con vehemencia, aunque de pronto todas las protestas se amortiguaron, para después acabar desapareciendo de la agenda.

En vísperas de las elecciones, sin embargo, una noticia como ésta, podría no ayudarle ni siquiera a Ziugánov. Se le podría preguntar por qué aceptó la derrota sin luchar, sabiendo que había ganado. Se le podría preguntar por qué su oposición en los últimos años ha sido "leal" hasta tal punto de no haber hecho sentir su fuerza real en el país.

Pero sería como pedirle a Al Gore, que ganó las elecciones presidenciales de 2000 contra George W. Bush, por qué aceptó la derrota, decretada por la Corte Suprema por mayoría de votos.

A veces sucede que, con una pistola en la sien, uno descubre de pronto que es muy miedoso.

LA REPETICIÓN DE LA PROMESA

Walter Mignolo. Página/12

Es común hoy escuchar o leer en discusiones sobre la crisis y el (des)orden global referencias a la relación entre tecnología y economía. Pero no se habla de qué tipo de economía. Se asume que hay una sola. En esas discusiones hay un tema que interesa explorar: la idea de que la “innovación” (palabra mágica) tecnológica para el desarrollo económico sustentable, y el empleo de energías renovables que eviten la polución y el envenenamiento de campos y agua en la agricultura y la minería, nos aseguran un futuro sano y próspero. El paraíso. Estamos presenciando la repetición y renovación de la retórica de la Modernidad que promete llegar al paraíso mediante la tecnología. La “tercera revolución industrial” la denomina Jeremy Rifkin, consejero de la Unión Europea. Para explicarla se apoya en cinco columnas (toda semejanza no es intencional):


1) el cambio en el uso de la energía no renovable por la energía renovable;

2) la transformación de cada continente en microplantas para recoger y almacenar energía renovable en cada lugar;

3) el despliegue de hidrógeno y otras tecnologías de almacenamiento a través de toda la infraestructura para almacenar energía intermitente;

4) el empleo de la tecnología de redes para transformar la matriz de poder energético en cada continente y poder así compartir energía intermatricialmente. “Compartir” energía funcionará como Internet: cuando millones de unidades generen pequeñas cantidades de energía en cada lugar, será posible vender el excedente a la matriz y compartir la electricidad con los continentes vecinos;

5) convertir la flota de transporte en vehículos eléctricos que pueden comprar y vender electricidad.


Todo esto Rifkin lo anuncia como “un nuevo paradigma económico” que integra y armoniza. Es así que “la tercera Revolución Industrial” ofrece la esperanza –según él– de que podamos llegar a una era sostenible post-carbón para mediados de siglo.


Hay varios aspectos que merecen atención en esta propuesta.

El primero y más urgente es su orientación económica: presupone la economía de acumulación. La economía de la que se trata es la economía que acumula, margina y controla. La estructura propuesta estará incrustada en una estructura matricial de poder, que la tecnología no cambiará.

En segundo lugar, queda fuera de toda consideración que el horizonte social futuro sea poner la economía en primer plano y no las condiciones para vivir en plenitud y para la reproducción de la vida en y del planeta.

En tercer lugar, la propuesta no menciona quién tendrá el control de la estructura matricial intercontinental que hace circular energía como información en Internet. En este caso, el almacenamiento e intercambio de energía será como el almacenamiento e intercambio de información.

En cuarto lugar, la promesa y la esperanza hacia el futuro es una renovada retórica de la modernidad. No es, en realidad, un nuevo paradigma, sino el antiguo, renovado en su vocabulario y en sus tecnologías.


Por lo tanto se trata de una propuesta que, al mismo tiempo, mantiene la lógica de la colonialidad y reorganiza las piezas del tablero sobre la base de:


a) las necesidades energéticas de los países industriales;

b) la crisis económica de los países industriales (la Unión Europea y los Estados Unidos); y

c) la necesidad de controlar la innovación tecnológica para que China no vaya a la delantera.


Durante los años álgidos de la invasión a Irak y sus devastadoras consecuencias, asistí a una conferencia, en Duke University, dictada por una profesora de Stanford que era parte de un equipo cuyas investigaciones versaban sobre el caos y la necesidad de una organización democrática en Irak. La presentación en PowerPoint mostraba fórmulas lógico-matemáticas. Durante toda la conferencia no pude dejar de pensar cómo se había llegado a una situación en la que un grupo de académicos y académicas en Stanford proponían soluciones para la crisis interior de Irak provocada por la invasión apoyados en fórmulas lógico-matemáticas... La propuesta de Rifkin me hizo recordar aquella conferencia y me hizo volver a pensar en los malabares conceptuales y las ficciones que se construyen para mantener una creencia: la fe y la sacralización de las ideas de progreso y desarrollo que generan las crisis, y las ideas de progreso y desarrollo que se mantienen para resolver esas crisis. Lo alarmante es no sólo la incapacidad sino la falta de voluntad para aceptar que hay otras maneras de pensar y de vivir. Pero, en fin, ésa no es la tarea de Rifkin y los líderes de la Unión Europea, sino de la sociedad política global: de quienes viven/vivimos las consecuencias de castillos construidos en el aire, montados sobre metáforas que esconden consecuencias nefastas detrás de la esperanza.